Todo lo que aprendí de los ciclistas

Todo lo que aprendí de los ciclistas

Cada vez veo más paralelismos entre la bici y la  vida.

Hace unos meses escribí este post:
5 Cosas que aprendí de un ciclista.

Pero desde entonces he aprendido mucho más. Valiosas lecciones de vida. Me gustaría compartirlas con vosotros:

  • Hay ciclistas que están hechos para trabajar en solitario
  • Otros se sienten mejor trabajando en un equipo.
  • Hay ciclistas de largo recorrido, hechos para aguantar horas y horas, saben dosificar sus fuerzas y no quemar sus cartuchos en  la salida.
  • Hay ciclistas especialistas  en  contrarreloj. Son muy veloces, mucho, los que más, pero nadie mantiene tanta velocidad tanto tiempo, así que no suelen ser buenos para pruebas largas.
  • Sólo algunos privilegiados aúnan velocidad y resistencia.
  • Hay líderes que lo son por algo más que porque les designe el equipo, que se ganan el reconocimiento moral de sus compañeros, y lo consiguen con trabajo y humildad.
  • Hay ciclistas que se dejan el aliento trabajando para que gane su equipo, aunque sepan que ellos nunca llevarán el maillot amarillo. Que sus nombres no pasarán a la historia. Nadie entiende de sacrifico y compañerismo como ellos.

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Fudenas 2014

  • Los ciclistas saben que a veces tu contrincante es  tu compañero, aquél que te hace llegar a la meta.
  • Los ciclistas saben que la suerte es un compañero extraño en la carrera, a veces te acompaña, a veces no.
  • Los ciclistas saben que hay amores que matan y que a veces, esos que les jalean para animarles, pueden aun sin querer, derribarles.
  • Los ciclistas saben que por mucho apoyo que tengan alrededor, el esfuerzo y el sudor es suyo. Nadie corre por ellos.
  • Los ciclistas saben que los desafíos más difíciles, cuando se consiguen son los que más recuerdan y valoran.
  • Los ciclistas saben que a veces el corazón empuja cuando las piernas ya no tienen fuerzas.
  • Los ciclistas saben que la carrera acaba al cruzar la meta, no antes. Nunca dan por ganada una carrera antes de tiempo…ni por perdida.
  • Los ciclistas saben que nada hay comparable a que te esperen en la Meta.

 

 

 ¡Gracias por enseñarme a ser mejor emprendedora, mejor trabajadora en equipo, mejor líder y mejor persona!

emprende en femenino.- nohemi hervada

Taller Prevención Violencia de Género en la Villa de Moya

Taller Prevención Violencia de Género en la Villa de Moya

Este taller me reporta grandes satisfacciones y no solo a nivel profesional.
He escrito en otras ocasiones que he vivido muy de cerca la violencia, desde niña, en muchas de sus facetas y es un tema al que soy especialmente sensible, por eso  es tan importante para mi que las instituciones y organismos públicos apuesten por este tipo de iniciativas.
Gracias al equipo del Ayuntamiento de la Villa de Moya por confiar en mi trabajo  y contratarme para impartir 2 talleres en su I Encuentro de Mujeres Villa de Moya.
No os voy a aburrir contando lo que hicimos allí, solo os voy a poner unas fotos para que respiréis un poco del ambiente.
Fotos de la presentación del evento, de la primera conferencia a cargo de la presidenta de CERES, y ya después, fotos de mis talleres.

5 Cosas que aprendí de un ciclista

5 Cosas que aprendí de un ciclista

Si podéis leed este post con esta música de fondo

No soy una persona especialmente inclinada al deporte, aunque he pasado buenos momentos viendo algunos eventos deportivos, admirando las habilidades y destrezas de hombres y mujeres.
Al ciclismo nunca le presté demasiada atención, salvo esos días de final de carrera en verano, esperando que Indurain ganara.
Me parece un deporte duro, durísimo, en el que además, no hay demasiado reconocimiento  a los deportistas, y donde solo un número ínfimo de ellos consigue destacar.
Hoy quiero contaros qué me ha enseñado un ciclista sobre su pasión por la bicicleta y cómo creo podemos aplicar esos principios más allá de las 2 ruedas,  en el desarrollo personal y profesional.

