
Derechos del niño hospitalizado-Podcast
Si no oíste el programa en directo, aquí tienes el Podcast.
En esta ocasión contamos con la colaboración e Esther Guzmán, abogada y Asesora Continuum en formación.
Si no oíste el programa en directo, aquí tienes el Podcast.
En esta ocasión contamos con la colaboración e Esther Guzmán, abogada y Asesora Continuum en formación.
Que sí, que a todos nos han educado poniéndonos calificaciones, jugando a juegos donde solo uno se lleva la medalla, comparándonos con el hermano, la prima y el vecino. Que el modelo competitivo lo llevamos grabado a fuego en la psique.
Pero mírate, eres adult@.
Ya no hay nadie poniéndote notas ni comparándote. Al menos nadie que deba importarte.
Eres responsable de tu vida y de tus acciones. De tus decisiones y de las consecuencias que vienen con ellas.
Como los demás.
Puedes seguir quejándote de que el mundo está en tu contra y de que a los demás les va bien porque «se lo han puesto fácil» «porque tiene cuña» «por esto» o «por lo otro»:
Da igual cómo estén los demás, donde están o por qué están. LA cuestión es: dónde estás tú y por qué, más importante aún ¿Que vas a hacer para estar donde quieres?
En el nicho en el que yo trabajo somos bastante endogámicos. Nos conocemos casi todos, bueno casi todas, que somos mayoritariamente mujeres.
Y resulta que un grupo mucho más pequeño aún empezó hace años a hacer cosas y a dejarse ver y oír, y a asociares y a reivindicar… ya sabemos todos el proceso ¿no?
Pues bien, perfecto. Gracias.
Y después de esas pioneras llegamos otras, atraídas por la misma motivación y ganas y necesidad de hacer cosas y cambiar cosas.
Y en un momento dado algunas decidimos que había otros medios y formas y caminos.
Que si queremos respeto lo primero es respetarnos a nosotras mismas y no hacerlo todo a ritmo de silbato. Por mucho que el silbato tenga mucho renombre y reputación, da igual:
Los silbatos son silbatos, sean de plástico, o de oro. De un año o de 100 años. Tienen el mismo fin.
Y entonces algunas hicimos cosas que chocaban.
Decidimos que para ser lactivista o partivista o feminista había otras vías.
Que acepto que haya quien se sienta bien en un rol determinado y en su forma de ver y hacer las cosas, pero que si yo no me siento identificada con todo o parte, puedo elegir hacerlo de otro modo.
Soy libre señoras, y soy mayor, y autónoma y responsable y medianamente inteligente.
Y puedo ser una fantástica asesora de maternidad sin parecerme a nadie.
Puedo seguir siendo yo.
Y en mi vida personal puedo hacer lo que me plazca y reirme con quien quiera, y de lo que quiera.
Porque entre otras cosas, algo que no entendía de algunos sectores «maternales» era su perpetua mala leche con todo y con todos.
Habrá más lactancias felices y partos felices y crianzas felices no cuando nos hayamos peleado con el planeta, sino cuando haya más personas felices.
Que también hay momento para pelearse y reivindicar, por supuesto, pero por favor no todo el rato. Porque al final es que parece una novela negra, todos echando humo todo el rato y criticando el blanco, el negro, y el gris ( y del rosa ya ni hablo…).
A mí me gusta hacer las cosas de forma muy profesional, y eso no lo digo yo, lo dicen mis clientes y mis alumnas y mis amigas y las madres que he tratado desinteresadamente estos años. Por cierto que no hago distanción en ese aspecto: mi trato intento que sea exquisito SIEMPRE.
Pero profesional para mí no es ni seria, ni amargada, ni criticona, ni fea.
Sí FEA. Porque al parecer, lo que molesta en ciertos sectores ya no es que cobre o no cobre, o que venda o no venda mis cursos (que por cierto los vendo ), sino que publique fotos mías fuera de la onda maternal. Y que hay quien crea que salgo guapa.
Entonces yo me pregunto: ¿TE molesta mi éxito? ¿Mi trabajo? (que por cierto desconoces) ¿o Mi cara?
