Llámale José o Carlos y aciertas

Llámale José o Carlos y aciertas

Hay días que la vida se me hace «bola».

Por eso hace mucho decidí no ver noticias en la TV, de ese modo en vez de pasarme media hora bombardeada de cosas que me entristecen, enervan o enojan, dejo que sea cualquier algoritmo el que me las filtre y, al menos, las cosas que me entristecen, enervan o enojan son solo las de temas que me preocupan algo más.

Como mi trabajo está enfocado en un alto porcentaje en la situación de las mujeres y la infancia, pues me llegan cositas como esa que veis en la imagen.

Y depende como me pille el día, me río o me entristezco o me dan ganas de salir a quemar contenedores. Y no, no es apología de la violencia, por si a esta generación woke hay que explicarle lo que son recursos literarios… Que, como decía mi amiga Irene, las mujeres somos tan buenas que vamos a una manifestación porque nos están asesinando y recogemos los papeles del suelo… pero ese es otro tema (coméntame si te interesa para otro artículo 😉 ).

El caso es que me pregunto cómo reciben esta noticia los propios hombres. Así que si es tu caso, si eres uno de esos «ejemplares raros» que lees a mujeres y no te sientes ofendido cuando contamos lo que nos pasa ni te aventuras a excusarte antes de que acabemos nuestras frases, te pregunto:

  • -¿Qué sientes al leer esa noticia?
  • -¿No te da por pensar por qué somos tan pocas las que estamos en los pisos de arriba del todo si somos más?
  • -Teniendo en cuenta que hay más mujeres con títulos universitarios, que está demostrado que curramos más, que somos más propensas a acabar lo que los demás no hacen… ¿En serio nunca te has preguntado qué pasa?
  • -¿Alguna vez te has visto cuestionando a las mujeres que tenías por encima de ti en tu jerarquía empresarial o corporativa?
  • -¿No has comentado que «a saber cómo ha llegado ahí»?

 

Y te pregunto:

  • -¿Has cuestionado igual a tus jefes hombres?
  • -¿Te preguntas alguna vez con quién han tenido ellos que» juntarse» – por usar un eufemismo- para llegar donde están?

 

MI Estadística Personal

En mi vida he tenido mayoría de jefes hombres ( ¡qué raro!) y algunos eran rematadamente incompetentes.

Te hablaría de uno que, con mis 18 añitos, me hablaba con un sarcasmo y una superioridad que me asustaba y asqueaba a partes iguales. Que nunca me dio una directriz de cómo hacer mi trabajo pero si no lo hacía bien me ridiculizaba delante de los clientes.

Te contaría de aquel que se inventaba el inglés que hablaba y en vez de reconocer que no era capaz de entender cuando le hablaban nos pasaba las llamadas ( a las chicas) diciendo que estaba ocupado. Este, además de programar reuniones fuera de horario para oírse a sí mismo hablar, se la pasaba comentando que «trabajar con mujeres era muy complicado». ( Creo que la realidad era que para él lo complicado era trabajar).

Te nombraría a uno al que le tuve que escribir fonéticamente cómo se decían las frases más comunes que usábamos en el trabajo en inglés, que acabó siendo mi jefe (¡qué raro!), al que le cubría yo las bajas en festivos, al que le hacía trabajo administrativo, comercial y de RRP que no me correspondía, y fue el máximo responsable de mi baja por mobbing ( y ahí sigue Paquito, con su carguito).

Y puedo contarte el caso de otro que me «fichó» para llevar el liderazgo femenino y empoderamiento en su portafolio de servicios pero pretendía que le dijera que sí a prácticas anti éticas profesionalmente y que le regalara parte de mi trabajo. Por supuesto al decirle «no» ( de primero de empoderamiento) me llevé de premio un ghosting de manual y un «cese» por correo electrónico un domingo noche que fui a mirar tras la notificación de «has sido eliminada de este grupo de WhatsApp». Muy divertido sobre todo teniendo en cuenta que se dedica a enseñar liderazgo y gestión de equipos. ¡Una fantasía total!

Si esto lo hubieran hecho mujeres imaginad los comentarios.

Así que la verdadera igualdad no es sólo que seamos la mitad en todo, sino que podamos serlo incluso siendo tan incompetentes y/o malos jefes como todos estos señores de los que te he hablado.

La verdadera igualdad no es sólo que seamos la mitad en todo, sino que podamos serlo incluso siendo tan incompetentes y/o malos jefes como todos estos señores de los que te he hablado.

De momento lo único bueno de esta historia es que si tienes mala memoria y no recuerdas el nombre de algún CEO o director, ya sabes, llámale José o Carlos y aciertas casi seguro.

Y ahora la pregunta es… ¿Qué vas a hacer con este post?¿Lo compartirás o es «too much truth» ?

Fuente noticia::Hipertextual

Educar solo hacia abajo

Educar solo hacia abajo

Hace un tiempo oí a Manu Sánchez decir:
«El humor siempre hacia dentro o hacia arriba, nunca hacia abajo».
Hoy, una querida amiga me ha dicho:
«Lo que agota es educar hacia arriba y no hacia abajo».

PEDAGOGAS FULL TIME

Hacer pedagogía es un trabajo.
Cuando esa pedagogía va en contra de la corriente dominante no es solo un trabajo, es un desafío. Desafío por la tarea en sí, por el marco hostil y porque los receptores no solo no agradecen el trabajo sino que en más ocasiones de las que piensas se vuelven contra ti.
 
Esto hace que la mayoría de las veces las mujeres callemos. Porque nos sale más barato, porque no compensa arriesgar nuestra paz mental o nuestra salud, porque sencillamente nos agota explicar lo mismo vez tras vez.
Pero a algunas nos cuesta callarnos. Por temperamento, por objetivo vital, por necesidad… Algunas seguimos repartiendo pedagogía allá por donde vamos porque la alternativa es esperar a que el cambio se produzca solo. Y sabemos que eso no va a pasar.
Los sistemas están estructurados para mantener los privilegios de unos sobre los otros.
El patriarcado es algo más que una palabra de moda. Es una estructura de poder que tiene a las mujeres debajo de los hombres.
Da igual cuántas mujeres conozcas que viven «bien», que ganan dinero y tienen buenos trabajos. Ser mujer nos coloca en posiciones de discriminación lo veamos o no.

PATERNALISMO

Ilustración de @Perezfecto

Hace unos días reposteaba  una viñeta  de @Perezfecto en la que una mujer le dice a un hombre (presumiblemente su pareja):

«Contigo no se puede dialogar, solo sabes dar soluciones».
Comenté sobre la realidad de esas palabras, de personas que cuando conversan solo saben arreglar los problemas del otro.
Aunque no es un regla fija, lo cierto es que es un perfil que se da mayoritariamente en los hombres hacia las mujeres.
Todas las mujeres que comentaron esa publicación en mis diferentes redes comentaban haberse sentido así a menudo. Sólo un hombre comentó lo cierto de esas palabras. Otro entró a «disculpar» que esa forma de hacer las cosas es «ayudar», «compañerismo lo llamó él.
Cuando yo le dije que lo que él llama «compañerismo» es «paternalismo», no estuvo de acuerdo.
Porque el paternalismo, como el machismo, no se detecta desde dentro.
Hay que preguntarle al otro ( en este caso a la otra) si se siente infantilizada cuando buscando escucha o desahogo y comprensión se reciben consejos y juicios.
El paternalismo se llama así por algo. Se construye sobre la idea de que hay un perfil que tiene autoridad y es responsable sobre el otro. En la antigua Roma era el Pater Familia, hoy en día es cualquiera cuando se relaciona con una mujer ( si es madre, más).