 

indurain

  • Conocéte, acéptate y véncete

La bici pone de manifiesto tus propias capacidades y limitaciones. Conocerlas, aceptarlas y luego intentar superarlas: vencerlas, esa es la clave.
No es mal consejo para la vida diaria. Al final la carrera no es contra el recorrido, contra la montaña  o contra los otros corredores…. la carrera es contra nosotros mismos.
Si nos conocemos, nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades, si nos aceptamos como somos en lugar de pretender ser otra cosa y si nos vencemos en el sentido de lograr lo que queremos incluso a pesar nuestro, sin duda habremos ganado la etapa, y la carrera.

  • Hoy no he podido, pero mañana vuelvo y subo la montaña

Ningún ciclista no preparado es capaz de subir un puerto y culminarlo. Pero su sistema es:

«Hoy no he podido subir la montaña,
pero mañana  la montaña seguirá ahí,
mañana volveré y la venceré.»

Y al final la constancia y el sacrificio hacen que uno venza a la montaña.  La montaña son nuestros objetivos, nuestras metas, nuestros retos, incluso nuestros deseos. Siempre hay otro día, así que lo que no pudiste hoy, vuelve a intentarlo mañana.

  • Corres como eres

«Un día en una carrera  en la que iba muy muy cansado, un grupo de ciclistas de otro equipo me esperó para ayudarme a llegar a meta.
Al preguntarles por qué lo hicieron, me dijeron que  yo les había ayudado en otra etapa sin tener por qué».

Corre la carrera de la vida como eres, y sé buena persona. Algún día necesitarás que  otra persona te ayude, incluso un «no compañero» y es fácil  recibir ayuda cuando tú antes has ayudado a otros.
Recuerda: aunque corras solo, no corres solo.

  • Solo hay un ganador, pero éste gana gracias al trabajo de todo su equipo

Cuando oyes a un ciclista cómo se planea la estrategia de equipo para que el candidato a campeón gane entiendes que él solo no lo habría logrado nunca. Muchos «anónimos» pelean las pequeñas batallas de la carrera, las que agotan, las que queman, para que al final el líder  del equipo llegue en buen estado físico  y pueda en el sprint final darlo todo y ganar. Él es el campeón. Pero gana todo el equipo. Todos contribuyen al éxito.
En  una empresa, cada uno tiene su papel, no hay ninguno pequeño. Todos los miembros del equipo, el CEO, el comercial, la señora de la limpieza, quien atiende el teléfono, etc. , todos trabajan con un objetivo común. Sin cada piñón de la rueda no habría engranaje. Lo inteligente es que cada uno haga aquéllo en lo que que es mejor reconociendo que todos los compañeros son valiosos.
Incluso para los profesionales que trabajamos por cuenta propia, el mensaje es acertado: las colaboraciones crean grandes proyectos.
Cuando la meta común es mayor que los egos se consiguen grandes cosas.

  • Lo que hace a un corredor campeón no es su forma física

Muchos ciclistas  con todo el potencial físico y entrenamiento pueden llegar al nivel del 90%, pero solo unos pocos llegan al 100%.

Ese 10%  que marca la diferencia no depende del trabajo físico. Esa diferencia entre un buen ciclista y un campeón está en su cabeza y en su corazón. Si tiene madurez, estabilidad mental y afectiva. Si tiene un entorno  familiar y social confiable y se siente seguro y querido y cuidado.
No creo necesario explicar el paralelismo ¿verdad?.
Podemos conseguir el éxito profesional de muchas maneras, pero solo cuando nos sentimos bien con los que queremos somos verdaderos triunfadores.  Los afectos valen más que las medallas, y curiosamente,  en este deporte, sin afectos no hay medallas.

¿Y tú? ¿Practicas este deporte? ¿Quieres compartir conmigo alguna otra reflexión interesante?
 

Fotos

1- Foto de  Miguel Induráin
2- Foto tomada del Blog Huy Carajo

¿Sabes comunicar con tu cuerpo?

¿Sabes comunicar con tu cuerpo?

¿Sabías que al comunicar tu cuerpo habla más que tus palabras?