Y digo «mi éxito» pero podría decir el de cualquier otro…
Creo que un buen examen sería revisar nuestros propios muros en redes sociales y profesionales y ver…
Es mi propuesta de reflexión antes de irme de vacaciones.
Porque como trabajo y me lo curro mucho, me voy de vacaciones. Y me haré fotos frívolas, donde intentaré salir monísima y feliz, abrazando a gente que quiero y por supuesto las colgaré en mi muro, para que te alegres conmigo… o para que te moleste verlas… eso ya es cosa tuya.
Hoy inauguro una sección del blog.
Pensaba ponerla en mi blog personal, pero al final he decidido que vaya aquí porque uno de los trabajos que desempeño dentro del desarrollo personal es el tema de las relaciones, el empoderamiento y la imagen.
EL otro día mi gran amiga Irene García Perulero, que además de bióloga es experta en temas de violencia y feminismo, escribió en clave de humor la sinopsis de una película que fue a ver con sus hijas.
Aparte el hecho de que está en clave de humor y de que es un SPOILER (avisados estáis) creo que refleja muy bien el entramado que se da a veces en ciertas relaciones.
OS animo a ver la película primero, a sacar vuestras conclusiones y luego a leer a Irene. Podéis hacerlo al revés también 🙂
He de dejar constancia que este estilo es homenaje a Ángel Sanchidrián y su página Sinopsis de cine, que os recomiendo fervientemente si queréis reiros a carcajada limpia.
Bueno, pues anoche vi Maléfica y os la voy a contar. Va de una chiquina que es muy buena y muy generosa y compasiva y feliz hasta que da con un mermao mediocre que la engaña y la deja toda puteada para sentirse él alguien. Entonces cuando ella se da cuenta se coge un cabreo de la hostia y decide vengarse.
Él se pasa toda la película acojonado y paranoico y convirtiendo en mierda todo lo que toca y ella pues al principio está fatal pero luego pues va conociendo gente y queriéndolos y eso.
El final es feliz porque él, que se ha quedao más solo que la una, se autodestruye y ella recupera todo su poder que es lo que le da calidad a la película.
Podéis verla si os gustan los finales felices con mermaos que se autodestruyen o las mujeres poderosas con un cabreo de la hostia.
PD: Añado que ella es un pibón y él un bicho de feo.
Esperamos vuestros comentarios y si este tema os interesa no os perdáis el próximo trabajo de Irene García Perulero junto a la psicóloga Mónica Serrano: Infancias Libres: Adultos felices.
Quienes habéis hecho mis talleres sabéis por qué pongo este video: marketing, comunicación, mujeres emprendedoras, imagen personal, neurociencia… todo juntitos
Hubo un tiempo en que la palabra dada tenía tanto valor como un papel firmado.
Se sellaban acuerdos con un apretón de manos, o sencillamente aceptando el compromiso mutuo ante 2 o más testigos.
Muchas personas hoy siguen viviendo con ese mismo respeto a su palabra. Asumen que si se han comprometido a algo, su obligación moral es cumplirlo.
¿Significa eso que en nuestra vida debemos prescindir de los acuerdos legales y fiarnos de los acuerdos verbales?
Rotundamente NO.
Y te voy a explicar por qué.
Por supuesto siempre habrá quienes no quieran firmar nada y te digan que no es necesario, que eso es pensar negativamente por adelantado. Te voy a dar un consejo :
No querer aceptar una responsabilidad no transmite mucha seguridad, suele ir seguido de poca implicación y eso es algo que no deseamos para nuestro emprendimiento.
Si hablamos de familiares y/o amigos es aún más importante cuidar este aspecto. Perder un colaborador puede ser un varapalo, pero perder una amistad o la buena relación con un familiar es triste, hasta vergonzoso. No te expongas a ese riesgo.
Hace poco oí a María Gómez del Pozuelo, CEO de Womenalia, en una charla para el Máster de Emprendedores decir esta frase:
«Cuando trabajas con amigos y familiares hay que hacer un contrato como si fueran enemigos
para seguir siendo amigos»
Cuando no has vivido esa situación puede parecer un consejo exagerado, pero pregunta a cualquier emprendedor su experiencia al trabajar con familia y amigos… y quizás te sorprenda la respuesta.