ARMAS DE MUJER

Las mujeres estamos cansadas de tener que explicar a los hombres de nuestro entorno que no les queremos como salvadores ( clara referencia a todos los cuentos de hadas en las que nos liberan de peligros) ni como solucionadores.
Las mujeres llevamos toda la historia humana solucionando nuestros problemas, como buenamente podemos,  con la mierda de pocas herramientas que este sistema nos deja.
Hemos sobrevivido a desprecios, insultos, violaciones, quemas de brujas, eliminación de derechos, robos, apropiaciones culturales e intelectuales, corrientes de pensamiento misóginas.
La Historia de la Humanidad es la historia de la misoginia.
Y hemos sobrevivido. Casi siempre contando con el apoyo de nuestras iguales.
Por eso las mujeres hemos hecho círculos siempre. Sea alrededor del fuego, mientras se molía el grano o lavaba la ropa en el río.   En los pocos espacios en los que se nos permitía ser libres( de expresión al menos,) entre otras mujeres, las mujeres hablaban, se desahogaban, se reconocían, se apoyaban y se sostenían. 
Porque la raíz del término empatía es  “empátheia que significa “emocionado”. La empatía es «la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo». Y sin duda quien mejor empatiza con tus emociones es quien las ha vivido. Por eso muchas mujeres hablamos un lenguaje común, el verbal y el no verbal. Por eso para una mujer, por muy desconocida que sea, le resulta fácil «leer» las emociones de otra y saber o sospechar qué necesita.  Ella , seguramente, habrá experimentado algo similar en algún otro momento o proceso.
Cuando alguien intenta darnos la solución lo que sentimos no es agradecimiento. Las primeras veces lo aceptamos porque es la reacción habitual del grupo de arriba y nosotras sabemos que «nuestro sitio a sus ojos es el grupo de abajo». Poco a poco, si hay confianza o hartazgo, expresamos que así no, que eso no es lo que necesitamos.
Ahora depende del otro escuchar y no solo oír, responder a lo que pedimos y no a lo que él quiera dar.
Es comprensible que el piloto automático salte,  ya que  a los varones se les educa para hacer cosas, conseguir cosas, y reparar cosas,  y les siga impulsando a vernos como un terreno en el que actuar, un reto que afrontar o algo que arreglar.
Pero no lo somos.

CONFÍO EN TI HASTA PARA DEJAR QUE TE EQUIVOQUES

Cuando trabajaba con familias de niños pequeños frecuentemente tocaba hablar de la autonomía del bebé/niñ@ y de su desarrollo psicoafectivo y motor. Cuando un bebé empieza la etapa del gateo y el movimiento autónomo, es normal sentir miedo y preocupación por su seguridad.
¿En qué casa no entran los parques cuna, los suelos de goma eva y las puertas para cerrar acceso a escaleras?
El desafío es que los padres y madres comprendamos que los bebés tienen una altísima capacidad de adaptarse al entorno en el que crecen. Los bebés exploran y ,cuando no son coartados, van aprendiendo sus límites físicos y entrenando sus capacidades.  Por supuesto intentaremos que sea un entorno seguro, pero no permitirle el movimiento, la exploración, el descubrimiento, por miedo a una caída es hacerle menos apto, no más.
Cuando un bebé que empieza a levantarse y caminar se siente inseguro, volverá al suelo y lo volverá a intentar otra vez. Si para evitarle esas caídas les llevamos de la. mano o en volandas, evitaremos la caída, sí, pero también el aprendizaje asociado. Al final el amor también se demuestra con la confianza. Confianza en que sus caídas, sus errores, son parte del aprendizaje.
Las mujeres no somos bebés en desarrollo. Somos como colectivo más fuerte de lo que nosotras mismas imaginamos. Hemos sobrevivido al odio visceral del poder durante siglos. Seguimos sobreviviendo, incluso destacando, en un sistema hecho a la medida del hombre ( y me refiero al hombre varón, no al hombre como representante de la especie humana). Nuestra cultura, nuestra medicina, nuestro sistema económico, la explotación de los recursos, la crianza,  todos los sistemas son androcéntricos y aquí seguimos. A pesar del desgaste que eso nos provoca.
Así que en casa, al menos, queremos paz, queremos respeto, queremos libertad.
Queremos seguir educando a las futuras generaciones, pero hacia abajo.
No nos pidáis seguir educando hacia arriba. Sois mayorcitos: aprended solos.
Si queréis, hasta que desarrolléis toda la empatía que necesitamos,  podéis aprenderos esta frase:
¿Qué puedo hacer por ti para que estés mejor?
Si te gustó la película Passengers quizás deberías leer esto

Si te gustó la película Passengers quizás deberías leer esto

Hollywood sabe que la mayoría llevamos un romántico dentro deseando salir a celebrar los finales felices. Bueno, lo sabe Hollywood y cualquiera que quiera vendernos algo, por eso estamos inundados de mensajes idealizando la pareja como el súmmum de nuestras aspiraciones.

Y por eso crecemos con nuestro detector de violencia, machismo y toxicidad totalmente desajustado. Algo natural cuando, desde niñas, nuestros modelos son princesas ñoñas cuya única meta en la vida es ser lo suficientemente bellas para que algún príncipe las encuentre atractivas hasta el punto de besarlas incluso muertas o inconscientes. Hecho que, por otra parte, es caldo de cultivo para la cultura de la violación en la que vivimos: ” veo una mujer inconsciente y puedo besarla sin tener que molestarme en saber si ella querría o no”.

En ese marco de cultura que disfraza de amor el acoso, nos vemos viendo películas como “Crepúsculo” y similares, o tarareando canciones donde las mujeres no son sino herramientas para el placer de un machito bronceado y con barbita cuidadamente descuidada que se mueve como concediéndonos el inmenso placer de compartir planeta con las simples mortales que le rodean (véase Maluma o similares, porque parece que los fabrican con moldes).

Y aquí una, que se lleva trabajando unos añitos esto de ver más allá del “chico guapo y valiente conquista chica guapa para hacerla feliz ( o “hacerla mujer” que diría mi ídolo de infancia Miguel Gallardo)” va por la vida con el radar anti relaciones tóxicas tan a punto que rara vez disfruta de una canción, novela o película taquillera.

Tras este preámbulo necesario os cuento que vi “Passenger” hace unos días y según iba avanzando la película me iba subiendo más la mala leche.

Si no la has visto, no sigas leyendo porque la voy a spoilear a gusto.

Resulta que un grupo de miles de humanos hacen un viaje interestelar de casi 100 años de duración hacia otro planeta, así que viajan en estado de hibernación para ser despertados al llegar y disfrutar de una vida al más puro estilo Tierra Prometida.

Durante el viaje un meteorito choca contra la nave y destroza una de las cápsulas, lo que hace que uno de los pasajeros despierte antes de tiempo. La trama de la historia es que tiene que escoger entre seguir el viaje despierto, SOLO, sabiendo que morirá de viejo antes de que el viaje acabe o decidir despertar a alguien más para compartir su “destino”.