EL lenguaje no verbal compone más de un 70% del mensaje que transmitimos , si incluímos la voz,  el tono y modulación ese porcentaje aumenta todavía más.
Cuando uno toma conciencia de esta realidad lo más inteligente es intentar aprovechar ese poder, utilizarlo a nuestro favor para no perder fuerza con nuestro discurso.

En mis cursos de comunicación propongo varias formas de trabajar con el lenguaje corporal.
Lo primero por supuesto es reconocer cómo manejamos nuestras herramientas. Si a la hora de comunicarnos somos fluidos o si el nerviosismo al hablar ante otros nos vuelve rígidos o histriónicos o tendemos a apoyarnos en movimientos repetitivos sin demasiada coherencia.

Algunas personas tienen un don natural para hablar fluidamente y que el cuerpo acompañe, pero otros tienen que trabajar y practicar.

Va por delante que lo primero para que el lenguaje verbal apoye nuestro discurso es que sea cierto, es decir, que nos creamos lo que estamos contando, o si no se nos saldrán las mentiras «por las costuras».

Cartel de la serie "Lie to me"

Cartel de la serie «Lie to me»

Pero es verdad que el nerviosismo puede hacer que perdamos credibilidad, o parecer poco confiables, así que os propongo un ejercicio que aparte de ser provechoso puede ser muy divertido.

Cuando cantamos abrimos las compuertas de las emociones, y es fácil que nuestros cuerpo y nuestra expresión facial trabajen en sintonía con la letra. Nos pasa a casi todos, así que  si eres de los que te cuesta expresar al comunicar en público, si eres de los que tiende a parecer frío o rígido, canta.
Si puedes hazlo frente a un espejo, o mejor aún grábate, e intenta exagerar con tus movimientos y expresiones lo que la letra dice.
Si te has grabado puedes visionar la grabación y tendrás una idea más real de en qué cosas tienes que mejorar.

Mira cómo  estas personas cantan una canción en LSE (Lengua de Signos Española). Observa cómo todo el cuerpo comunica, la cara, el rostro, las manos, los movimientos que pueden ser lentos o rápidos marcando así diferentes grados de intensidad, diferentes emociones.
Es un ejercicio magnífico para explorar todas las posibilidades del cuerpo a la hora de transmitir.

 

 

Si hemos practicado este ejercicio «exagerado», luego en un ámbito más natural, nos será más fácil  comunicar con el cuerpo, con la expresión, con nuestros movimientos, con cómo ocupamos el espacio en una sala. Perder el reparo a usar todas nuestras herramientas nos hará ganar  en expresividad y en poder de convicción.

Gracias a Romina Bueno, del Centro  Psicopedagógico Aprendiz, y  alumna de mi curso de  Asesora de Porteo Mimos y Teta por enseñarme el fascinante mundo del LSE, donde saben muy bien que ellos no se limitan a traducir palabras… sino a expresar mensajes en toda su dimensión.

Y a otras cositas que he encontrado interesantes sobre la expresión con el LSE, mirad esta incluso sentada:

Disfrutad con el ejercicio y contadme vuestras impresiones y progresos <3

Cómo superar un desengaño

Cómo superar un desengaño

¿Has sufrido algún desengaño amoroso? ¿te han dejado alguna vez? Si es así, sabes lo desoladora que puede ser esta experiencia. De hecho, nos pasamos la vida oyendo  frases como: «Sin ti no soy nada» , «sin ti me muero» y similares, porque   casi todos empalizamos con esa sensación tras un desengaño de  que todo pierde sentido para nosotros, hasta nuestra propia vida.

Pero ¿es cierto? ¿Realmente podemos morirnos de amor, o mejor dicho, de desamor?

El duelo del desamor

La verdad es que morirse no es fácil, pero eso no quiere decir que no sea una experiencia dolorosa, dura y, a veces, traumática. Y ha de ser así porque en el fondo un desengaño es un duelo.  Muertes, abandonos, cambios, pérdidas, fracasos… todo son duelos. Todo lo que implique una pérdida importante lo es.

En el caso de los desengaños amorosos  con un agravante, porque la persona que ya no está, en realidad sigue viva.
La muerte del ser amado es atroz porque es algo irreversible. De ahí que no hay consuelo alguno  porque no hay nada que se pueda hacer que nos devuelva a ese ser.

