+34 606 420 529 hola@nohemi-hervada.com
Cómo acertar con tu Imagen Personal

Cómo acertar con tu Imagen Personal

Nunca copies… en todo caso homenajea.

Una clave para que tu imagen sea atractiva ( que es algo que va más allá de ser guapa, «estar buena», o despertar el interés sexual) es que seas tú misma. Que te identifique, potenciando tus virtudes y tus puntos fuertes.

Algunas personas tienen un estilo muy definido y  eso es parte de la imagen que proyectan.

Otras no encuentran uno que se adapte a ellas con el que sentirse cómodas y favorecidas.
En esos casos es fácil caer en la trampa de imitar a alguien a quien admiramos, que nos gusta o a quien querríamos parecernos ( por uno o varios aspectos).

Los riesgos de imitar

El primero : que se nota y queda vulgar.
El segundo : que podemos dar la impresión de ir disfrazados y eso nunca, nunca transmite una imagen positiva. El que se disfraza quiere ocultarse y sacar el máximo partido a nuestra imagen es precisamente mostrar nuestros puntos fuertes.

 

Si en algún momento quieres usar un «look» diferente, homenajea, no copies.
Es decir, usa ese look concreto como inspiración pero dale tu toque. Así conseguirás un doble efecto positivo.

COn un ejemplo lo veréis claro.
El look de Audrey Hepburn, si yo lo copiara quedaría ridícula. Ni mi físico, ni mis rasgos, ni mi expresión se parecen en nada a los suyos…


Pero puedo usar esa base… y añadirle algo mío

Tan malo es no tener ningún estilo como que ese estilo sea tan limitante que no nos permita cambiar para adaptarnos a las circunstacias o a roles diferentes.

A veces un pequeño cambio  proyecta una imagen diferente, para un momento o actividad diferente.

Aprende a Sacarte Partido

Pon una Elena López en tu vida

Pon una Elena López en tu vida

 

¿Cómo te organizas para ser madre de 2 hijos, educarlos en casa, llevar una tienda on line, un grupo de crianza, una casa, una formación  con medio centenar de alumnas, varias webs, hacer cursos, dar talleres, viajar, escribir en revistas, dar conferencias…?

Esa pregunta me la hacen a menudo.

Quizás si eres de las personas que me siguen a través del blog o de Facebook también te la has hecho alguna vez al ver mi «actividad» habitual.

Yo siempre digo que si vieran mi casa lo entenderían  🙂
El tiempo es lo más democrático que hay, todos tenemos los días de 24 horas. Nadie tiene un día con más ni con menos tiempo. Seamos madres o no, trabajadoras en casa o no, empleadas o no, emprendedoras o no, sanas o no, con más o menos medios y cultura: TODOS DISPONEMOS DE LA MISMA CANTIDAD DE TIEMPO.

Pero es evidente que hay gente a quien le cunde y otros que siempre van con la sensación de no llegar a nada. Y eso es cierto, de ahí que haya un refrán que reza así:
«Si quieres que algo se haga, dáselo a una persona ocupada».

Yo no soy una persona especialmente organizada, más bien tiendo a lo contrario. Siempre he sido de las de hacer las cosas a última hora, con el tiempo justo, la última noche… Es cierto que ser resolutiva te da la confianza de que en general puedes hacerlo así, y que el bagaje y la experiencia son una buena base para «improvisar» (de donde no hay no se puede sacar y menos improvisando) pero realmente cuando quieres ser profesional hay que replantearse los vicios en la forma de trabajar para hacerlo de forma mucho más eficiente y sin estrés añadido.

Entonces, ¿qué cosas he incorporado yo a mi vida que han hecho posible que la reina de la desorganización pueda ser hoy emprendedora de éxito?

Voy a compartir contigo 3 tips que a mí me  han cambiado la vida:

  • Aprende a decir «no»

Parece una obviedad pero hasta que no te enfoques en lo que realmente te interesa y apartes lo demás no conseguirás alcanzar objetivos.