Por supuesto, el pobre chaval ( y guapo, porque a los guapos les perdonamos todo más fácilmente, ya sabéis, el efecto halo. Y si no que se lo digan al Sr. Grey… a quien le quitas el dinero y la guapura y estaría detenido por acoso en el segundo capítulo), pues como te iba contando, nuestro apuesto protagonista intenta por todos sus medios ser buen chico y no cargar a los demás con su mierda de suerte. Todo esto puntúa, claro. No vayamos a pensar que es un egoísta sin más. Él lo intenta.

Intenta arreglar su cápsula y al comprobar que no es posible, intenta aprender a vivir solo en una nave sin más compañía que un barman androide ( que como diría Angel Sanchidrián es el que le da calidad a la película).

La no soledad no va de estar acompañado de un colega, sino de tener la novia que tú escojas aunque ella no quiera.

Por supuesto, aparece la chica. Porque la no soledad no va de estar acompañado de un colega, sino de tener novia. El caso es que la ve, le gusta y se pone a averiguar más sobre ella. Tras ver sus videos de presentación para el proyecto este de repoblación cósmica, se obsesiona con ella.

¡Ay no, perdón, se enamora! que es la forma de explicar que alguien vea tu cara y tu cuerpo, te oiga hablar a una cámara y crea que eres la persona de su vida hasta tal punto que pase por encima de tus deseos y derechos para que te conviertas en la herramienta para cumplir los suyos.

Estaba yo viendo cómo se desenvolvía la película y no podía dejar de pensar en la gestación subrogada. Porque el mensaje ese de : “quiero ser madre/padre y como no puedo por (llámalo X) tengo derecho a buscar la forma de serlo por todos los medios a mi alcance, sea saltarme las leyes, sea utilizando a los demás, sea pisoteando sus derechos”. Porque todo el mundo sabe que los deseos de algunos están por encima de los derechos de otros ¿no?

Pero como Hollywood hace muy bien su trabajo de moldear la conciencia colectiva, al final resulta que el guapito despierta a la chica y, por supuesto, no es sincero. Porque empezar una relación con la única persona a la que vas a ver durante el resto de tu vida, la única con la que tienes posibilidades de algo, diciéndole que la has condenado a cadena perpetua en una nave espacial, privándole de su futuro, porque consideras que tus deseos están por encima de sus derechos no es una buena táctica de seducción. Así que le cuentas una milonga sabiendo que muy mal se te tiene que dar para no acabar enrollándote con ella ( no hay competencia chaval y eres guapo y estás cachas).

La moralina vomitiva de la película llega tras el lógico desenlace, cuando la chavala se entera de la verdad ( bendito androide sin conciencia) y se cabrea muchísimo, con todo el derecho del mundo. Le dice que se vaya a la mierda… ah no, que en la mierda ya están… él por accidente y ella por la voluntad de él, bueno, pues le dice que viva su mierda sin ella.

Pero ninguna película que se precie acabaría castigando al guapo y dejando a la guapa cabreada y sola. Porque en el fondo todos sabemos que mejor estar acompañadas de un guapo egoísta e infantil que estar solas con nuestra razón y dignidad. Así que al final el amor triunfa.

Viven su vida solos en su nave espacial, se fabrican un huertecito cual Adán y Eva y mueren en la nave dejando un mensaje de amor eterno: “El fin justifica los medios”

Y en esta exaltación de síndrome de Estocolmo hecha película, soltamos la lagrimita pensando en que hemos visto otra película con final feliz.

¿ O no?

¿Por qué los hombres violan?

¿Por qué los hombres violan?

¿Por qué los hombres insultan, humillan, difaman, ningunean, ridiculizan, golpean, acosan, violan y matan a las mujeres?


Se hacen estudios, análisis, ensayos y discursos para responder a esa pregunta.  Se dan elaboradas explicaciones, cuando la respuesta es bien sencilla. La respuesta es tan simple como estas dos palabras :


PORQUE PUEDEN

 

Dice un refrán popular “ querer es poder” y con la violencia de género vemos el máximo exponente. de esa máxima.
La clave está en que QUIEREN insultar, humillar, difamar, ningunear, ridiculizar, golpear, acosar, violar y matar y PUEDEN  hacerlo con una impunidad más inmoral aún que el hecho en sí.
Ese saberse en una posición de ventaja, jugando a su juego, con sus reglas y sus árbitros, incluso con sus propios seguidores al más puro estilo hooligans, es  un caldo de cultivo perfecto para que proliferen cual bacterias putrefactivas, este tipo de hombres. Seres asquerosos, por mucha apariencia de normalidad y buen rollito con el que se disfracen, que no van más allá de su propia voluntad y deseo, que sólo viven para su propia satisfacción, para sus deseos, aunque sus deseos sean  totalmente ilícitos e inmorales.

 

Deseos versus derechos

Vivimos en un mundo que no siempre distingue entre deseos y derechos, la prueba más evidente y actual es la comercialización de los úteros de mujeres para satisfacer el deseo de algunos de tener un bebé a la carta.

Los deseos no son malos en sí mismos. Todos somos libres de desear algo. Lo malo es no entender que no tengo derecho a algo o a hacer o conseguir algo de alguien sólo por desearlo.

Vivir creyendo que uno puede conseguir todo lo que sueña o desea es muy peligroso si no somos conscientes  de que existe un límite natural, ético y moral que no podemos sobrepasar.

 

No deberíamos tener que explicar a estas alturas que cuando nuestros sueños y deseos afectan a otras personas, ya no basta con nuestra voluntad como vara de medir y licitar.

Y es que el respeto es algo que todos deseamos de nuestro lado, pero no siempre devolvemos hacia fuera. El respeto es la verdadera medida, el verdadero  límite a mis deseos, la norma no escrita en cada detalle que facilita la convivencia.

Hay quien cree que el amor mueve el mundo, pero es el respeto quien hace que ese movimiento sea fluido y no violento. Sobre todo en un mundo con un punto de vista tan erróneo sobre el amor.

La violación: un crimen de guerra

El amor ha sido la excusa durante milenios para ejercer y sufrir violencia de género. Las mujeres sabemos mucho sobre violencia.  Sobre todas las violencias, las directas y las indirectas.
No hemos sido históricamente los soldados en las batallas, no hemos llenado los campos de prisioneros de guerra, pero no ha hecho falta. Nunca hemos estado al margen de las guerras de los hombres, porque nuestros cuerpos, siempre, en toda época, en todo  momento, han sido campos de batalla. Nuestra identidad siempre ha sido terreno a conquistar, nuestro poder femenino era un objetivo a someter, nuestros cuerpos terrenos que arrasar.

Los hombres siempre lo han sabido, por eso es práctica habitual en las guerras, luchar fuera del campo de batalla y utilizar las violaciones  a las mujeres como arma.

 

A las mujeres anónimas violadas en las guerras nadie les rinde homenaje

La muerte luchando se considera digna, ser un preso de guerra también. Pero ser violada te convierte en  una muestra andante de que el enemigo plantó su  bandera en ti.  Dejas de ser una persona y pasas a ser una vergüenza eterna, incluso para los tuyos.

Quien cree que todo lo relacionado  con la violencia, el acoso, el bullying y las violaciones tiene que ver con el deseo sexual se equivoca. Es una cuestión de poder y sumisión.
Por eso no viola el que tiene ganas de follar, el feo, el marginado, el que no liga con facilidad.

