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¿Sabes comunicar con tu cuerpo?

¿Sabes comunicar con tu cuerpo?

¿Sabías que al comunicar tu cuerpo habla más que tus palabras?

EL lenguaje no verbal compone más de un 70% del mensaje que transmitimos , si incluímos la voz,  el tono y modulación ese porcentaje aumenta todavía más.
Cuando uno toma conciencia de esta realidad lo más inteligente es intentar aprovechar ese poder, utilizarlo a nuestro favor para no perder fuerza con nuestro discurso.

En mis cursos de comunicación propongo varias formas de trabajar con el lenguaje corporal.
Lo primero por supuesto es reconocer cómo manejamos nuestras herramientas. Si a la hora de comunicarnos somos fluidos o si el nerviosismo al hablar ante otros nos vuelve rígidos o histriónicos o tendemos a apoyarnos en movimientos repetitivos sin demasiada coherencia.

Algunas personas tienen un don natural para hablar fluidamente y que el cuerpo acompañe, pero otros tienen que trabajar y practicar.

Va por delante que lo primero para que el lenguaje verbal apoye nuestro discurso es que sea cierto, es decir, que nos creamos lo que estamos contando, o si no se nos saldrán las mentiras «por las costuras».

Cartel de la serie "Lie to me"

Cartel de la serie «Lie to me»

Pero es verdad que el nerviosismo puede hacer que perdamos credibilidad, o parecer poco confiables, así que os propongo un ejercicio que aparte de ser provechoso puede ser muy divertido.

Cuando cantamos abrimos las compuertas de las emociones, y es fácil que nuestros cuerpo y nuestra expresión facial trabajen en sintonía con la letra. Nos pasa a casi todos, así que  si eres de los que te cuesta expresar al comunicar en público, si eres de los que tiende a parecer frío o rígido, canta.
Si puedes hazlo frente a un espejo, o mejor aún grábate, e intenta exagerar con tus movimientos y expresiones lo que la letra dice.
Si te has grabado puedes visionar la grabación y tendrás una idea más real de en qué cosas tienes que mejorar.

Mira cómo  estas personas cantan una canción en LSE (Lengua de Signos Española). Observa cómo todo el cuerpo comunica, la cara, el rostro, las manos, los movimientos que pueden ser lentos o rápidos marcando así diferentes grados de intensidad, diferentes emociones.
Es un ejercicio magnífico para explorar todas las posibilidades del cuerpo a la hora de transmitir.

 

 

Si hemos practicado este ejercicio «exagerado», luego en un ámbito más natural, nos será más fácil  comunicar con el cuerpo, con la expresión, con nuestros movimientos, con cómo ocupamos el espacio en una sala. Perder el reparo a usar todas nuestras herramientas nos hará ganar  en expresividad y en poder de convicción.

Gracias a Romina Bueno, del Centro  Psicopedagógico Aprendiz, y  alumna de mi curso de  Asesora de Porteo Mimos y Teta por enseñarme el fascinante mundo del LSE, donde saben muy bien que ellos no se limitan a traducir palabras… sino a expresar mensajes en toda su dimensión.

Y a otras cositas que he encontrado interesantes sobre la expresión con el LSE, mirad esta incluso sentada:

Disfrutad con el ejercicio y contadme vuestras impresiones y progresos <3

Qué hay detrás de los Selfies

Qué hay detrás de los Selfies

Ayer leía a una amiga lo estúpido que parece nombrar en inglés cosas que tienen su nombre en nuestra lengua, y yo que amo las palabras, en parte estoy de acuerdo.
A mí personalmente, me parece un snobismo llamar «muffin» a la magdalena de toda la vida, pero la lengua que utilizamos es algo vivo y nos guste o no, cambiante. A  veces por necesidad, a veces por uso, a veces por modas…  Nunca he oído a nadie usar «balompié», en vez de «fútbol», así que me temo que igual un día las magdalenas  serán solo  las representaciones de aquélla mujer que se cruzó un día con Jesús de Nazaret.