  • Ponle el justo valor a tu trabajo y cóbralo

Si regalas tu trabajo, aquello en lo que eres buena, luego tendrás que trabajar en otras cosas para poder vivir y eso repercutirá en tu estado de ánimo, en tu vida personal y familiar, en tu emprendimiento. Si cobras por tu trabajo bien hecho no tendrás luego que invertir más tiempo en ganar dinero. Ganarás dinero con ESE trabajo de forma más rápida y efectiva.

  • Delega, subcontrata y colabora

LO pongo en tercer lugar pero realmente para mi es mi herramienta fundamental.
Tenemos la mentalidad del emprendedor multifunción , del que lo hace todo él. Atiende clientes, lleva su web, los impuestos, las facturas, y hasta limpia la oficina.  Hay que cambiar ese chip.
Si yo delego, por ejemplo, las tareas de mi casa en otra persona, esas horas las rentabilizo más dedicándome a mi emprendimiento. Es verdad que parece que gasto dinero, pero en realidad no es así. Porque esas 4 horas que puedo pagar a la semana para tener un lugar de trabajo limpio y ordenado consiguen que a la hora de trabajar me cunda más porque estoy en un estado de ánimo más dispuesto y porque mi trabajo es más valioso (cuantitativamente) que lo que estoy invirtiendo en eso que he subcontratado.
Cuando me planteé mi curso de formación tenía claro que iba a apostar por un modelo colaborativo que iba a enriquecer mi proyecto a varios niveles.

La primera persona a la que invité fue a Elena López. ¿Sabéis por qué?

Elena López y Nohemí Hervada

Pues por lo que decía el dicho que os comenté: es una persona muy bien formada y muy ocupada,  con una capacidad de trabajo y organización que yo no tenía.  Ella complementa lo que a mi me falta y esa es la clave del modelo colaborativo.
Siempre digo que yo necesitaba una «Elena» en mi vida que me recordara la importancia de marcarnos metas, objetivos… y PLAZOS.
De hecho desde que empecé a trabajar con ella uso mucho esta expresión:

Pon una «Elena López» en tu vida.

No siempre las colaboraciones funcionan como una espera. Es cierto que a veces hay decepciones, incluso pérdidas económicas y personales por equivocarnos al escoger. Pero de todo se aprende.  Y al final aprende una a encontrar a las Elenas de su vida y a mantenerlas cerca.
Para mí es un lujo tenerla de socia, que se implicara en mi proyecto como si fuera suyo, que tuviera una visión mucho más clara incluso que yo del alcance de nuestro trabajo. (De hecho estoy pensando en blindarle el contrato :-D)

No todas podéis asociaros con Elena López, pero ahora sí podéis  «ponerla» en vuestra vida porque acaba de lanzar su nuevo proyecto :

Ateneo De Monitos y Risas

¿A qué esperas para poner a Elena  López en tu vida?

PD: En breve te hablaré del otro pilar de mi proyecto, mi otra socia Mercedes Granda

Cómo superar un desengaño

Cómo superar un desengaño

¿Has sufrido algún desengaño amoroso? ¿te han dejado alguna vez? Si es así, sabes lo desoladora que puede ser esta experiencia. De hecho, nos pasamos la vida oyendo  frases como: «Sin ti no soy nada» , «sin ti me muero» y similares, porque   casi todos empalizamos con esa sensación tras un desengaño de  que todo pierde sentido para nosotros, hasta nuestra propia vida.

Pero ¿es cierto? ¿Realmente podemos morirnos de amor, o mejor dicho, de desamor?

El duelo del desamor

La verdad es que morirse no es fácil, pero eso no quiere decir que no sea una experiencia dolorosa, dura y, a veces, traumática. Y ha de ser así porque en el fondo un desengaño es un duelo.  Muertes, abandonos, cambios, pérdidas, fracasos… todo son duelos. Todo lo que implique una pérdida importante lo es.

