¿Te suena este letrero?

El cliente siempre tiene la razón

El cliente siempre tiene la razón

Si tienes clientes  sin duda sabes que esa afirmación no es cierta.
Entonces, ¿por qué se acuña ese lema como el paradigma del buen servicio al cliente?

Pues porque la realidad es que :

«El cliente NO SIEMPRE tiene la RAZÓN
pero
SIEMPRE ES la RAZÓN
de nuestro negocio»

Es así de sencillo: si nos dedicamos a vender servicios y/o productos y no tenemos clientes, no tenemos negocio.
De ahí que sea tan importante no solo conseguir un cliente, sino  fidelizarlo para que repita y nos recomiende.

¿Cómo conseguir que tus clientes trabajen para ti?

Podemos conseguir que nuestros clientes  se conviertan en nuestros «comerciales sin coste» con muy poco esfuerzo.

Si tu cliente:

  • queda contento con tu trabajo
  • si le has dado más de lo que espera
  • si has satisfecho sus necesidades, las que te ha expresado y las que no
  • si hay una relación justa entre el valor y el precio

Lo más fácil es que  si tiene que volver a contar con ese producto o servicio recurra a ti.

Todos lo hacemos: la mayoría de las compras que efectuamos de bienes o servicios habituales, las hacemos en los mismos sitios mientras no tengamos experiencias negativas.

Un ejemplo real: Yo tengo el mismo asesor fiscal cada mes, no voy cambiando a ver si  encuentro otro mejor porque sí. A no ser que vaya notando que como soy una clienta fíja empieza a descuidar su trabajo conmigo o a ser informal o negligente.

Si lo que vendes no es un bien de consumo habitual, razón de más para dar un trato excelente. LA gente antes de comprar o contratar productos o servicios no habituales pide referencias a su entorno o en foros. No hay mejor publicidad que la que te hacen tus clientes satisfechos.

Es publicidad gratis y efectiva porque todos preferimos las compras referenciadas por alguien que conocemos.

En general todos podemos ser muy buena gente y nos gusta compartir lo bueno que  hemos encontrado, así que la próxima vez :

 que respondas un correo electrónico,
que atiendas el teléfono,
que prepares un envío,
que atiendas tras tu mostrador,
que cocines un plato, o planches ropa o des cualquier servicio a  otro….


piensa si lo estás haciendo de forma automatizada o poniendo lo mejor de ti.

Piensa que ese cliente de hoy es LA RAZÓN de tu trabajo. Que te ha escogido entre un montón de otras ofertas de gente que hace u ofrece lo mismo que tú. Que el pago que recibes de él es lo que hace posible que pagues tus deudas, las clases de inglés de tus hijos, la letra de tu coche o tus vacaciones soñadas.
Quizás creas que no es así, que de él solo vas a obtener una pequeña cantidad de dinero, pero no puedes saber cuánto dinero te puede llegar a hacer ganar ese cliente en concreto si por su experiencia positiva te recomienda a muchísima gente.
Y de todos modos, aunque no fuera así, aunque nunca le hablara a nadie y solo sacaras el pago de su servicio o producto, darle el mejor servicio posible es lo que merece: porque él apostó por ti.

Y porque cuando dar un trato excelente no es algo anecdótico sino algo habitual, estás más cerca del éxito en tu negocio.

En el próximo pots os hablaré de cómo tratar con los clientes desagradables en la entrada

¿Puedo despedir a mi cliente?

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