  • Viola el que no acepta un “no”
  • el que no es capaz de empatizar
  • el que no ve a la mujer como una persona, sino como un objeto para satisfacer su propio deseo.
  • Viola el que cree que a las mujeres nos gusta convertirnos en cuerpos sin voluntad para que él/ ellos hagan lo que quieran con nosotras.
  • Violan los que tras llenar su mente con fantasías que el porno les ha presentado como creíbles creen que a alguna mujer libre y medianamente sana emocional y psicológicamente hablando, le gusta que uno o varios hombres la fuercen y penetren con violencia por todos lados.
  • Violan los que se excitan con la violencia y la humillación a solas y fantasean con  llevar esas escenas a la práctica.

 

LA realidad es que hay muchos más violadores potenciales de los que creemos, muchos más de los que acaban cometiendo el hecho. La mayoría de las mujeres estamos rodeadas de violadores potenciales, que quizás no lleguen a consumar sus fantasías, pero sabes que las tienen cuando les oyes reir los chistes del compañero. Cuando muchos de sus comentarios sobre las mujeres reflejan que están totalmente inmersos en la cultura de la violación. Cuando como género en vez de recriminar al que se expresa en esos términos, le jalean, se suman,  o se callan.

Querido hombre que estás incómodo al leer esto:

No siento que lo estés, porque ese mismo sentimiento es la prueba de lo que digo.
En este tema, quien calla otorga.

El género culpable

Ayer estuve hablando con mi hijo sobre el holocausto y explicándole lo que es la culpa colectiva. El pueblo alemán en su conjunto fue culpable del holocausto. Sí, esas gentes normales que se tenían por buenas personas. Pero callaron.

Hoy, los hombres de este planeta, como género sois culpables.

  • Culpables porque tenéis que ser vosotros los que paréis esta bola de nieve que nos arrojais y en vez de eso, algunos solo os apartais para que no os toque.
  • Tenéis que ser vosotros quienes dejéis de una vez ese espíritu de mal llamada  lealtad fraternal, más propio de películas de adolescentes universitarios que de adultos, y empecéis a parar los pies a vuestros «colegas».
  • Es hora de que no permitáis que los malnacidos que presumen de cómo tratan a “su novia”, o a una mujer cualquiera, conocida o desconocida, hablen como hablan, actúen como actúan.
  • Es hora de que  reaccionéis más a la violencia que se nos ejerce día tras día, que a los penaltys que os pitan en contra.
  • Es hora de que seáis parte del cambio atacando a los violentos, no a las víctimas.
  • Es hora de dejar de excusaros con lo de “notallmen” (“no somos todos iguales”).

Porque lo cierto es que si no haces nada en contra, eres uno de ellos.
Aquí, como en las guerras de soldados que entran en los pueblos a violar a las mujeres,  no hay terreno neutral.

¡Locas feminazis exageradas!

Si crees que exagero o que soy una loca feminazi, una loca del coño o similar, mira estas imágenes…

Frases recopiladas en ForoCoches.
Imágenes de muestra de cómo se divierten nuestros jóvenes universitarios.
Futuros abogados e ingenieros en plena ODA A LA CULTURA DE LA VIOLACIÓN Y LA MISOGINIA
No es sentido del humor. Es VIOLENCIA

Más ejemplos de "humor" en camisetas

Tras leer esas frases dime que sigues estando orgulloso de tu género.
Dítelo en el espejo, díselo a tu pareja, díselo a tu madre, a tu hermana, díselo a tu hija.
Y si frente a las mujeres que te importan te avergüenzas de estas frases, pregúntate por qué.

¿Es porque respetas a las mujeres sólo cuando son algo tuyo?

Porque entonces es machismo también.

No nos respetas porque somos personas, sino porque la falta de respeto a algo «tuyo» la consideras una falta de respeto a ti, como hombre.

Las mujeres no merecemos respeto por ser “algo” de un hombre.
Merecemos respeto por ser nosotras mismas.
Merecemos respeto, punto.

Merecemos que ningún hombre pueda intimidarnos, y si no hacéis nada para que el mundo que compartimos sea un lugar seguro, entonces deberíais estar prepcrados para el día que todas decidamos aplicar lo de “ ni una agresión sin respuesta”.
Preferiría no criar a mi hija y mi hijo en ese mundo, pero ¿sabes?
Prefiero criarlos así, que lamentar una muerte más.
Prefiero tu vergüenza a nuestro dolor.
Prefiero pagar por una agresión como respuesta que llorar a una más,  a una menos.

¿Quieres ser una buena asesora? Abandona el paternalismo

¿Quieres ser una buena asesora? Abandona el paternalismo

¿Sabéis que es lo más difícil de mi trabajo formando asesoras?

  • No es aguantar las críticas de quienes se atribuyen el derecho a decirme qué puedo no hacer profesionalmente.
  • No es hacerles comprender  a mis alumnas que «un papel» no las convierte en algo que no son, por muy firmado, sellado, homologado y certificado que sea.
  • No es  transmitirles la idea de que no basta sólo con tener «ilusión», que hace falta talento, trabajo y tesón.
  • No es el hecho de hacerles ver que mi trabajo no es darle todas las respuestas, sino animarlas a hacerse preguntas y a encontrar las respuestas con la información disponible.
  • No es el reto de animarlas a ser muy buenas profesionales sin necesidad de copiar. Acompañarlas en el proceso de identificar su valor único añadido a su trabajo.

Lo más difícil es explicarles que casi todo lo que rodea el trato a las mujeres es paternalista y que cuando hablamos de asesoría y/o acompañamiento a mujeres, sobre todo madres, el paternalismo se multiplica. Lo más difícil es eliminar el «vicio adquirido» de tratar a las madres como niñas, tontas, o ambas cosas a la vez. Lo más difícil es aprender a reconocer nuestro modo de ser paternalistas y evitarlo.

Es paternalista el lenguaje y es paternalista la actitud y el trato.

  • Leo anuncios de cursos y/o asesoras llamando «mamis» a sus clientes.
  • Oigo a asesoras usando al bebé o a la pareja para mandarle un mensaje  a la madre : «Hola bebé ¿qué le pasa a tu mamá que le duele la tetita?», y similares.
  • Escucho a asesoras anticipando limitaciones sólo por el hecho de ser madres inexpertas: » Le recomiendo la mochila porque es más fácil que el fular»
  • Observo cómo se responde a preguntas mal formuladas del tipo «¿Puedo hacer esto o lo otro?», como si la decisión de poder  o no hacer una cosa u otra dependiera de la asesora y no de la propia mujer.
  • Veo la necesidad de asesoras de reconocimiento público de su trabajo, cuando en realidad un trabajo de asesoramiento debe ser, por lo general, íntimo y privado.

Cuesta dejar el complejo de Mesías salvadora de maternidades y bebés, pero hasta que no lo consigas, hasta que no entiendas cuál es de verdad el motivo de tu trabajo y desde qué lugar lo haces, tu trabajo no será profesional. Será un eslabón más de la cadena paternalista que nos impide pensar, decidir y actuar como seres adultos y capaces. Estarás sencillamente ocupando tú el lugar que antes ocupaba otro  y que sólo corresponde a la propia mujer ocupar.