En el caso de los desengaños amorosos  con un agravante, porque la persona que ya no está, en realidad sigue viva.
La muerte del ser amado es atroz porque es algo irreversible. De ahí que no hay consuelo alguno  porque no hay nada que se pueda hacer que nos devuelva a ese ser.

Esto que es brutal, es a la vez algo positivo en el camino del duelo por fallecimientos, a diferencia de otros:  la irreversibilidad.

Eso no quiere decir que  sufrir la muerte de la persona amada no sea uno de los peores trances de la vida. Es algo durísimo y, como todo duelo, el camino no es lineal ni siempre ascendente y habrá recaídas de ánimo. Seguramente nos retrotraigamos a los momentos en que esa persona estuvo con nosotros. Puede que incluso imaginemos cómo sería en el presente de estar vivo.  Todo esto lo tienen en común ambos duelos, la diferencia es que,  a menos que la persona realmente tenga un problema serio,  cuando aquel a quien queremos se muere, no  albergamos la esperanza de volver con él. Eso es lo que sí sucede tras un desengaño amoroso.

Fantasías contra el dolor

Como la persona que ya no está con nosotros, sí está, es decir, sigue viva, solemos aferrarnos a la idea de que puede volver.

Fantaseamos constantemente con ese deseo. Nos imaginamos escenarios posibles donde las cosas cambien, donde la causa que motivó la separación ya no exista, donde una poderosa, casi divina inspiración, le haga ver al otro que  está predestinado a estar junto a nosotros.

Ni qué decir tiene que es una ilusión.

Da igual que siga vivo. Si no nos quiere no nos quiere. Y fantasear puede aliviar el dolor en el momento pero lo que hace es agravarlo cuando se toma contacto con la realidad. Como quien bebe o se droga o toma pastillas para anestesiar las emociones dolorosas. Una vez pasado el efecto, la emoción sigue ahí pero nosotros estamos en peor estado aún para gestionarlas.

Como escribí una vez:  no hay atajos. El dolor hay que pasarlo y cuanto antes mejor.

Verdades que tienes que oír

Me gustaría compartirte mis reflexiones al respecto. No me gusta llamarlos » consejos» porque de hecho,  no sé si lo son.  Lo que sí sé es que no te va a gustar leerlos si estás en esa situación… nunca gusta.

  • Acepta que en el fondo un desengaño es un golpe a tu ego.

No te quiere a ti. Así de sencillo.
Cuando relativizas el dolor y de dónde proviene es más fácil saber hacia donde caminar para gestionarlo.

  • No negocies

Da igual lo que estés dispuesto a ofrecer, a dar, a cambiar, a implementar… no te quiere. Y eso salió de él, no va a cambiar por cambiar tú. Además si intentas negociar,  puede que te pierda el respeto y sea aún peor.

  • No va a seguir siendo tu amigo/a

Es imposible. Así, sin más.  Por lo menos hasta que los sentimientos desaparezcan. Si te tiene cariño y no te odia te lo dirá porque intenta que no sufras. Pero no es posible. No le dejes entrar en ese juego porque no es cierto y en algunos casos solo sirve para aliviar su sentimiento de culpa por acabar con la relación.

  • Corta los lazos pendientes

Oblígate a cortar los lazos y flecos pendientes. No te des excusas y hazlo o pídele que lo haga él si tú te ves sin fuerzas. Y una vez hecho, manténte en tu decisión. Quita su número de la agenda, sácalo de tus contactos frecuentes y/o evita ir a lugares que sabes que frecuenta. Resiste la tentación de preguntarte a cada rato qué hace o no hace e intenta ocupar tu mente en otras cosas. Los amigos son la mejor terapia.

  • Da igual si está o no con otra persona.