Sigue trabajando para ser una persona honrada, honesta, fiel a tu palabra, que cumple lo acordado… pero haz contratos.
Los apretones de manos, después de la firmas.
Ayer me entero de que se ha publicado en los medios esta noticia:
Me cuentan «la verdad» de la noticia y cómo durante días se ha dado información parcial que tergiversaba por completo la noticia.
Afortunadamente los medios de difusión hoy en día están al alcance de cualquiera que tenga un smartphone y una cuenta de correo y esta familia grabó un video y lo subió a Youtube explicando abiertamente y con claridad lo ocurrido
Este tema me ha dado que pensar por muchas cosas.
Porque soy madre.
Porque soy persona
Porque estoy firmemente convencida de la autonomía del ser humano
Porque en mi trabajo de desarrollo personal trabajo sobre todo en los prejuicios y en el empoderamiento contra la sumisión y la indefensión aprendida.
En este post me gustaría analizar algunos puntos interesantes a modo de reflexión personal primero y colectiva después. Porque la «masa» la formamos los individuos. Y parece que siempre son otros los responsables de cómo van las cosas, pero YO y TÚ también estamos en ese grupo. Y a veces una sola persona, con capacidad de cuestionamiento puede conseguir despertar la conciencia de todo un grupo. O al menos intentarlo.
Esto se llama PREJUICIO.
¿Creías que tú no tenía prejuicios? ¿Porque no te pones una capucha blanca y escribes pancartas racistas?
Los prejuicios están tan arraigados en una sociedad que no somos conscientes la mayoría de las veces.
EN este caso la orientación religiosa de esta familia no tenía nada que ver, pero ha sido el detonante para poner a la opinión pública contra ellos.
Es curioso que en la mayoría de noticias que leo sobre «crímenes», no hablo de supuestos crímenes o delitos, sino de «crímenes», no se especifica en titulares, ni en la notica si el delincuente es católico.
Solo interesa cuando eres parte de una minoría. Porque se nos llena la boca con la palabra «democracia» y seguimos siendo una sociedad pacata que no soporta lo diferente. Sobre todo en cuestión de pensamiento.
¿Qué pasaría si a todos los individuos del grupo les da por pensar y replantearse lo mayormente aceptado? ¿Estamos dispuestos a convivir de verdad y no de boquilla con una sociedad plural? Plural en lo religioso, en lo político, en lo cultural, en lo ideológico, en lo personal…
La respuesta es que no.
¿Cuántos de quienes leéis este artículo juzgasteis a estos padres solo porque se mencionó su religión?
¿Cuántos de vosotros tras haber puesto en las redes verdaderas burradas en su contra vais ahora a retractaros?
Ese es el indicador de una sociedad que camina hacia la madurez y el empoderamiento. Me temo que nos queda mucho aún. Solo hay que leer los comentarios de la gente al artículo. Me da vergüenza de especie.
Porque mañana puedo ser yo. Ese niño puede ser mi hijo,y el tuyo. Y puede que en algún momento de tu vida vivas en tus carnes que la «mayoría» o la «autoridad de turno» no te respetan, incluso como es el caso, que ponen en peligro el bienestar y la vida de tu hijo, y tendrás que tomar una decisión.
En este caso el que la familia pertenezca a una confesión religiosa les ha supuesto una ventaja, aunque no lo parezca. Porque pertenecer a una religión minoritaria en una sociedad como la nuestra implica que llevas años aprendiendo a tomar tus propias decisiones sin buscar la aprobación de la mayoría. Porque aunque muchas veces oímos que califican de «sectas» a ciertos grupos de pensamiento, en realidad en muchos casos precisamente esas personas lo que han hecho es replantearse el pensamiento mayoritario, cuestionarlo y decidir no seguirlo. Pueden estar equivocados o no, pero han hecho un ejercicio que la mayoría de nosotros no hacemos. Porque ¿por qué tienes tú las creencias que tienes? ¿Crees que han sido decisión tuya?