Pero volviendo al tema del título, hay una palabra que ya es parte del vocabulario habitual de la mayor parte del planeta sin ser angloparlantes: selfie.

¿Qué es un selfie?

Un selfie es una autofoto de toda la vida de dios.
Bueno de toda la vida no, porque hasta la llegada de los smartphones  y tablets, hacerse fotos estaba reservado a las BBC  (Bodas, Bautizos, Comuniones) y demás eventos especiales.
carrete fotosCuando yo era pequeña la cámara de fotos no es que fuera algo desorbitado de precio, pero había que comprar el carrete ( máximo de 36 fotos) y revelarlo, lo que no era precisamente barato. Así que sin ser un lujo en sí,  como tampoco era algo de primera necesidad, no entraba en el presupuesto habitual de la familia.

Y luego el tema logístico:  hacerse una foto a uno mismo con esas cámaras era complicado. No todo el mundo tenía un trípode, ni un disparador automático, ni todas las cámaras permitían el disparo retardado. Así que en a mayoría de los casos más que complicado era imposible.
Así que lo habitual es que  las fotos fueran grupales, o familiares, para aprovechar. De ese modo en vez de hacer una por persona salíamos todos a la vez. Bueno, todos  salvo el que la hacía, que o bien se turnaba con algún otro del grupo, o lo más frecuente, fuera siempre ese que se ofrecía a hacerlas «porque le salen muy bien» al mínimo atisbo de asomar una cámara.
Casi nunca era que fuera el mejor fotógrafo, sino la persona que menos se gustaba a sí misma (recordad este detalle).
Creedme que sé de lo que hablo.

El deseo de prevalecer

Antes de la llegada de las cámaras de fotos familiares,  ¿quién podía permitirse guardar su imagen para la posteridad o como recuerdo?
Pues la clase media, en situaciones contadas, cuando se iba a un fotógrafo profesional.
¿Y antes de eso?
Pues observemos las «redes sociales» de la época, es decir, los museos y palacios de hoy. En sus paredes vemos colgados los retratos de los nobles  e ilustres que podían permitirse encargar retratos.
O estaba la opción de ser musa de artista, aunque fueras prostituta y de ese modo conseguir pasar a la historia

Victorine Meurent musa de  Manet

Victorine Meurent musa de Manet

La mayoría de los pintores, que eran quienes podían y sabían se hicieron autorretratos, a veces series enteras. Auténticos selfies de su época que hoy admiramos

Autorretrato Van Gogh

Autorretrato Van Gogh

Si Las Meninas hubieran tenido un smartphone o una tablet sin duda la historia sería muy diferente

Imagen de Idígoras

El caso es que estoy harta de leer a psicólogos ,expertos  y opinólogos varios hablando de los trastornos que hay detrás de los selfies.

No digo que no tengan razón en algunos casos, incluso en muchos casos. Pero me repatea la necesidad de etiquetar todos los comportamientos humanos como patológicos.
Y por supuesto, a nivel personal, me repatea solemnemente que alguien crea saberse mi vida y milagros por las fotos que me hago o que me psicoanalice cuando ese no es más que UN aspecto de mi compleja psique (como de la de cualquiera, vaya).

Vivimos en una época totalmente audiovisual. En un mundo bombardeado de imágenes, donde las personas «de a pie» éramos siempre receptores. Ahora resulta que a mucha gente le parece bien, o divertido, o terapéutico, o lo que sea, no solo recibir imágenes de otros, sino emitirlas.

Y digo yo: ¿qué problema hay?