El dolor es igual. Si te deja por alguien te sentirás inferior, aunque evidentemente no es así. Y si te deja por nadie creerás que para la gente es mejor estar solo que contigo, que no eres válido. Ambos pensamientos están distorsionados. Si no te quiere da igual que quiera o no a alguien más. No queremos a las personas por comparación, sencillamente las queremos o no. Y cuando no estamos enamorados, pues a veces aparece alguien y a veces no.  Ese alguien no motivó la ruptura.  En todo caso fue una consecuencia, no la causa.

  • Un clavo no saca otro clavo

La primera tendencia de un ego herido es intentar levantarlo.  Pero no funciona. Puede distraernos, ayudarnos a no pensar, pero en el fondo es una anestesia como otra cualquiera.
Si un desengaño nos afecta a nuestra autoestima, es que le hemos dado a la otra persona un poder que no debería tener. La Autoestima es eso: «auto-estima», amor por uno mismo. Deberíamos amarnos a nosotros mismos más que a nadie, o a pesar de todos.
Nuestra concepción de quiénes somos y cuánto valemos ha de ser independiente de la opinión del otro y  de que nos quiera o no nos quiera.  Porque si es así,  nos hundiremos de forma irremediable si esa persona se va y nos deja y necesitaremos a otro que nos vuelva a levantar. Y volveremos al mismo círculo vicioso e insano.  Y este necesitar de pronto parecerle irresistible a todo bicho viviente es una droga peligrosa.

  • Aprende a verle con objetividad

Hasta ahora lo has idealizado. Muy posiblemente en la última fase antes de la ruptura, mientras negociabas, has estado meditando en lo que tú hacías o no hacías para que esto funcionara. Ahora es el momento de mirar con objetividad y ver que una relación que no va bien es por las 2 partes. Ver la realidad te ayudará.

  • Céntrate en ti

No busques otros en los que volcar el amor que te sobra, al menos no en otras parejas. Tampoco te escondas en el trabajo. Mímate.  Tómate el tiempo de sanar tus heridas. Conócete y reconócete.

  • Aprende algo de esta experiencia

Es una buena ocasión para analizar por qué queremos a personas que no nos corresponden. Hacer ese análisis de uno mismo puede llevarnos a un camino de conocimiento profundo de nuestras heridas más primales.  Nunca es tarde para ser conscientes de qué vacíos arrastramos que no llenaremos con nadie.
Si ves este trance como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal, como una vivencia que te hará más sabio y consciente será mucho más fácil atravesar esta tormenta y dejar la amargura ahí…entre las aguas… y no llevarla contigo a tu orilla.

 

¿Te cuesta cobrar por tu trabajo?

¿Te cuesta cobrar por tu trabajo?

Ayer participé en las Jornadas on Line: «Mujer y Dinero» organizadas por la Editorial ObStare.
Mi ponencia se tituló:

«Del voluntariado al negocio. Mi relación con el dinero»

Si ya a muchas mujeres les cuesta pedir la remuneración por su trabajo, si procedes del voluntariado, o si sencillamente nunca has trabajado por tu cuenta y ahora empiezas, la idea de «pedir dinero» es una de las primeras barreras  a franquear.

Lo primero es dejar de percibir esas palabras: «dinero» y «cobrar» como negativas. Porque la mayoría de las veces son negativas solo para nosotras.

Cualquiera que sea tu cliente, sea cual sea el sector en el que trabajes, todas ls personas que tratas usan dinero y todas pagan  por servicios y/o productos.
Así que no estás implementando nada nuevo.

Quizás lo nuevo sea que cobras. O la actividad por la que cobras. O la cantidad que cobras.

Da igual.

El caso es que ESO ES LO NORMAL

Si queremos que los demás vean normal el hecho de cobrar por nuestros servicios hemos de empezar por normalizarlo  nosotras.

Comprendo que al principio cuesta, así que suelo recomendar empezar usando otras fórmulas que no usen esos términos que nos molestan o nos resultan incómodos.