Siento decirte que la mayoría no. Venimos condicionados desde antes de nacer para seguir el patrón marcado. Lo raro es desmarcarse.
Cuando has vivido pensando diferente al resto acabas aprendiendo a defender lo que crees, y eso te da una seguridad en tus creencias que contribuyen a tener una firme convicción.
Y en este caso lo importante no era la religión porque ni siquiera estaba por medio el consabido tema de las transfusiones. En este caso lo importante era la autonomía del paciente.
Algo por lo que peleamos a diario a pesar de tener una ley que lo recoge.
Pero la Ley no cambia a las personas. Y la mentalidad colectiva sigue siendo que «lo que dice el médico va a misa», si me permitís el juego de conceptos.
Y lo malo es que esa mentalidad la tienen los médicos (y perdonadme que generalice que sé que hay muchísimos médicos que no, pero siguen siendo minoría) y la tenemos los pacientes, y la tiene la sociedad.
Es el debate de siempre:
Hasta qué punto nuestro cuerpo y lo que sucede con él es cosa nuestra.
¿Dónde está el límite?
¿Por qué cuesta tanto educar y educarnos para la responsabilidad personal?
Es un debate que oigo casi a diario por el trabajo que desempeño como Asesora y Formadora de Asesoras de Maternidad. En la ginecología y obstetricia estamos contiguamente casi gritando que la mujer ES libre de poder decidir sobre su cuerpo. Libre de decidir cómo llevar su embarazo, cómo y con quién parir, etc.
OS copio, con su permiso, una interesante reflexión al hilo de Mónica Felipe Larralde, autora de Cuerpo de Mujer: reconectar con el útero.
Porque es al final el mismo muro: la violencia obstétrica, el paternalismo de los profesionales con los padres en todo lo que tiene que ver con los hijos, los prejuicios hacia un colectivo que decide con responsabilidad cosas diferentes a lo que la mayoría establece como lo correcto.
Esos padres están empoderados… tú y yo y cualquiera que les ha juzgado sin saber no.
Tenían información, y tomaron una decisión aceptando la responsabilidad que conllevaba.
La pregunta es… ¿qué secta es entonces la verdaderamente peligrosa?
Yo tengo claro en qué grupos quiero estar en cada caso, te animo a que tú te lo plantees.
Y ojalá la próxima vez que todos leamos una noticia de linchamiento colectivo tengamos la capacidad de obviar nuestros propios prejuicios y ser algo más justos. Recuerda que mañana puedes ser tú.
Video grabado por la famila King
PD:En mi taller «Empodérate» trabajo sobre este tema y doy Tips y consejos para emprender un camino de responsabilidad personal a la hora de tomar decisiones. Si estás interesado en hacerlo de forma personal o en ofrecerlo a un grupo ponte en contacto conmigo.
¿Te cuesta cobrar por tu trabajo? ¿No sabes cómo responder a quienes te solicitan tu trabajo pero dan por sentado que es gratis? ¿Crees que pedir «la voluntad» es la mejor solución?
EN este artículo me gustaría explicarte la diferencia para un profesional entre fijar un honorario por su trabajo u optar por pedir donativos o la voluntad.
En primer lugar habría que analizar por qué tenemos esa relación extraña con el dinero. TODOS necesitamos dinero. No es que sea una de las monedas de cambio, es que es LA MONEDA de cambio de nuestra sociedad. Cuando una persona (más las mujeres) tiene problemas para cobrar por su trabajo lo primero es trabajar sobre la mentalidad de merecimiento. Si tú no crees que mereces cobrar, el problema empieza en ti. Antes de lanzarte al mundo, has de aclarar contigo misma cuál es tu trabajo, cuál es tu valor y qué precio vas a fijar por el mismo.
Mereces cobrar por tu trabajo, como cualquiera.
Nadie acude a la consulta de un dentista, ni al taller de su coche ni llama a una empleada de hogar pensando en que va a trabaja gratis. Así que :
Cuando ofreces un trabajo personalizado a cambio de un donativo dejado a la voluntad del que lo ofrece bajo mi punto de vista pasan varias cosas:
Existen sindicatos y medidas para garantizar un salario mínimo porque en muchas ocasiones, desgraciadamente, dejar el pago a «la buena voluntad» del que lo otorga ha demostrado que se suele pagar a la baja.
