A veces uno busca las palabras y otras veces las palabras lo buscan a uno.
Ayer llegué a casa y me fui a la cama con deseo… y lo hice realidad.
Nos enganchan las personas por lo que nos cuentan, o por lo que entendemos nosotros de lo que nos cuentan.
Adoro a quienes saben y creen en el poder de las palabras, quienes las usan sabiendo que son algo más que fonemas unidos, a quienes poseen el secreto mágico de la Alquimia de la vida.
Puedo amar a alguien por las palabras que usa O amar sus palabras y usarle a él para tenerlas O usar su amor para crearlas O crear amor usándolas Al final «amor» es una palabra
Gracias David por recordarme algo que a veces, en mi soberbia, olvido.
Ayer tu pócima 71, escogida al azar ( seguro que no) era mía.
Fue para mí por un instante
O para siempre
Y mientras la leía y sonreía era consciente de cómo leemos lo que queremos.
Yo ayer tenía que hablar de Amor, o de des-amor, que al fin es lo mismo.
Gracias Elena Alonso-Viajamor por traer a mi vida momentos mágicos en forma de personas y palabras, gracias Carol por invitarme.
Gracias a todos por recordarme que el drama lo ponemos nosotros, porque la realidad ES que
TODO, siempre es un comienzo
aunque se vista de final.
Soy experta en comienzos, porque he practicado con muchos finales.
Anoche me fui a la cama contigo, como te prometí
Y viajé a otros mundos, como ese niño en el sofá que hacía Nada.
Y mi alma estuvo en paz y alborotada
porque sé, porque siento, porque nombro, porque creo
Y antes de eso, antes de llegar a casa, paré el coche, cogí mi libreta y mi pluma, escribí un par de hojas con alguna disculpa y varios GRACIAS, las arranqué y las dejé debajo de una puerta.
Trazos garabateados con todo su sentido O con dos El que yo escribí Y el que será leído
Fragmento del Libro SI FUESES PÁJARO LO ENENDERÍAS
de David Testal
¿Te has parado a pensar en el poder de las palabras?
¿Son una mera herramienta de transmisión de información?
¿O verdaderamente tienen poder propio?
Estas palabras las conozco desde hace mucho, desde mi infancia:
“Existe el que habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada, pero la lengua de los sabios es una curación.” (Salomón-Proverbios 12:18.)
Y uno siempre pensaba que era algo figurativo, que el mensaje tras las palabras hirientes era lo que hacía daño, y que por el contrario, cuando alguien sabio nos hablaba podía reconfortarnos «el alma» y curarnos en cierto sentido figurado.
Pero resulta que Salomón sin duda era sabio porque ahora la ciencia nos dice que las palabras en sí mismas tienen poder, para dañar o para sanar. Que influyen en nuestras emociones más profundas, en los patrones de nuestro cerebro, a nivel neurobiológico, que influirán en nuestras respuestas futuras a situaciones determinadas.
En el coaching y en la PNL nos enseñan a cuidar nuestro lenguaje pues puede ser limitante o todo lo contrario.
Oír ( de nosotros mismos o de otros) la expresión: «no puedes» puede ser una profecía. Pero del mismo modo, podemos invertir el proceso y verbalizar lo que queremos conseguir: » puedo…».
Trabajar ese aspecto con uno misma es cuestión de decisión, de empezar y cambiar actitudes.
Críticas
Pero ¿ y cuando estamos rodeados de personas negativas? ¿qué pasa cuando es nuestro entorno más cercano el que se empeña en ponernos trabas y minarnos la moral?
Resolvamos no escuchar.
Dejarles que sus palabras lleguen a nuestros oídos es darles ventaja.
Educa a tu entorno y diles con amabilidad pero con firmeza que no te gusta que te hablen así y que no vas a permitir comentarios negativos .
Cambia el rumbo de la conversación preguntando por cualquier otra cosa no relacionada, a ser posible agradable para ambas partes.
Recuerda que las únicas armas que poseen realmente contra ti son palabras, si no las pronuncian no existen.
Y no olvides empezar a practicar el hablar en positivo.
*En el taller Empodérate comparto contigo herramientas para estos y otros casos .
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