Puedes sustituir las palabras y conceptos relacionados con «dinero» y «cobrar»  por otras como «honorarios» , «tarifas», «contratar» y similares que tienen el mismo significado pero no tienen en general la connotación negativa que le damos a las primeras.

De este modo en vez de decir:

«Yo cobro x por mi trabajo»

puedes decir:

«Mis honorarios son x»

Si alguien quiere pedirte opinión profesional  y no estás seguro si sabe que ese tiempo lo vas a cobrar puedes decir:

«Voy a mirar mi agenda a ver cuándo puedo darte una cita para una asesoría, mientras tanto te mando  información sobre mis servicios y tarifas» 

Para ello recomiendo tener una página web o un PDF preparado para reenviar por correo electrónico de forma inmediata. Eso da sensación de normalidad y sobre todo, de profesionalidad.

 

Son 2 tips muy sencillos pero muy efectivos para empezar a reeducarnos nosotras y reeducar al entorno.

Sobre todo recuerda:

tu trabajo tiene valor, tu tiempo tiene valor y tu experiencia tiene valor.

Tú lo sabes y tus clientes también.
Quienes no lo ven así no merecen que pierdas demasiado de tu valioso tiempo en explicárselo.

Pon en práctica estos consejos y cuéntame si te son útiles. Si crees que necesitas una sesión más personal para trabajar estos temas no dudes en pedirme una cita ;-).

¿Cómo escoger un nombre para tu emprendimiento?

¿Cómo escoger un nombre para tu emprendimiento?

Hace años trabajé en un bazar de esos que venden cosas electrónicas, perfumes … de todo un poco.

En ese tipo de establecimientos era habitual encontrar artículos que copiaban a marcas conocidas con nombres casi idénticos.

A mí me parecía un timo directamente (ya no entro en los aspectos legales) y recuerdo preguntarle al dueño si no le parecía que eso era engañar. Él me decía que si alguien es tan tonto como para no darse cuenta no era su problema.

Dejando al margen la calidad profesional de mi ex-jefe, algo aprendí de esa experiencia: que siempre va a haber gente que intentará robar o estafar o aprovecharse del trabajo de otros y que hay consumidores de todo tipo. Porque lo cierto es que esas copias se vendían, claro que a un precio mucho menor, con lo cual también habría que dar un tirón de orejas a los consumidores cuando creen que están ante la ganga de su vida. Si algo es demasiado barato comparado con el valor que se supone que tiene… desconfía.

Ningún negocio se mantiene regalando sus productos. Así que sea lo que sea que compres: un producto o un servicio, asegúrate del valor real.

De todos modos mi post va en otra dirección.

Tengo varias marcas registradas desde hace años y en el mundo en el que empecé mi emprendimiento no paro de ver cómo surgen nuevos blogs, webs y tiendas . Eso es positivo: cuanta más gente trabaje para ampliar mercado más clientes, y cuanta más competencia más habrá que trabajar para seguir siendo un referente.

Pero me sorprende que estas personas que empiecen se empeñen en poner nombre a sus proyectos que son prácticamente iguales a los ya existentes.

El mundo de la maternidad y el porteo están prácticamente copados todos los monos, canguros, koalas y demás animalitos con cría, por no hablar de los mimos, abrazos y teta…
No todos vamos a ser creativos publicitarios, pero digo yo que empezar una empresa con un nombre que es muy fácil asociar a otro, es aparte de moralmente reprobable, una mala apuesta empresarial.