Mi opinión es que este tipo de «soluciones» al hecho de querer cobrar por el trabajo pero en vez de establecer un precio, aceptar donativos, lo que enmascara es una relación de doble moral con el dinero, o miedo a no ser tenido en cuenta. Es cierto que cuando alguien ha estado dando un servicio de forma gratuita y empieza a cobrar hay un periodo de carencia. Hay que tener una gran confianza en el propio trabajo y en el propio valor para saber que, tras un periodo de adaptación y de reeducación del entorno, del nicho y del sector, el sentido común acaba imponiéndose.
Si eres un buen profesional, tu reputación se impondrá y tus clientes, los de verdad, apreciarán el valor tras tu precio.
Y si no es así, entonces hay que replantearse el trabajo o tu nicho.
Cada profesional debe decidir si quiere ofrecer algo gratis. Lo que he contado no va reñido con el sistema que se conoce como FreeMium, esto es, ofrecer algún servicio gratuíto y los extras con más valor añadido de pago.
En muchos casos esto puede ser una opción: ofrecer por ejemplo un tutorial gratuíto y cobrar por la asesoría personalizada. O un webinar de información general en abierto y un precio extra por un curso más amplio. ES una opción. Pero una opción que ha de salir del profesional, nunca impuesta desde fuera.
Muy importante:
YO DECIDO LOS LÍMITES DE MI SERVICIO GRATIS
Yo por ejemplo compagino un servido de atención gratuito limitado. Fuera de ahí, mi tiempo y mi trabajo tiene un precio fijo. Además tengo la opción de suscripción económica a un Club de miembros con algunos servicios incluidos en una cuota mensual baja y descuentos en el resto. De este modo no rebajo mis limites, no pierdo en calidad de vida, casi cualquier persona puede acceder a mi trabajo, y todo el mundo sabe lo que tiene que pagar en cada caso.
Como he comentado en alguna ocasión, solicitar el pago justo por tu trabajo es lo equitativo, lo que iguala la balanza y quita la carga de dependencia de tener que agradecer continuamente al otro, bien que te pague, bien que te atienda.
Ginesaurio: dícese del profesional de la ginecología y obstetricia que en lugar de trabajar con TODA la evidencia científica como apoyo, sigue anclado en prácticas obsoletas, sin base científica, basada en protocolos absurdos incuestionables. Suele centrarse en el Yo a la hora de trabajar o explicar sus argumentos, más que en el principio ético y deontológico de respeto total al paciente, buscando atenderle de forma integral.
Es cierto que tu relación con el ginesaurio no va a ser tan larga como con un novio o un marido. Pero puede que sea más larga que con algún «rollo» eventual o pasajero, y te garantizo que los efectos de su paso «breve» por tu vida pueden dejar más secuelas de las que desearías.
Algunas mujeres han derramado más lágrimas por el trato recibido por un ginesaurio que por un abandono o un desengaño, y para variar, me incluyo también en este grupo.
«Yo también sufrí por un ginesaurio».
Cuando le dediqué un artículo a Elena López os prometí otro para presentaros a la otra persona clave en Asesoras Continuum: Mercedes Granda.
Lo primero que debo hacer es disculparme por haber tardado tanto… al final ya sabéis, lo urgente se come a lo importante… y ese no es un buen sistema de trabajo.
Muchos ya la conoceréis por su web Mi Saquito Mágico.
Merce (como la llamamos sus amigas) fue una de las fundadoras de Red Canguro y recuerdo que cuando nos conocimos virtualmente era la más freaky del mundo de porteo que yo había conocido.
Se formó como monitora de porteo por una asociación belga, y recién llegada a España no sabía que había un grupo de locas como ella gestando lo que después se convirtió en el núcleo del que nació la Asociación española por el fomento del uso de portabebés.
