Hay días que la vida se me hace «bola».

Por eso hace mucho decidí no ver noticias en la TV, de ese modo en vez de pasarme media hora bombardeada de cosas que me entristecen, enervan o enojan, dejo que sea cualquier algoritmo el que me las filtre y, al menos, las cosas que me entristecen, enervan o enojan son solo las de temas que me preocupan algo más.

Como mi trabajo está enfocado en un alto porcentaje en la situación de las mujeres y la infancia, pues me llegan cositas como esa que veis en la imagen.

Y depende como me pille el día, me río o me entristezco o me dan ganas de salir a quemar contenedores. Y no, no es apología de la violencia, por si a esta generación woke hay que explicarle lo que son recursos literarios… Que, como decía mi amiga Irene, las mujeres somos tan buenas que vamos a una manifestación porque nos están asesinando y recogemos los papeles del suelo… pero ese es otro tema (coméntame si te interesa para otro artículo 😉 ).

El caso es que me pregunto cómo reciben esta noticia los propios hombres. Así que si es tu caso, si eres uno de esos «ejemplares raros» que lees a mujeres y no te sientes ofendido cuando contamos lo que nos pasa ni te aventuras a excusarte antes de que acabemos nuestras frases, te pregunto:

  • -¿Qué sientes al leer esa noticia?
  • -¿No te da por pensar por qué somos tan pocas las que estamos en los pisos de arriba del todo si somos más?
  • -Teniendo en cuenta que hay más mujeres con títulos universitarios, que está demostrado que curramos más, que somos más propensas a acabar lo que los demás no hacen… ¿En serio nunca te has preguntado qué pasa?
  • -¿Alguna vez te has visto cuestionando a las mujeres que tenías por encima de ti en tu jerarquía empresarial o corporativa?
  • -¿No has comentado que «a saber cómo ha llegado ahí»?

 

Y te pregunto:

  • -¿Has cuestionado igual a tus jefes hombres?
  • -¿Te preguntas alguna vez con quién han tenido ellos que» juntarse» – por usar un eufemismo- para llegar donde están?

 

MI Estadística Personal

En mi vida he tenido mayoría de jefes hombres ( ¡qué raro!) y algunos eran rematadamente incompetentes.

Te hablaría de uno que, con mis 18 añitos, me hablaba con un sarcasmo y una superioridad que me asustaba y asqueaba a partes iguales. Que nunca me dio una directriz de cómo hacer mi trabajo pero si no lo hacía bien me ridiculizaba delante de los clientes.

Te contaría de aquel que se inventaba el inglés que hablaba y en vez de reconocer que no era capaz de entender cuando le hablaban nos pasaba las llamadas ( a las chicas) diciendo que estaba ocupado. Este, además de programar reuniones fuera de horario para oírse a sí mismo hablar, se la pasaba comentando que «trabajar con mujeres era muy complicado». ( Creo que la realidad era que para él lo complicado era trabajar).

Te nombraría a uno al que le tuve que escribir fonéticamente cómo se decían las frases más comunes que usábamos en el trabajo en inglés, que acabó siendo mi jefe (¡qué raro!), al que le cubría yo las bajas en festivos, al que le hacía trabajo administrativo, comercial y de RRP que no me correspondía, y fue el máximo responsable de mi baja por mobbing ( y ahí sigue Paquito, con su carguito).

Y puedo contarte el caso de otro que me «fichó» para llevar el liderazgo femenino y empoderamiento en su portafolio de servicios pero pretendía que le dijera que sí a prácticas anti éticas profesionalmente y que le regalara parte de mi trabajo. Por supuesto al decirle «no» ( de primero de empoderamiento) me llevé de premio un ghosting de manual y un «cese» por correo electrónico un domingo noche que fui a mirar tras la notificación de «has sido eliminada de este grupo de WhatsApp». Muy divertido sobre todo teniendo en cuenta que se dedica a enseñar liderazgo y gestión de equipos. ¡Una fantasía total!

Si esto lo hubieran hecho mujeres imaginad los comentarios.

Así que la verdadera igualdad no es sólo que seamos la mitad en todo, sino que podamos serlo incluso siendo tan incompetentes y/o malos jefes como todos estos señores de los que te he hablado.

La verdadera igualdad no es sólo que seamos la mitad en todo, sino que podamos serlo incluso siendo tan incompetentes y/o malos jefes como todos estos señores de los que te he hablado.

De momento lo único bueno de esta historia es que si tienes mala memoria y no recuerdas el nombre de algún CEO o director, ya sabes, llámale José o Carlos y aciertas casi seguro.

Y ahora la pregunta es… ¿Qué vas a hacer con este post?¿Lo compartirás o es «too much truth» ?

Fuente noticia::Hipertextual