Que sí, que a todos nos han educado poniéndonos calificaciones, jugando a juegos donde solo uno se lleva la medalla, comparándonos con el hermano, la prima y el vecino. Que el modelo competitivo lo llevamos grabado a fuego en la psique.
Pero mírate, eres adult@.
Ya no hay nadie poniéndote notas ni comparándote. Al menos nadie que deba importarte.
Eres responsable de tu vida y de tus acciones. De tus decisiones y de las consecuencias que vienen con ellas.
Como los demás.
Puedes seguir quejándote de que el mundo está en tu contra y de que a los demás les va bien porque «se lo han puesto fácil» «porque tiene cuña» «por esto» o «por lo otro»:
Da igual cómo estén los demás, donde están o por qué están. LA cuestión es: dónde estás tú y por qué, más importante aún ¿Que vas a hacer para estar donde quieres?
En el nicho en el que yo trabajo somos bastante endogámicos. Nos conocemos casi todos, bueno casi todas, que somos mayoritariamente mujeres.
Y resulta que un grupo mucho más pequeño aún empezó hace años a hacer cosas y a dejarse ver y oír, y a asociares y a reivindicar… ya sabemos todos el proceso ¿no?
Pues bien, perfecto. Gracias.
Y después de esas pioneras llegamos otras, atraídas por la misma motivación y ganas y necesidad de hacer cosas y cambiar cosas.
Y en un momento dado algunas decidimos que había otros medios y formas y caminos.
Que si queremos respeto lo primero es respetarnos a nosotras mismas y no hacerlo todo a ritmo de silbato. Por mucho que el silbato tenga mucho renombre y reputación, da igual:
Los silbatos son silbatos, sean de plástico, o de oro. De un año o de 100 años. Tienen el mismo fin.
Y entonces algunas hicimos cosas que chocaban.
Decidimos que para ser lactivista o partivista o feminista había otras vías.
Que acepto que haya quien se sienta bien en un rol determinado y en su forma de ver y hacer las cosas, pero que si yo no me siento identificada con todo o parte, puedo elegir hacerlo de otro modo.
Soy libre señoras, y soy mayor, y autónoma y responsable y medianamente inteligente.
Y puedo ser una fantástica asesora de maternidad sin parecerme a nadie.
Puedo seguir siendo yo.
Y en mi vida personal puedo hacer lo que me plazca y reirme con quien quiera, y de lo que quiera.
Porque entre otras cosas, algo que no entendía de algunos sectores «maternales» era su perpetua mala leche con todo y con todos.
Habrá más lactancias felices y partos felices y crianzas felices no cuando nos hayamos peleado con el planeta, sino cuando haya más personas felices.
Que también hay momento para pelearse y reivindicar, por supuesto, pero por favor no todo el rato. Porque al final es que parece una novela negra, todos echando humo todo el rato y criticando el blanco, el negro, y el gris ( y del rosa ya ni hablo…).
A mí me gusta hacer las cosas de forma muy profesional, y eso no lo digo yo, lo dicen mis clientes y mis alumnas y mis amigas y las madres que he tratado desinteresadamente estos años. Por cierto que no hago distanción en ese aspecto: mi trato intento que sea exquisito SIEMPRE.
Pero profesional para mí no es ni seria, ni amargada, ni criticona, ni fea.
Sí FEA. Porque al parecer, lo que molesta en ciertos sectores ya no es que cobre o no cobre, o que venda o no venda mis cursos (que por cierto los vendo ), sino que publique fotos mías fuera de la onda maternal. Y que hay quien crea que salgo guapa.
Entonces yo me pregunto: ¿TE molesta mi éxito? ¿Mi trabajo? (que por cierto desconoces) ¿o Mi cara?
Y digo «mi éxito» pero podría decir el de cualquier otro…
- ¿Te molesta el éxito ajeno?
- ¿Tienes por costumbre aplaudir cuando a otros les va bien?
- ¿Compartes sus triunfos y alegrías?
- ¿Les felicitas?
- ¿Los recomiendas?
Creo que un buen examen sería revisar nuestros propios muros en redes sociales y profesionales y ver…
- ¿Qué hay ahí?
- ¿Es un canto al YO?
- ¿ o comparto generosamente proyectos y trabajos de otros?
- ¿ Hay solo quejas y lamentos?
- ¿ o contribuyo con optimismo a mostrar que hay otra forma de ver las cosas?
- ¿Me molesta el reflejo de otros porque son lo que yo no soy?
- ¿o porque son lo que yo soy?
- ¿o porque son lo que yo querría ser?
Es mi propuesta de reflexión antes de irme de vacaciones.
Porque como trabajo y me lo curro mucho, me voy de vacaciones. Y me haré fotos frívolas, donde intentaré salir monísima y feliz, abrazando a gente que quiero y por supuesto las colgaré en mi muro, para que te alegres conmigo… o para que te moleste verlas… eso ya es cosa tuya.