LAs mujeres, las madres, no somos un colectivo homogéneo compuesto de seres infantiles o incapaces. Quizás no tengamos experiencia propia en una situación determinada… aún…pero, querida asesora, tú tampoco tienes experiencia en ser esa persona a la que asesoras.
Así que no presupongas que tu forma de afrontar la situación es la adecuada. Sobre todo si partes de la premisa de que tu respuesta es LA RESPUESTA. No puedes ayudar a alguien con un respuesta prefabricada en tu mente antes de conocer a tu cliente y sus circunstancias.

Siempre recuerdo el momento en que mi trabajo de asesora hizo click. Una madre joven, con limitaciones físicas y dos bebés muy pequeños me enseñó lo que no aparece en los temarios de muchos cursos:

Antes de hablar, observa y escucha. Y después de observar y escuchar lo que te dicen, haz más preguntas.

Si antes de eso ya tienes una respuesta no eres una asesora. Quizás eres la wikipedia de tu sector, no lo dudo, pero eso vale para una APP, no para una asesora profesional.

DECÁLOGO DE LA BUENA ASESORA

  • Sé sincera contigo misma y con tus verdaderas motivaciones al trabajar. No se trabaja igual cuando se tienen claros los qués, los cómos y los por qués.

  • Deja tus prejuicios en casa. Nadie está libre de ellos, pero puedes aprender a que no te acompañen al trabajo.

  • No le presupongas a tu cliente limitaciones que no tienen. En realidad todos podemos  más de lo que nosotros mismos creemos que podemos, así que ¿cómo juzgar a quien no conoces si fallas incluso al juzgarte a ti misma?

  • No elimines posibilidades del abanico de  opciones sólo  porque creas que no son válidas para la persona que tienes delante por cualquier motivo ( cultural, económico, social, intelectual, etc)

  • Asegúrate de hacer muy bien tu trabajo: asesorar,  para que tu clienta haga el suyo: decidir

  • Extírpate tu necesidad de dar tu opinión. Tu trabajo es asesorar, tus opiniones  no importan.

  • Aprende a ser empoderante en tu trabajo. Las buenas asesoras no buscan liderar una secta de acólitas eternamente agradecidas.

  • Reconoce que cada caso en el que asesoras te va a enseñar algo, que aún no sabes todas las respuestas.

  • No olvides que todas las personas tienen el mismo derecho al respeto y la dignidad,

  • Tu meta es que tu clienta, tras tu trabajo, esté más cerca de su objetivo y  sienta que ella ha sido la protagonista del proceso.

Como digo siempre, cuando menos parezca que te han necesitado, mejor habrá sido tu trabajo. Cuanto menos necesites ser «el padre» en la vida de nadie, más cerca de ser protagonista de tu propia historia.

Si quieres más herramientas para aprender a hacer tu trabajo de forma profesional te recomiendo mi curso on line  El Arte de Asesorar

Portada-Asesorarte

Pincha en la imagen para formalizar tu inscripción al curso

 

Tú a la cárcel, yo al cementerio… No, mejor al revés

Tú a la cárcel, yo al cementerio… No, mejor al revés

Hubo un tiempo en el que creía firmemente en la no violencia. A día de hoy, creo de verdad que es el camino.
El problema es cuando en un juego sólo cumples las reglas tú. Cuando la realidad  está montada de tal forma que tú siempre, hagas lo que hagas, eres quien pierdes.

Si habláramos de dinero, aún así compensaría un poco, al fin y al cabo, lo material va y viene. Pero si hablamos de la vida… resulta que jugamos a un juego que no elegimos, cuyas reglas  establece el contrario a su medida, que nos hacen partir en desventaja, jugar en desventaja y acabar, con casi seguridad, ya no es desventaja, sino con nuestra integridad no íntegra. Un juego que para demasiadas mujeres es mortal.

Y no, no es una película al estilo los Juegos del hambre. Esto es más bien «Los Juegos del Hombre».
Esta sociedad es altamente peligrosa para las mujeres. Cualquier pareja o ex pareja, psicópata  o pichacorta con el que hayas compartido (o no) algún momento en tu vida puede decidir asesinarte, acosarte y/ o amargarte la vida hasta tal punto que te suicides tú.

Leo a Barbijaputa en El Diario.es :

«Una chica italiana se suicidó ayer en su casa colgándose de una bufanda tras sufrir -durante meses- el acoso de todo su país. La chica se hizo famosa porque así lo decidió el chico que la grababa mientras ella le practicaba una felación en la intimidad, y su ex novio, quien subió el vídeo a Internet (según BBC ella se lo mandó a él, según la propia madre de la chica, era él quien la obligaba a grabarse con otros hombres, motivo que hizo que ella dejara a su pareja y volviera a su casa materna). También lo decidieron así los que lo viralizaron sin compasión en Internet. A los insultos que esta chica sufrió en la Red y en la calle, se sumaron futbolistas famosos como Paolo Cannavaro y hasta un grupo de música que se mofó de ella con una canción, además cadenas de TV que bromearon con las escenas. También se hicieron camisetas y memes con la historia. Tanto el vídeo como el nombre y la cara de la chica estaban en poco tiempo por todos sitios.

Antes de suicidarse lo intentó todo: dejó su trabajo, se cambió de ciudad, intentó cambiarse el apellido y se embarcó en una batalla legal para que webs como Yahoo, YouTube, Facebook y Google retiraran el vídeo. Una semana antes de suicidarse, le confirmaron que lo había conseguido, pero que debía pagarles a estas webs un total de 20.000 euros por «compensación» -así lo llaman-, ya que estas empresas consideraron que el vídeo se había hecho con su consentimiento, y daban así por sentado que si te dejas grabar estás de acuerdo con que pueda verte todo el país. El juez les dio la razón en cuanto a que la chica debía compensarles.»

Y a mí lo único que se me ocurre es comentar esto:

Y como ya comenté en  mi artículo «Nos violan lo justo», siento un ASCO inmenso y profundo.
Porque en este mundo de reglas masculinas, el sexo sigue siendo terreno masculino.

  • Si ellos tienen mucho sexo son machotes, nosotras unas guarras.
  • Si ellos se graban  practicando sexo, son muy modernos, nosotras unas guarras y  unas idiotas por confiar en ellos Porque claro, lo mas normal del mundo si te grabas con tu pareja es pensar en que es un desgraciado que va a subir ese video a youtube.
  • Si ellos hacen público un vídeo donde salimos nosotras practicando sexo, a nosotras nos cuesta la vida,  y no hablo metafóricamene, pero ellos lo petan por «molones».

Así que sí, con el tema de la violencia de género me bajo del carro del pacifismo, lo siento.

Si uno va a Boston y otro a California, es decir, uno al cementerio y otro a la cárcel,
tengo muy claro a donde quiero que vayan a verme mis hijos
y a donde los amigos y familias del machote a ponerle flores a él.

 empoderate

No somos chochitos

No somos chochitos

«La Audiencia de Murcia ha confirmado la absolución de los delitos de abuso sexual y acoso sexual a un jefe de departamento de El Corte Inglés que fue denunciado por dos empleadas por llamar a algunas dependientas «chochitos» o «pilón» o dejarle a una de las querellantes una nota escrita en la que le decía: «Este año si es posible estás más guapa y más buena»El País.com

Recuerdo la primera vez que oí la palabra «chocho». Debía tener yo unos 6 o 7 años y vi a un hombre preguntarle a una mujer >
«¿Cómo estás chocho?» , mientras con el palo de la escoba que llevaba en la mano le tocaba entre las piernas, en su vulva.