Esto que es brutal, es a la vez algo positivo en el camino del duelo por fallecimientos, a diferencia de otros:  la irreversibilidad.

Eso no quiere decir que  sufrir la muerte de la persona amada no sea uno de los peores trances de la vida. Es algo durísimo y, como todo duelo, el camino no es lineal ni siempre ascendente y habrá recaídas de ánimo. Seguramente nos retrotraigamos a los momentos en que esa persona estuvo con nosotros. Puede que incluso imaginemos cómo sería en el presente de estar vivo.  Todo esto lo tienen en común ambos duelos, la diferencia es que,  a menos que la persona realmente tenga un problema serio,  cuando aquel a quien queremos se muere, no  albergamos la esperanza de volver con él. Eso es lo que sí sucede tras un desengaño amoroso.

Fantasías contra el dolor

Como la persona que ya no está con nosotros, sí está, es decir, sigue viva, solemos aferrarnos a la idea de que puede volver.

Fantaseamos constantemente con ese deseo. Nos imaginamos escenarios posibles donde las cosas cambien, donde la causa que motivó la separación ya no exista, donde una poderosa, casi divina inspiración, le haga ver al otro que  está predestinado a estar junto a nosotros.

Ni qué decir tiene que es una ilusión.

Da igual que siga vivo. Si no nos quiere no nos quiere. Y fantasear puede aliviar el dolor en el momento pero lo que hace es agravarlo cuando se toma contacto con la realidad. Como quien bebe o se droga o toma pastillas para anestesiar las emociones dolorosas. Una vez pasado el efecto, la emoción sigue ahí pero nosotros estamos en peor estado aún para gestionarlas.

Como escribí una vez:  no hay atajos. El dolor hay que pasarlo y cuanto antes mejor.

Verdades que tienes que oír

Me gustaría compartirte mis reflexiones al respecto. No me gusta llamarlos » consejos» porque de hecho,  no sé si lo son.  Lo que sí sé es que no te va a gustar leerlos si estás en esa situación… nunca gusta.

  • Acepta que en el fondo un desengaño es un golpe a tu ego.

No te quiere a ti. Así de sencillo.
Cuando relativizas el dolor y de dónde proviene es más fácil saber hacia donde caminar para gestionarlo.

  • No negocies

Da igual lo que estés dispuesto a ofrecer, a dar, a cambiar, a implementar… no te quiere. Y eso salió de él, no va a cambiar por cambiar tú. Además si intentas negociar,  puede que te pierda el respeto y sea aún peor.

  • No va a seguir siendo tu amigo/a

Es imposible. Así, sin más.  Por lo menos hasta que los sentimientos desaparezcan. Si te tiene cariño y no te odia te lo dirá porque intenta que no sufras. Pero no es posible. No le dejes entrar en ese juego porque no es cierto y en algunos casos solo sirve para aliviar su sentimiento de culpa por acabar con la relación.

  • Corta los lazos pendientes

Oblígate a cortar los lazos y flecos pendientes. No te des excusas y hazlo o pídele que lo haga él si tú te ves sin fuerzas. Y una vez hecho, manténte en tu decisión. Quita su número de la agenda, sácalo de tus contactos frecuentes y/o evita ir a lugares que sabes que frecuenta. Resiste la tentación de preguntarte a cada rato qué hace o no hace e intenta ocupar tu mente en otras cosas. Los amigos son la mejor terapia.

  • Da igual si está o no con otra persona.

El dolor es igual. Si te deja por alguien te sentirás inferior, aunque evidentemente no es así. Y si te deja por nadie creerás que para la gente es mejor estar solo que contigo, que no eres válido. Ambos pensamientos están distorsionados. Si no te quiere da igual que quiera o no a alguien más. No queremos a las personas por comparación, sencillamente las queremos o no. Y cuando no estamos enamorados, pues a veces aparece alguien y a veces no.  Ese alguien no motivó la ruptura.  En todo caso fue una consecuencia, no la causa.