El objetivo al que aspiramos todos los que emprendemos y tenemos una marca es a que se reconozca. Es más, si consiguiéramos que la marca identificara el producto o el sector sería la bomba. Algo como lo que pasa cuando decimos:
-«Voy a comprar pan Bimbo»

Si vas a empezar un negocio y has pensado en un nombre que identifique la actividad o producto pregúntate :

  • -¿Existe ya otro negocio del mismo sector o relacionado con ese nombre o parecido?
  • -Si existe aunque no sea exactamente igual, no es preferible escoger otro a arriesgarme a crear confusión?
  • -¿Es el nombre que he escogido solo una variante de otros?
  • -¿No me hará parecer eso como de segunda categoría?
  • -¿Quiero que me confundan entre la gran maraña de tiendas iguales o pretendo tener identidad propia?
  • -¿El nombre que he escogido contribuirá a ser recordada o a ser olvidada con facilidad?

Y lo más interesante…

Piensa en las grandes marcas fácilmente reconocidas del mundo empresarial y comercial

Prácticamente ninguna identifica en el nombre el producto.

Y eso no ha impedido que todo el mundo las reconozca.

Así que aprende de los grandes en esto del marketing ( no entro a valorar otras cosas, en este post hablo solo de marcas y posicionamiento), sal de lo que crees que es la zona segura y lánzate con algo único.

Porque además de todo eso, como propietaria de una marca registrada te diré que molesta mucho, mucho, mucho, que alguien intente copiarte o «inspirarse» en tu trabajo. Cada vez que veo un blog maternal con algún derivado de la palabra «mimos» ya me anima a no entrar a leerlo.
No empieces así en un mundo en el que quizás algún día te interese tener colaboraciones 😉 .

 

¿Cómo escoger un nombre para tu emprendimiento?

¿Quién da el primer paso?

Hace tiempo alguien le planteó esta pregunta a un auditorio:

 

 -«En caso de conflicto en una relación,
¿quién da el primer paso para solucionarlo?»

Los asistentes empezaron a responder:

 

  • -«El que lo comenzó»
  • -«El otro»
  • -«El hombre
  • -«La mujer»
  • -«El culpable»
  • -«El ofendido»
  • etc…

¿Qué pensáis vosotros?

Independientemente de que cada situación es única, dada entre personas únicas y que generalizar  suele ser estúpido,  nuestra respuesta ya nos da una pista sobre nuestra propia forma de tratar los asuntos.
Si eres mujer y respondes : «el hombre», ya se atisba cómo van las cosas con tu pareja ( y viceversa)
Si eres de los que contesta: » el culpable», lo mismo.
Cuando hay un conflicto, por lo general, ambas partes creen tener razón, así que  ese tipo de respuestas no sirven.

¿Cómo esperar que el culpable ( el otro) dé el primer paso si él piensa que el culpable eres tú?

En esa espiral el argumento de que actúe el que causó el daño no sirve para restaurar lo perdido.

Si te crees con la razón, y eso te impide dar el primer paso, habrás ganado la batalla ( en tu ego solo) y serás como el rey de El Principito, ganador, con el poder,  pero solo.

 

Y por definición, un rey (  o un ganador) solo,  no es nada.

Así que, si eres una persona orgullosa, criada como casi todos en la idea de: «quien la hace la paga», y esperas que sean los demás los que muevan ficha, ten cuidado.
Encontrarás a gente dispuesta a hacerlo, y eso solo hará que alimentar más tu ego y tu decisión de esperar siempre que sea el otro el que se «rebaje» . Y pasará que quizás un día, la persona que más te importe no lo haga, y sencillamente la pierdas. La pierdas por puro orgullo convertido en estupidez. Porque así es como vemos al rey del cuento: un estúpido.

La respuesta entonces sigue sin ser clara. ¿Quién da el primer paso?

El conferenciante contestó:

-«El más maduro de los dos»

En otro proverbios antiguos he encontrado la versión que dice que  es «el más sabio de los dos».

La madurez no es solo tener más  y mejores cualidades que el otro. Puede haber gente muy humilde y muy inmadura.
La madurez, o la sabiduría, la da la experiencia de saber o llegar a divisar  el resultado de nuestras acciones antes de que ocurran.
Una persona madura, aunque tenga orgullo, aprende a controlarlo y a pasar por encima para recuperar algo o a alguien que le interesa tener.
Una persona madura sabe que pedir disculpas no es una debilidad.