Como en todo, seguro que habrá nieveles de patología, por supuesto. Quienes se las hacen conduciendo y locuras por el estilo.
Pero es que locos los hay en todas las ramas (si yo hablara…).
En el mundo en el que yo me manejo que es entre mujeres principalmente, y particularmente entre madres, lo habitual es sentirse «inexistente».
La imagen femenina se ha usado y se usa para todo menos para hacer sentir bien a la propia mujer que la proyecta.
Crecemos con estereotipos imposibles de cumplir, oyendo continuamente adjetivos sobre nuestra imagen, no siempre positivos.
Digamos lo que digamos la imagen personal va asociada a ciertos prejuicios sociales, culturales, religiosos, etc. A veces incluso ideológicos.
Igual de prejuicio es decir que las guapas son tontas, a decir que las feas son más inteligentes. O  que para ser activista de cualquier causa supuestamente importante hay que ser descuidada o poco femenina, o ir rapada o vestida de negro y con chanclas. Estereotipos todos. Prejuicios todos.

Si una mujer no se gusta, eso va a repercutir en su vida, en la personal, en la de pareja, en la familias, con sus hijos, con sus clientes, con sus vecinos… en toda su vida.
Decirle que su apariencia no importa no solo es mentira sino que es una estupidez.

Claro que la apariencia importa, que me hace a mí mucha gracia quienes presumen de importarles poco la suya pero contratan a un diseñador para su logo, su web o combinan las cortinas con el sofá y/o buscan hacer fotos bellas a paisajes.
Respeto a quien quiera negar  las repercusiones de la imagen propia, en uno mismo y en los demás, pero por supuesto no lo comparto. Como diría una amiga, las personas son respetables siempre, las opiniones no.

Cuando trabajo con una mujer que no se gusta a sí misma una de mis recomendaciones es precisamente que se haga fotos. Que se las haga ella, llamándolas selfies o autofotos, o autorretratos o miradas en el espejo…. o que se haga una sesión con un profesional.
Que luego esas fotos las publique o no, eso ya depende de ella misma.
Pero  alguien que se ha pasado la vida escondiéndose, odiándose incluso, por no ser como se supone debe ser, o repitiéndose constantemente que «a mi no me importa mi imagen porque eso es frívolo»  y cosas parecidas, para tapar ese descontento o los complejos, lo que está haciendo es engañándose.

Porque su yo de verdad, se le saldrá por las costuras.

Y le saldrá en forma de burla o crítica a quienes son felices sintiéndose a gusto consigo mismas, o como yo digo: «ejerciendo de fea», lo que significa:  intentar demostrar a todo el mundo que eso no te importa, cuando en realidad te importa tanto que te duele.

Y repito: sé perfectamente de lo que hablo.

El primer paso es Mirarse, reconocerse, cambiar si se desea cambiar algo…
la meta: llegar a gustarse.

Como mujer, como madre, y como facilitadora de talleres de desarrollo personal estoy harta de ver que si las mujeres tenemos baja autoestima  en general, al ser madre la cosa puede  agravarse aún más.
El rol de madre es tan intenso, que es fácil perder la propia identidad al servicio del cuidado de la familia.  Pero sin entrar en detalle a analizar las connotaciones  de ese hecho, voy a mencionar solo uno:

Qué mensaje les transmitimos a nuestros hijos sobre nuestra propia percepción de nosotras mismas

Si nuestros hijos tienen que decirnos algo como: «¡Mamá, ponte en la foto!»... no estamos contribuyendo mucho a visibilidad y dignificar nuestro papel.

Nuestros hijos nos ven preciosas, porque lo somos

(Conste que odio poner publi de esta empresa… pero es el que mejor refleja lo que quiero decir)

Yo fotografío a mis hijos porque les adoro y estoy orgullosa de ellos y quiero guardar muchos momentos…
Y me fotografío  a mí misma porque por fin me quiero mucho más de lo que aprendí a quererme.
Y porque tengo derecho a ser vanidosa si me apetece… mi yo acomplejado lleva tantos años de ventaja en ese campo que puedo permitirme otros 30 y tantos de prevalencia del exhibicionista.
Y porque me da la gana
Y porque además… salgo monísima… que es algo que esas «feas» que me critican, al parecer no soportan.

Sigo siendo igual de buena profesional o no,
igual de buena madre o no,
igual de leal o no,
con selfies o sin ellos.