  • Un clavo no saca otro clavo

La primera tendencia de un ego herido es intentar levantarlo.  Pero no funciona. Puede distraernos, ayudarnos a no pensar, pero en el fondo es una anestesia como otra cualquiera.
Si un desengaño nos afecta a nuestra autoestima, es que le hemos dado a la otra persona un poder que no debería tener. La Autoestima es eso: «auto-estima», amor por uno mismo. Deberíamos amarnos a nosotros mismos más que a nadie, o a pesar de todos.
Nuestra concepción de quiénes somos y cuánto valemos ha de ser independiente de la opinión del otro y  de que nos quiera o no nos quiera.  Porque si es así,  nos hundiremos de forma irremediable si esa persona se va y nos deja y necesitaremos a otro que nos vuelva a levantar. Y volveremos al mismo círculo vicioso e insano.  Y este necesitar de pronto parecerle irresistible a todo bicho viviente es una droga peligrosa.

  • Aprende a verle con objetividad

Hasta ahora lo has idealizado. Muy posiblemente en la última fase antes de la ruptura, mientras negociabas, has estado meditando en lo que tú hacías o no hacías para que esto funcionara. Ahora es el momento de mirar con objetividad y ver que una relación que no va bien es por las 2 partes. Ver la realidad te ayudará.

  • Céntrate en ti

No busques otros en los que volcar el amor que te sobra, al menos no en otras parejas. Tampoco te escondas en el trabajo. Mímate.  Tómate el tiempo de sanar tus heridas. Conócete y reconócete.

  • Aprende algo de esta experiencia

Es una buena ocasión para analizar por qué queremos a personas que no nos corresponden. Hacer ese análisis de uno mismo puede llevarnos a un camino de conocimiento profundo de nuestras heridas más primales.  Nunca es tarde para ser conscientes de qué vacíos arrastramos que no llenaremos con nadie.
Si ves este trance como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal, como una vivencia que te hará más sabio y consciente será mucho más fácil atravesar esta tormenta y dejar la amargura ahí…entre las aguas… y no llevarla contigo a tu orilla.

 

El poder de las palabras

El poder de las palabras

¿Te has parado a pensar en el poder de las palabras?

¿Son una mera herramienta de transmisión de información?

¿O verdaderamente tienen  poder propio?

 

Estas palabras las conozco desde hace mucho, desde mi infancia:

 

“Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada, pero la lengua de los sabios es una curación.” (Salomón-Proverbios 12:18.)

Y uno siempre pensaba que era algo figurativo, que el mensaje tras las palabras hirientes era lo que hacía daño,  y que por el contrario, cuando alguien sabio nos hablaba podía reconfortarnos «el alma» y curarnos en cierto sentido figurado.

Pero resulta que Salomón sin duda era sabio porque ahora la ciencia nos dice que las palabras en sí mismas tienen poder, para dañar o para sanar. Que influyen en nuestras emociones más profundas, en los patrones de nuestro cerebro, a nivel neurobiológico, que influirán en nuestras respuestas futuras a situaciones determinadas.
En el coaching  y en la PNL nos enseñan a cuidar nuestro lenguaje pues puede ser limitante o todo lo contrario.

Oír  ( de nosotros mismos o de otros) la expresión: «no puedes»  puede ser una profecía. Pero del mismo modo, podemos  invertir el proceso y verbalizar lo que queremos conseguir: » puedo…».

Trabajar ese aspecto con uno misma es cuestión de decisión, de empezar y cambiar actitudes.

Críticas

Pero  ¿ y cuando estamos rodeados de personas negativas? ¿qué pasa cuando es nuestro entorno más cercano el que se empeña en ponernos trabas y minarnos la moral?

 

Resolvamos  no escuchar.

Dejarles  que sus palabras lleguen a nuestros oídos es darles ventaja.

Educa a tu entorno y diles con amabilidad pero con firmeza que no te gusta que te hablen así y que no vas a permitir comentarios negativos .
Cambia el rumbo de la conversación preguntando por cualquier otra cosa no relacionada, a ser posible agradable para ambas partes.
Recuerda que las únicas armas que poseen realmente contra ti son palabras, si no las pronuncian no existen.

Y no olvides empezar a practicar el hablar en positivo.

*En el taller Empodérate comparto contigo herramientas para estos y otros casos .

empoderate