Me sentí realmente violenta con esa escena y eso que a esas alturas de mi vida aún no entendía muy bien las connotaciones de esa acción. Pero ni la frase, ni el tono, ni la acción me parecieron normales. Ya en ese momento la reacción de la mujer me pareció de incomodidad a pesar de su pasividad.
Han pasado casi 40 años y lo único que hemos conseguido es que los «señores» con traje y corbata  añadan un diminutivo a la palabra, como suavizándola y que se corten de tocárnoslo ( algunos, claro, otros siguen creyendo que somos terreno  público, nosotras y nuestras vulvas).

Que un «señor» , si se me permite el sarcasmo, que tiene empleadas a su cargo, se crea con el derecho a dirigirse a estas, ya no cosificándolas, sino sexualizándolas en grado sumo, llamándolas por el nombre de su órgano genital ( bajo mi punto de vista, uno de los más vulgares además), es totalmente vergonzoso.
Que la empresa responsable de la política interna sólo le sancione  con 21 días de suspensión de empleo y sueldo, me parece cuanto menos inmoral, pero que un juez le absuelva, pues la verdad es que no encuentro calificativo que describa lo que siento.

Igual si quien hubiera recibido  ese tipo de comentarios hubiese sido una clienta, habría tenido algo más de repercusión por parte de la empresa, famosa por su servicio de atención al cliente. Al parecer no tanto por su servicio al empleado. Ya se sabe que quien paga, manda, y las empleadas deben estar al final de la escala de importancia de nuestro fantástico sistema neoliberal.

Estoy pensando qué pasaría si las mujeres empezáramos a llamar  «pollitas» a los hombres. Si empezáramos a calificarlos según el tamaño «aparente» de su paquete, bromeando con frases del tipo: « este año te abulta más el paquete si cabe». Pero teniendo en cuenta que la mayoría lo recibiría  como un piropo tendríamos que usar la psicología inversa, o sea, decir:
a ver si este año te crece un poquito la pollita, guapetón»
Pero claro, nunca sería igual. No es igual.

Porque la solución no pasa por igualar a la baja en catadura moral, sino en que, de una vez, este tipo de engendros disfrazados de personas, incluso de señores, entiendan que #NoSomosChochitos.

No somos chochitos, ni coñitos, ni culitos, ni tetitas, ni nada por el estilo.

[Tweet «No somos chochitos, ni coñitos, ni culitos, ni tetitas, ni nada por el estilo»]

De hecho, no somos nada que ellos crean que somos. Somos personas, con nombre propio, con dignidad y derecho a un respeto que les parece imposible demostrarnos.
No somos «bonita», ni «princesa», ni «reina», ni «cariño» ni nada que se le parezca.

el tamaño importaNo nos pongan diminutivos en sus etiquetas, ni en sus sustantivos, ni en sus adjetivos. Porque lejos de resultar en lo que normalmente pretendemos al usarlo  en algunos contextos, la connotación cariñosa, se convierte en más abuso, más acoso, más paternalismo y más machismo.
Ahora resulta que ni siquiera soy una persona, ni siquiera soy un cuerpo, ni siquiera soy un chocho… sólo llego a «chochito».
A ver si se trabajan ustedes los complejos sobre el tamaño señores y no olviden que puestos a medir tamaños, salen ustedes perdiendo.

 

empoderate

Nos violan lo justo

Nos violan lo justo

Si vas sola, porque vas sola
Si vas con una amiga, porque vais solas
Si te vas con un chico, porque te fuiste con él
Si no te vas con un chico, porque le provocaste
Si te quieren acompañar y dices no, porque preferiste irte sola ( vuelve al  punto 1)
Si aceptas que te acompañen, porque te vas con cualquiera
Si te acompaña un grupo de hombres, porque eres tan ingenua que te vas con cualquiera creyendo que el grupo te protegerá…
Si te quedas en casa, porque te quedas sola
Si sales de fiesta, porque vas donde te pueden encontrar
Si estás en una zona aislada, porque está aislada
Si estás en el centro de una ciudad… da igual.
Porque no importa lo que hagas ni lo que dejes de hacer.
Tú mujer, como yo, siempre serás la culpable de lo que te pase, de lo que te hagan, de cómo te lo hagan.
Da igual que digas NO, ¿Acaso no cree la inmensa mayoría que cuando decimos «No», no significa «no?
Da igual que intentes resistirte, siempre pueden decir que te gusta el sexo violento, o el sexo en grupo, o «jugar a las violaciones»
Da igual porque tú sabes, que si pasa ya has perdido, Ya te ha pasado casi lo peor que te podía pasar, pero no lo último.
Tú, como yo, sabes que que te violen es sólo el principio. Porque esa será la primera de muchas violaciones más
Tras violar tu cuerpo, tu autoestima, tu confianza, tu seguridad… ahora violarán el derecho a ser persona, a ser creída, a no ser humillada, a no ser juzgada cuando tú eres la víctima.
Vas a oir a un montón de gente preguntarte
  • «si de verdad fue una violación»
  • «si dijiste «No» clara y audiblemente»
  • «si lo dijiste varias veces»
  • «si gritaste»
  • «si te resististe lo suficiente»
  • «Si cerrabas las piernas»
  • «si luchaste»
Dentro de poco a alguna nos preguntarán si dimos las gracias al acabar…
Porque en el fondo de la mente de más gente de la que crees, si te ha pasado esto, si te violan, es por algo que tú has hecho o dejado de hacer.
Por eso saldrán impresentables preguntando «si ha habido la suficiente violencia y agresividad» para ser considerada una violación. Como si el mero hecho de no consentir no fuera suficiente. Esa gente que aún cree que una buena chica es la que prefiere morir a que «mancillen nuestro honor». Como si el honor lo tuviéramos en el coño .
  • Nos violan desde el momento en que nos miran como a un trozo de carne  con agujeros hechos para que depositen su mierda. Y no me refiero sólo a sus fluidos, sino a su odio, a su machismo, a su misoginia, a su asco por nosotras.
  • Nos violan desde el momento en que no nos ven como a personas, sino como a objetos que usar a su antojo. Y tirar después.
    Nos violan los que nos violan y sus amigos que jalean la hazaña como cantarían un gol de su equipo.
  • Nos violan los que creen que «una pasada de viaje» es follarse 5 a una tía. (Cuánto daño ha hecho el porno que haya hombres que crean que a la mayoría nos gusta que nos follen 5 desconocidos, por la fuerza en un portal)
  • Nos violan cuando su entorno en vez de escupirles a la cara y aborrecer de lo que han hecho, les defiende, les justifica o sencillamente se callan. Vuestro silencio nos viola.
  • Nos violan cada vez que cualquier desgraciado por el hecho de tener un micro o un medio donde alguien le lea o le escuche, se cree que sus preguntas culpabilizando a la víctima es periodismo. Me cago en vuestro periodismo de mierda.
  • Nos violan cada vez que bromeáis sobre nosotras, nuestros cuerpos y lo que haríais con ellos.
  • Nos violan cuando «tu amigo», «tu hermano», «tu padre» o «tu pareja» habla como lo hace de las mujeres.
  • Nos violas tú cuando les ríes las gracias, o cuando, como hace el entorno de los violadores, te callas.

Todas somos «violables». ¿Sabes por qué? Porque Pueden.