La diferencia es que soy libre de decidir hacer algo que me sienta bien a mi, y que sienta bien a gente que me importa.
Al resto, a esos que les molestan mis selfies o los de los demás…
Lo primero  esto:

Y lo segundo:
deciros que me importa exactamente NADA vuestra opinión.

Maléfica y su selfie

 

Relaciones tóxicas : El redentor

Relaciones tóxicas : El redentor

Hemos crecido rodeadas de mensajes que nos han hecho creer que el amor es muchas cosas cuando la realidad es muy diferente.

HOy escribí un post para mi blog personal a raíz de una canción ( que es uno de mis hobbys, coleccionar canciones según mis vivencias y estado de ánimo).
Pero como suele suceder la inspiración llega como quiere  y me salió un post sobre as relaciones tóxicas.
En concreto sobre el deseo de cambiar al otro y lo que ese deseo esconde en realidad.
Como la red social que más trabajo es Facebook el artículo generó cierto debate y me he animado a escribir mis reflexiones al respecto. Podría parecer que no está muy relacionado con mi trabajo pero no es así.
PArte de mi trabajo de desarrollo personal con mujeres es trabajar el empoderamiento personal, y este pasa por reconocer actitudes de sumisión, voluntaria o forzada por otros.
Muchas mujeres (hombres también,aunque la verdad es que en muchísima menor medida) han sufrido a lo largo de su vida alguna relación tóxica, esto es , una relación en la que hay algún tipo de maltrato, abuso o falta de respeto. Estos hombres suelen ser celosos y posesivos en grado a veces patológico aunque ellos se crean en el rol de ser salvadores de las mujeres a las que dicen amar.
Partimos de la premisa de que cuando alguien quiere «salvar» a otro de si mismo está adquiriendo un papel de superioridad que ya nos da que pensar. Sobre todo porque la salvación no se suele referir a aspectos de vida o muerte, somos si esa persona abusara de drogas o condujera a 200km/hora por la autopista, sino a salvación en el plano moral, al más puro  estilo mesiánico.

Cómo reconocer a un candidato a mesías tóxico. (más…)

Cómo tratar a los clientes

Cómo tratar a los clientes

¿Te suena este letrero?

El cliente siempre tiene la razón

El cliente siempre tiene la razón

Si tienes clientes  sin duda sabes que esa afirmación no es cierta.
Entonces, ¿por qué se acuña ese lema como el paradigma del buen servicio al cliente?

Pues porque la realidad es que :

«El cliente NO SIEMPRE tiene la RAZÓN
pero
SIEMPRE ES la RAZÓN
de nuestro negocio»

Es así de sencillo: si nos dedicamos a vender servicios y/o productos y no tenemos clientes, no tenemos negocio.
De ahí que sea tan importante no solo conseguir un cliente, sino  fidelizarlo para que repita y nos recomiende.

¿Cómo conseguir que tus clientes trabajen para ti?

Podemos conseguir que nuestros clientes  se conviertan en nuestros «comerciales sin coste» con muy poco esfuerzo.

Si tu cliente:

  • queda contento con tu trabajo
  • si le has dado más de lo que espera
  • si has satisfecho sus necesidades, las que te ha expresado y las que no
  • si hay una relación justa entre el valor y el precio

Lo más fácil es que  si tiene que volver a contar con ese producto o servicio recurra a ti.

Todos lo hacemos: la mayoría de las compras que efectuamos de bienes o servicios habituales, las hacemos en los mismos sitios mientras no tengamos experiencias negativas.

Un ejemplo real: Yo tengo el mismo asesor fiscal cada mes, no voy cambiando a ver si  encuentro otro mejor porque sí. A no ser que vaya notando que como soy una clienta fíja empieza a descuidar su trabajo conmigo o a ser informal o negligente.

Si lo que vendes no es un bien de consumo habitual, razón de más para dar un trato excelente. LA gente antes de comprar o contratar productos o servicios no habituales pide referencias a su entorno o en foros. No hay mejor publicidad que la que te hacen tus clientes satisfechos.

Es publicidad gratis y efectiva porque todos preferimos las compras referenciadas por alguien que conocemos.