Y una persona madura sabe que si su acción no tiene la respuesta esperada tampoco es para martirizarse de por vida.

Uno hace su parte esperando la respuesta correspondiente de parte del otro. Si no llega, es cuestión de esperar, manteniendo las vías abiertas.

En un mundo perfecto todos responderíamos bien a la primera. Pero no es un mundo perfecto, y nosotros somos la gran prueba de ello. Y todos tenemos una gran mochila que a veces nos condiciona demasiado.

Estos días una amiga contaba que hace años alguien se apartó  de ella sin saber muy bien por qué, sin dar explicaciones, molesta y sin querer escuchar una disculpa o tener una conversación para aclararlo.
Me recordó a algunas personas que tras un tiempo de bastante cercanía un día decidieron desaparecer sin más. Ni un adiós.

Intenté preguntar, saber qué pasaba, y nada. No pretendía retomar una relación que la otra persona no quisiera, pero al menos despedirnos en condiciones.

Un par de estas personas que pasaron por mi vida nunca respondieron.

Y por supuesto ante esto solo queda el respeto a la voluntad del  otro. Con tristeza, con curiosidad incluso, pero respeto al fin y al cabo.

Quiero pensar que algún día les llegará la madurez para asumir qué les impedía siquiera despedirse.

Mientras tanto yo estoy tranquila, porque mis vías de comunicación están abiertas.

Es lo único que podemos hacer. Mantener la puerta abierta y algún día recibirles sin reproches.

 

El poder de las palabras

El poder de las palabras

¿Te has parado a pensar en el poder de las palabras?

¿Son una mera herramienta de transmisión de información?

¿O verdaderamente tienen  poder propio?

 

Estas palabras las conozco desde hace mucho, desde mi infancia:

 

“Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada, pero la lengua de los sabios es una curación.” (Salomón-Proverbios 12:18.)

Y uno siempre pensaba que era algo figurativo, que el mensaje tras las palabras hirientes era lo que hacía daño,  y que por el contrario, cuando alguien sabio nos hablaba podía reconfortarnos «el alma» y curarnos en cierto sentido figurado.

Pero resulta que Salomón sin duda era sabio porque ahora la ciencia nos dice que las palabras en sí mismas tienen poder, para dañar o para sanar. Que influyen en nuestras emociones más profundas, en los patrones de nuestro cerebro, a nivel neurobiológico, que influirán en nuestras respuestas futuras a situaciones determinadas.
En el coaching  y en la PNL nos enseñan a cuidar nuestro lenguaje pues puede ser limitante o todo lo contrario.

Oír  ( de nosotros mismos o de otros) la expresión: «no puedes»  puede ser una profecía. Pero del mismo modo, podemos  invertir el proceso y verbalizar lo que queremos conseguir: » puedo…».

Trabajar ese aspecto con uno misma es cuestión de decisión, de empezar y cambiar actitudes.

Críticas

Pero  ¿ y cuando estamos rodeados de personas negativas? ¿qué pasa cuando es nuestro entorno más cercano el que se empeña en ponernos trabas y minarnos la moral?

 

Resolvamos  no escuchar.

Dejarles  que sus palabras lleguen a nuestros oídos es darles ventaja.

Educa a tu entorno y diles con amabilidad pero con firmeza que no te gusta que te hablen así y que no vas a permitir comentarios negativos .
Cambia el rumbo de la conversación preguntando por cualquier otra cosa no relacionada, a ser posible agradable para ambas partes.
Recuerda que las únicas armas que poseen realmente contra ti son palabras, si no las pronuncian no existen.

Y no olvides empezar a practicar el hablar en positivo.

*En el taller Empodérate comparto contigo herramientas para estos y otros casos .

empoderate

 

Nohemí Hervada
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.