Porque les importa más depués lo que ponga un parte de lesiones sobre nuestras heridas en el cuerpo, que las que sangren de por vida en nuestra alma. Porque no entienden que hay cosas que ya no se curan nunca. Porque ¿cómo se cuantifica el miedo, la angustia, la inseguridad, el asco, la vergüenza, la indefensión, la incertidumbre, el dolor, una vida rota? ¿Cómo se miden las secuelas en la vida personal, emocional y psicológica de una mujer violada? ¿Cómo se resarce a una víctima de todo esto? ¿Con unos cuantos meses o años de prisión? ¿De verdad?

Cada vez siento más ASCO. Asco porque el machismo, lejos de retroceder, crecesesperanzada. Hoy sólo me sale autocompadecerme de mi y de ti.

Pobre de ti como seas una chica simpática, alegre, jovial, que sale, baila y lleva minifalda. Los abogados y la opinión pública te van a despedazar.

Pobre de ti si  eres «promiscua», si alguna vez has hecho sexting o algo parecido, porque usarán contra ti cualquier aspecto sexual  de tu vida que puedan airear.

Pobre de ti si eres guapa, porque pasas a ser un producto de consumo público. Y a ver quién les convence de lo contrario si toda nuestra vida hemos crecido con la publicidad machacándonos esa idea.

Y pobre de ti si eres fea porque nadie creerá que ningún tío quiso violarte y pensarán que en el fondo te hizo un favor.

Pobre de ti en cualquier caso… y pobre de mi. Porque nuestra fantástica sociedad del bienestar protege mejor nuestro dinero o los sistemas operativos de nuestros ordenadores que  a nosotras. Porque las  únicas soluciones que nos ofrecen  para protegernos es «tener habitaciones del pánico». Me pregunto si no querrán que nos emparedemos dentro.
Porque nos siguen arrojando a nosotras la carga de cuidarnos de los violentos, en vez de asumir su responsabilidad para garantizar nuestra libertad de ir y venir donde, cuando y con quien queramos. O completamente solas.
Tenemos derecho a no tener que cuidarnos. Cuidarnos…¿De qué? ¿De quién? ¿De todo ser humano varón del planeta? ¿De verdad que la solución es vivir con miedo perenne? ¿De verdad no saben gestionar esta crisis sin culpabilizar a la víctima? ¿De verdad?

libro la maternidad sin tabúes, de Nohemi Hervada

Mi nuevo libro. Cómpralo aquí

Asco porque me cuesta pensar sin odio
Asco porque empiezo a creer que al final la única solución a este feminicidio «no declarado pero vivo» es la violencia.
Asco porque me cuesta pensar en cómo contrarrestar esta mierda y criar a una hija libre y a un hijo no machista
Asco porque la inmensa mayoría o aplaude o calla. Porque pocos son los que levantan la voz para gritar con nosotras.
Asco de la falta de justicia.
Asco de la falta de valor y hombría de quienes necesitan violarnos para sentir algo con sus malditos penes.
Asco de sentir tanto asco

 

 

Juegos Machirulímpicos

Juegos Machirulímpicos

En mi anterior post «Histéricas, gordas, feas o guapas, da igual» hablé sobre la forma de hablar sobre las mujeres e incluí algunos ejemplos de cómo se ha tratado a  las atletas de Rio 2016, por parte de los medios.
No debería extrañarnos porque el deporte es parte de nuestra cultura, y como tal, machista y misógina.  No es nada nuevo y no es particular del periodismo.
Pero claro, estar viviendo una competición del alcance de unos JJOO, donde la atención de una parte importante de la humanidad está puesta en los logros de los atletas (45% de los cuales son mujeres) hace que el caudal de noticias con un tratamiento cuanto menos desafortunado sea inagotable.

Os comparto más ejemplos, para que cuando alguien diga que es cosa de feminazis o histéricas exageradas, quede patente, que esa respuesta es parte del problema:

  • Este es el equipo femenino de Ciclismo en pista de Gran Bretaña ( persecución por equipos). Campeonas olímpicas: ¡Las 4!

Atletas de Gran Bretaña ganadoras del Oro
Y así es como el Daily Mail presenta la noticia en portada:
daily mail

Por supuesto no pueden evitar mencionar a los chicos aunque la noticia sean ellas.
Lo peor no es eso, aunque ya de por sí es para estar en nuestro ranking. Lo peor es que han recortado la foto original, donde aparecen las 4 campeonas, porque, según explicó luego el propio editor:

«Bueno, es obvio en realidad  ¿no?, la mayoría de nuestros lectores leen el periódico con su desayuno. No podemos poner a una mujer calva, con independencia de que sea un magnífico ejemplo de atletismo femenino  y ejemplo de logro,  en la portada de The Daily Mail, la gente está comiendo «.

De ese modo Joanna Rowsell Shand que tiene alopecia, que ha sido varias veces campeona del mundo y que ha ganado una medalla de oro y un MBE, ve como su nombre es relegado por el Daily Mail a la contraportada junto a su compañera de pelo rosa, Katie Archibald.
Al parecer los británicos pueden desayunarse viendo imágenes de bebés y niños muertos, pero no ver una mujer con alopecia. Son algo especiales en su delicadeza por lo que se ve.

.

  • El Jueves también se hace eco de este tipo de noticias, y como es habitual en ellos, proponen ir más allá a un  titular que  reza: «Michael Phelps comparte noche histórica con una afroamericana» (Así, con un par, ni nombre tiene la chica).

el jueves

Este tuit ya no está disponible, prueba de que algunos, a veces, tras los comentarios, recapacitan, aunque sólo sea para lavar su imagen. Podéis ver la prueba aquí.

  • El periodista español Pedro Morata de la Cadena Ser se ha cubierto de gloria no sólo por este tuit  que, errores ortográficos aparte, es la prueba evidente de su nivel periodístico al resumir así su entrevista a una campeona olímpica. Tuit que por cierto borró de su cuenta (él sabrá por qué).

pedro morata y mireia belmonte

Lo peor ha sido  su reacción cuando le increparon por él . Incapaz de disculparse e incapaz de comprender qué es lo que ha hecho mal en su «amable»  juicio del físico a una atleta ganadora de un oro olímpico. ¡¡¡Si es que somos unos exagerados y unos rebuscados!!!

Por supuesto disculparse no sabe, bloquear sí

 

Mireia Belmonte ha sido una de las protagonistas de esta machirulompiada, sin duda. Su historia ha dado para varios ejemplos de machirulismo deportivo.