En general todos podemos ser muy buena gente y nos gusta compartir lo bueno que  hemos encontrado, así que la próxima vez :

 que respondas un correo electrónico,
que atiendas el teléfono,
que prepares un envío,
que atiendas tras tu mostrador,
que cocines un plato, o planches ropa o des cualquier servicio a  otro….


piensa si lo estás haciendo de forma automatizada o poniendo lo mejor de ti.

Piensa que ese cliente de hoy es LA RAZÓN de tu trabajo. Que te ha escogido entre un montón de otras ofertas de gente que hace u ofrece lo mismo que tú. Que el pago que recibes de él es lo que hace posible que pagues tus deudas, las clases de inglés de tus hijos, la letra de tu coche o tus vacaciones soñadas.
Quizás creas que no es así, que de él solo vas a obtener una pequeña cantidad de dinero, pero no puedes saber cuánto dinero te puede llegar a hacer ganar ese cliente en concreto si por su experiencia positiva te recomienda a muchísima gente.
Y de todos modos, aunque no fuera así, aunque nunca le hablara a nadie y solo sacaras el pago de su servicio o producto, darle el mejor servicio posible es lo que merece: porque él apostó por ti.

Y porque cuando dar un trato excelente no es algo anecdótico sino algo habitual, estás más cerca del éxito en tu negocio.

En el próximo pots os hablaré de cómo tratar con los clientes desagradables en la entrada

¿Puedo despedir a mi cliente?

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AsesorARTE

Del voluntariado al negocio: mi relación con el dinero

Del voluntariado al negocio: mi relación con el dinero

He sido voluntaria durante décadas. Lo sigo siendo. Es parte de mi, parte de lo que soy.

Ahora soy empresaria.

Y fundé mi emprendimiento  aprovechando mucha de la experiencia que adquirí en el voluntariado. Como yo, hay todo un colectivo de mujeres, que tras su maternidad se replantean su vida profesional y laboral.

Ser madre es en muchos casos un punto de inflexión, un replanteamiento de prioridades, objetivos y metas.

Esperando una verdadera conciliación que no llega, nos toca a nosotras buscar alternativas para vivir, no como nos marcan desde fuera, sino como queremos y merecemos. No queremos renunciar a criar nosotras mismas a  nuestros hijos, ni perder calidad de vida por no tener un salario justo.

En este marco surgimos las nuevas emprendedoras.

Y como la propia definición del término implica, emprender es una labor no exenta de dificultades.

La primera : nosotras mismas y nuestros propios miedos, tabúes y prejuicios. Empezando por salir de la zona de confort que nos han inculcado desde niños, la idea de la seguridad del “sueldo fijo” y pasando por revisar nuestra relación con el dinero.  Una emprendedora tiene que tener claro que

cobrar por dar un servicio no solo no es vergonzoso, sino que dignifica.

 

Cuanto antes una emprendedora asiente estas bases, mejor le irá en su negocio. Esto redundará en su seguridad económica y en la de sus hijos.  Y estará inculcando en ellos cosas tan importantes como que el éxito está en vivir de lo que a uno le gusta y apasiona. ¿Y no es esa una buena meta en pos de la cual ir?

Yo cobro por asesorar a familias en todo lo relacionado con la maternidad.

  • ¿Que creo que es un trabajo importante? Claro.
  • ¿Que en  cierto modo es triste que para obtener apoyo en temas como la lactancia o el porteo haya que pagar? Pues no.
    Porque todos los trabajos relacionados con transmitir experiencia y conocimiento se pagan.

Quizás sería diferente si en vez de ser pagados por las familias, lo cubrieran los organismos oficiales. Pero como dije, si no lo financia el Estado que todos contribuimos a mantener, no lo vamos a financiar las propias asesoras.

Porque al final la cuestión es: o lo financias tú o te lo tengo que financiar yo. Y tú financiarías solo tu caso, del que además te beneficias directamente y  a mi me tocaría financiar a decenas, incluso a cientos. Porque en algún lugar hay que poner el tope, y el tope decidí ponerlo yo.