En esa etapa nos juntamos un grupito grande de mujeres para hacer algo increíble, y he de decir que el tiempo y la vida nos ha alejado de la mayoría, pero tengo la suerte de contar hoy en mi trabajo con dos de ellas, valiosísimas para mi.
Casi desde el principio de trabajar en el porteo Merce demostró ser la wikipedia del porteo, de hecho la llamábamos cariñosamente WikiMerce, porque en el foro, cuando había preguntas relacionadas con la historia del porteo, portabebés raros, o porteo en casos especiales, Merce era la que más conocimiento tenía.
De ese modo la mayoría de las consultas de ese tipo se le derivaban a ella, lo que hizo que su experiencia práctica aumentara muchísimo,
A día de hoy, es frecuente en los foros y redes sociales que cuando hay dudas sobre estos temas, se cite a Merce para que les responda.
Merce no solo tiene experiencia por formarse y tratar familias, ha vivido mucho de lo que hoy aconseja. Su segunda hija, Lea, una preciosa niña que ya desde su nacimiento dio lecciones de vida, fue diagnosticada de hemiparesia, con lo cual Merce ha pasado muchísimo tiempo con médicos, fisioterapeutas, rehabilitadores, enseñándoles en el día a día cómo el porteo beneficia no solo los casos como el de su hija, sino muchos otros.
Los últimos años se ha ido especializando en todos los temas que tienen que ver con Maternidad y Discapacidad, no solo el porteo, sino ya desde la búsqueda del embarazo.
Es socia de El Parto es Nuestro, lactivista, y por supuesto Formadora Continuum. Es una experta Asesora de Maternidad, especializada en casos de discapacidad (Porteo Adaptado)
En la formación de Asesoras Continuum es la responsable del módulo Porteo y Necesidades Especiales, y formadora junto a Elena y a mi en Porteo. Además como geógrafa especializada en geografía humana, sus clases de Historia del Porteo son fundamentales para formas asesoras de porteo completas.
Gracias a Merce yo personalmente, he visibilizado las maternidades más ocultas, las relacionadas con la discapacidad en cualquiera de sus formas.
Si ser madre nos convierte en una especie de «discapaces» a los ojos de un sistema totalmente paternalista, cuando la madre parte con alguna característica limitante como punto de partida podéis imaginar el periplo que ha de vivir para no ser más ninguneada o aniñada aún.
Los avances de la medicina y la ciencia hacen posible la maternidad en muchos casos en los que antes era difícil o imposible, pero a nivel social y/o emocional, nuestra sociedad sigue sin saber acompañar y asesorar a las familias que se enfrentan a este reto.
Madres con movilidad reducida, discapacidades varias, enfermedades limitantes, madres con bebés enfermos, a veces diagnosticados desde el embarazo, otras que se enfrentan a la dura noticia de que su hijo no es el «niño sano y perfecto» que soñamos… todas estas madres ( y padres) se enfrentan a muchos miedos y dudas.
Se necesitan personas preparadas y formadas, con experiencia en estas vivencias que sepan escuchar, orientar, derivar a losprofesionales necesarios y asesorar en temas como lactancia y porteo de forma seria y con conocimiento real, no a tientas o de oídas.
Nosotras tenemos a Merce.
Y vosotros también.
Mercedes no solo trabaja para la formación de Asesoras Continuum, gracias a la tecnología, si necesitas su asesoramiento, puedes contactarla por correo, teléfono o videoconferencia.
Yo soy afortunada porque he conocido a la primera <3
PD: Recuerda que puedes formarte con nosotras en Asesoras Continuum, el curso completo o módulos sueltos.
Asesorascontinuum@gmail.com
Una relación tóxica no siempre es aparentemente violenta.
A veces creemos que solo podemos calificar de tóxica una relación si hay golpes, insultos y/o vejaciones.
Pero no es así.
Igual que hay productos tóxicos que no te matan pero pueden hacerte pasar un mal rato o dejarte con secuelas de por vida, hay relaciones tóxicas que parecen menos graves porque no vemos la violencia directa.
Hoy voy a hablaros de uno de esos perfiles fascinantes a primera vista, a ver si os suena: (más…)