  • EL periódico Marca está tan acostumbrado a usar a las mujeres sólo como escaparate o como «novias de futbolistas», que claro, ni sabe el apellido correcto de nuestra primera medallista de oro olímpica en Río 2016. Total, ¿qué más da no? ¿Belmonte, Del Monte? A mí me suena bastante parecido, al menos mejor que ser «la afroamericana con la que Phelps comparte noche histórica…»

marca

  • Público es más moderno. Critica por el físico también a los hombres

  • Leemos esto y no sabemos de qué va ni qué tiene que ver con el deporte…

paola pliego

Hasta que busco y me entero que esta chica es esgrimista y se ha quedado fuera del sorteo para ir a Río2016. Pero claro, lo importante es que nos perderemos su cuerpazo. ¡Buahhhh, qué pena, con lo sexy que es el mono ajustado de las esgrimistas!paola pliego

  • Elespañol.com considera que hablar de una campeona olímpica de halterofilia como Lydia Valentín no merece ir en la sección de Deportes (¿a quién se le ocurre?), sino en Corazón-Famosos (Como tiene que ser), y en este tono publica esto…

Captura de pantalla 2016-08-17 a las 14.24.28

13906885_631503893693153_1938046660054295734_n

  • Mireia Belmonte es prueba evidente también de que lo importante de una atleta es qué hombre tiene a su lado, delante o detrás que la ha hecho estar donde está. Lo importante es si hay un novio que la ayuda a mantenerse centrada, o un padre orgulloso de su niñita o un entrenador que es el que la ha convertido en estrella realmente. Todo menos alabar por encima de todo su mérito personal

  • Sport presenta la noticia destacando que el novio la felicita por ganar, y luego ya si eso, nos cuenta que Mireia ganó el oro. (Por cierto, de todos los «personajes» que la felicitan, los 2 que citan son hombres… ¿Casualidad?)

novio de mireia belmonte

 

  • Esta noticia, aunque va de un periodista que al parecer no considera personas a las mujeres, es positiva porque demuestra lo fácil que es dejar las cosas claras. Bravo  por  Andy Murray. OS copio parte del texto que podéis leer en el enlace de El Huffington Post:

Andy Murray

«El tenista escocés Andy Murray puso en su lugar al presentador inglés de la BBC John Inverdale cuando éste pareció olvidarse de que los logros de las mujeres en el tenis también cuentan. 

Durante una entrevista al tenista después de la victoria en individuales en los Juegos Olímpicos, Inverdale destacó que Murray era el primer tenista en ganar dos oros olímpicos.

Y Murray le recordó: “Venus y Serena han ganado unos cuatro cada una”.»

 

Podría seguir poniendo más ejemplos… pero tengo una vida, y a mí, a diferencia de a la mayoría de los periodistas que se cubren de gloria con estos titulares y artículos, no me pagan por esto.
Os dejo más artículos sobre el tema, por si os ha sabido a poco

Mañana, día 18 sobre las 11.45 hora canaria, estaré en La Alpispa hablando sobre este tema, por si te apetece escucharnos en directo

empoderate

Histéricas, feas, gordas o guapas, da igual.

Histéricas, feas, gordas o guapas, da igual.

«Hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo porque son histéricas y sienten culpa por no poder tener sexo libremente»...
«Aldana hace mucho que coge con pendejas (menores), ¿ahora eso es abuso?. Es una aberración de la ley que si una pendeja de 16 años con la concha caliente así quiera coger con vos y vos no te la cojás».

Así se expresa Gustavo Cordera ante un grupo de estudiantes de periodismo

Me da igual que creyera que le amparaban las normas de la escuela de no poder publicar lo expresado en esa entrevista.

Me da igual que luego dijera que se trataba de un «psicodrama» para provocar.

Me pregunto cómo hemos permitido como sociedad un ambiente en el que alguien es capaz, ya no de pensar así, sino de expresarlo en público con total soberbia e impunidad.

Me pregunto cómo hay tanto tío cerdo, con pinta de baboso,  de los que apestan en todos los sentidos de la palabra, que ha llegado a creerse el maná del cielo en forma de hombre para las mujeres.

Me pregunto por qué están convencidos de que basta su intención de tener algo con nosotras  para que tenga que ser así, aún a pesar nuestro.

Me pregunto por qué les cuesta aceptar que las mujeres podamos decir «NO», y que no tengamos que dar motivos, ni justificaciones ni pedir perdón por ello.

Me pregunto cómo hay tanto «guapo» que cree que la misión de las mujeres con las que se cruza ha de ser adorarle.

Me pregunto dónde coño están el resto de hombres de su entorno que les han permitido seguir pensando de ese modo.

Y me pregunto sobre todo, por qué «pueden» hacerlo.

La respuesta es evidente. Cada vez es más notorio que no son sólo 4 locos descerebrados los que piensan así. Hay un caldo de cultivo no sólo machista, sino misógino que permite que proliferen estos especímenes, cual medusas en un mar caliente. No los ves, pero están ahí, esperando el mínimo roce para inocularte su veneno.

El tipejo este no es una excepción. Él sólo ha tenido la desgracia de que quienes le oyeron no se callaron e hicieron públicos sus escupitajos en forma de palabras.

Y ahora me saldrá algún colectivo de hombres llorando con lo de «no somos todos iguales». Y es cierto, no todos se atreven a hablar así, pero una gran mayoría lo escucha y no hace nada. Eso para mí es ser cómplice. No me creo yo que alguien que habla así de forma pública, que destila ese odio por las mujeres por los poros, nunca lo haya demostrado en su círculo íntimo, en su familia, con los que trabaja a diario.

El día que TODOS plantemos cara a este tipo, no solo de comentarios, sino de actitudes, el día que esta gente no tenga con quien hablar, ni con quien salir ni con quien trabajar, ese día, igual vuelvo a tener fe en la humanidad como conjunto.

Alexa MorenoY si no que se lo digan a Alexa Moreno. Una gimnasta mexicana participante en los Juegos Olímpicos que ha tenido que escuchar cómo miles de sus compatriotas la criticaban por su físico. Un físico que, por cierto, la ha llevado  a clasificarse como la  nº 12 del ranking mundial en salto femenino.

Pero Alexa es, como todas las mujeres, o demasiado de algo o demasiado poco. En este caso  Alexa Moreno es «demasiado mexicana», «demasiado morena» y «demasiado poco alta y delgada».

Al parecer no basta con ser una atleta de élite internacional, haberte clasificado para participar en los JJOO a pesar de que tu país no sea conocido por incentivar esa disciplina deportiva. No basta con compaginar la dureza de los entrenamientos de gimnasia con estudiar arquitectura.

No basta.
Porque es mujer, y como tal, criticable. Da igual que sea el «body shaming» el «mansplaining» o cualquier otra forma que sea tan generalizada que merezca etiquetarla.

Por eso da igual los méritos propios que siempre se buscará asociarlo a alguien que sí lo merezca, un hombre por supuesto

Cory Cogdel

El caso es que  las mujeres  somos todas o feas o gordas o flacas o peludas o demasiado atractivas o vamos solas o «sólo con otras mujeres» o provocamos o consentimos o buscamos o calentamos o nos negamos o nos negamos poco o lo decimos demasiado bajito o con poca fuerza o no peleamos o peleamos poco o nos quejamos o no nos quejamos o denunciamos o no denunciamos o nos tapamos o nos exhibimos o nos tapan o nos exhiben o somos sumisas o bordes o contestonas o mandonas o pusilánimes o machistas o feministas o calladas o protestonas o histéricas. O llevamos velo o bikini.
Las mujeres somos todas coto de caza… la única  diferencia es si  en cada ocasión el coto es público o privado

Y seguimos viendo cómo se hace apología del machismo, de la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos. Disfrazado de cultura, de religión, de política, de humor…

misoginia para chavales

Y no salimos del asombro de ver cómo los verdugos lloriquean con todos los medios a su alcance para seguir ejerciendo su violencia a plena luz del día, a bombo y platillo… hasta cobrando por enseñar a ejercerla…  (#STOPAlvaroReyes )

Y mientras algunos comentan sobre la falta de libertad de una atleta que juega con hiyab, otras pensamos que no hay una sola mujer libre en este planeta.

[Tweet «Sea por ser fea o por ser guapa… todas estamos expuestas, todas somos objetivo.»]

bloguera violada y asesinada