Si estás pensando en emprender no olvides tener claro qué opinas del dinero y de tu propio merecimiento.
Y sé generoso al pagar a otros por su trabajo, sea el que sea.  Si algo he comprobado es que quien paga bien, cobra bien.

 

 

¿Negociador o negociable?

¿Negociador o negociable?

Negociar es un arte. En eso estamos todos de acuerdo.
LA pregunta es : ¿Lo dominas?

En el arte de la negociación se busca  el win to win, es decir que ambas partes ganen en el acuerdo o decisión tomada. Pero la realidad es que  a veces sentimos que cada vez que negociamos rebajamos más de lo que queríamos. Nos convertimos en más «negociables» que «negociadores» con lo que eso implica.
Hoy voy a compartir contigo un par  de  Tips de mi taller Empodérate.

  • Establece tus límites

¿Tienes claro cuáles son tus límites infranqueables?
Todo negociador tiene que tener claro qué límite no puede cruzar.
Con el ejemplo de una puja en una subasta lo verás claro: Si voy a pujar por algo que me interesa tengo que saber cuál es la cantidad máximo que pudo permitirme pagar.
Algunas personas encuentran tanta emoción en la puja en sí que sobrepasan su límite con tal de ganar.
LA euforia de ganar no compensa el verse con una deuda que no se puede afrontar o el darse cuenta que se ha pagado por un producto mucho más de lo que vale.
No nos engañemos: la meta no es ganar a toda costa, sino ganar en condiciones favorables.

John Ritchie -The captain's auction

John Ritchie -The captain’s auction

Del mismo modo que en el ejemplo de la subasta, en la vida  he de saber  antes de negociar  en qué aspectos soy flexible y estoy dispuesto a ceder y en cuáles no.
Si siempre rebajo mis normas para agradar a otros o por miedo no solo estaré  perdiendo mi parcela de poder personal, ese que es intransferible, también perderé el respeto de quien negocia conmigo.

Nadie paga el precio de salida de un producto que se anuncia con «precio negociable». Por eso  debemos evitar ganarnos la fama de ser «negociables» con nuestros principios y valores o  todo el mundo nos exigirá más de lo justo.

Dado que en toda negociación hay que poner un límite, lo inteligente es que tengas tú bien definido el tuyo.

 

Negociador

 

Si te gusta el cine como a mí, te recomiendo ver esta película  y observar en acción algunas de las principales tácticas de negociación. Verás como te suena mi segundo tip 😉

  • No hagas una pregunta a la que te puedan responder con un «NO»

Nada hay que corte más una negociación que una negativa directa, así que aprende a evitar hacer preguntas a las que te puedan  responder con un NO.

Solemos abusar de las preguntas tipo :
«¿Puedo…..?
Con esa frase demuestras poca capacidad negociadora porque dejas en manos del otro el poder de negarte lo que quieres y un buen negociador sabe plantear las preguntas de otra forma.
Si quieres aprender más sobre este y otros tips estáte atent@ s mi próximo taller Empodérate.

 

Talleres en Algeciras y Sevilla

Talleres en Algeciras y Sevilla

Dicen que el círculo es la figura geométrica más perfecta… yo que no sé demasiado  de geometría, no sé si es cierto.

Lo que sé, es que es la figura ideal a formar cuando se reúne  un grupo de personas  a hablar, a mirarse, a compartir…Se crea algo especial, todos formando parte de algo,  nadie por encima, ni al frente de nadie.

Y creo que en círculo la energía se mueve entre todos, que al ser una figura cerrada, no se dispersa… sino que va pasando y recogiendo y repartiendo… como algo mágico que crece.
Quizás por eso cuenta la leyenda que el Rey Arturo mandó construir una mesa redonda…

 

Esa es la forma que solemos elegir los grupos de mujeres*, al estilo de las reuniones alrededor del fuego de casi todas las culturas. En ese caso todas recibiendo luz y calor del centro, de la hoguera. (más…)

Nohemí Hervada
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