Un taller cargado de contenido y emociones que pretende destacar la importancia del liderazgo femenino dentro de las empresas y fuera de ellas.
Ponentes
Nohemí Hervada. Asesora en maternidad y directora de dos proyectos pioneros a nivel mundial: Asesoras Continuum y la Escuela de Porteo Mimos y Teta (+ info.)
Rudy Bormans. Coach internacional, gerente y fundador de la empresa Rudy Bormans Coaching. (+ info.)
Este artículo recopila mi intervención en los medios de prensa de Uruguay y la conferencia pública que ofrecí para la Plataforma Lavardén en Rosario (Argentina).
Quiero agradecer públicamente a Maria Laura Ibarra su trabajo como agente de prensa. El éxito de mi viaje fue sin duda contar con una profesional de su nivel, sólo superado por su calidad humana, para encargarse de la difusión de la gira y de mi trabajo.
Sin ella todo esto no se habría producido.
Gracias también a cada medio que se hizo eco de mi trabajo y a cada persona que contribuyó a que este fuera posible.
Prometo volver.
NOTAS EN TELEVISIÓN
Entrevista en vivo en el programa Desayunos Informales (segmento Calidad de Vida) – canal 12. 11 de mayo.
Entrevista en vivo en el programa La Mañana – canal 5. 11 de mayo.
Entrevista con Informativo de TVCiudad. Emitida el 12 de mayo.
Programa especial con integrantes de la Fundación Canguro para programa del domingo de Calidad de Vida, canal 12. Se emitió el 14 de mayo.
Entrevista en el programa Buen Día Uruguay . canal 4. 13 de mayo.
Nota telefónica con Anabel Sastre para el programa de Canal 30 Punta Cable, de Punta del Este. Emitida martes 25 de abril.
NOTAS EN RADIO
Programa Nueva Mirada Radial, radios Mediarte y Fm Punta del Este Online. Emitida el lunes 23 de abril.
Nota telefónica con el programa Horas de Radio, de Radio Libertadores de Salto. 27 de abril.
Nota en vivo para la Emisora Color FM 90.3, de Cardona. 27 de abril. 12.00 horas
Nota en vivo por Radio Ciudadana 103.3 FM- 27 de abril.
Nota en vivo en programa Caza Curiosos, de Radio Durazno 1430 AM. Jueves 27 de abril 16.30 horas.
Nota por Skype para el programa «Punto de Partida» de El Libertador 1210 AM de Treinta y Tres. Se emitió el miércoles 3 de mayo a las 9.00 horas.
Entrevista en el programa Viva la tarde – Radio Sarandí.
Entrevista en vivo en el programa Pisando Fuerte – radio Metropolis FM. 12 de mayo.
Entrevista en vivo en Montecarlo a sus órdenes – Radio Montecarlo- 13 de mayo.
Entrevista telefónica con programa que se emite por Radio City 95.1 FM y Radio Yi 960 AM. 13 de mayo
Un buen emprendedor sabe que una cosa es vender una vez a un cliente y otra fidelizarle para que siempre que necesite algún producto o servicio que tú tengas te lo compre a ti.
De hecho, las grandes empresas crean apóstoles de la marca, es decir, clientes que se identifican tanto con la marca que la asumen como propia y no sólo comprarán todos los productos que saque, sino que serán los mejores publicistas de la misma.
¿Quién no «acabó comprándose el MAC (o IPhone o Ipad)» por ese amigo fanático de Apple?
Un buen emprendedor sabe que una de las mejores formas de fidelizar no es sólo ofrecer un producto y/o servicio de calidad sino personalizar el trato al cliente.
A nadie le gusta sentirse un número más, así que cuando tratas a tu cliente de forma personalizada, le llamas por su nombre y adaptas tu oferta a lo que él necesita exactamente, le estás dando ese plus que hará que te escoja por encima del resto de ofertas similares del sector.
Hoy te pongo como ejemplo a imitar a un cantante: Manuel Carrasco. ¿Crees que no tiene mucho que ver? Lee el post y lo verás.
Manuel Carrasco es un compositor y cantante que este año en su gira de conciertos ha conseguido emocionar a quienes acudían a verle y oirle, mucho más de lo que esperaban. ¿Cómo?
Haciéndoles sentir especiales al preparar una canción única para cada ciudad que acogía su concierto. No una canción cualquiera en la que cambiar sólo el nombre, sino, en cada caso, aludiendo a lugares, barrios, monumentos, personajes, costumbres, folklore, gastronomía y/o demás señas de identidad del lugar.
Que alguien que ya tenía vendido su producto ( las entradas del concierto) se tomara el tiempo de conocer cada lugar y preparar un «bonus» de ese tipo, personalizado para cada cliente (ciudad), a pesar de que no le iba a reportar más ganancia económica, es un ejemplo perfecto de cómo usar la inteligencia emocional en el trabajo.
Os pongo dos de los ejemplos que a mí más me tocan, uno por ser el lugar donde vivo, y el otro, porque habla de la ciudad donde crecí… con cuya canción rememoro lugares y momentos de mi vida.
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Manuel Carrasco igual no ganará directamente de esas composiciones, pero es seguro que ha ganado muchos más fans de los que tenía antes de empezar su gira. Eso es visión emprendedora inteligente. Eso es saber que los clientes, en realidad, más que productos y/o servicios compran experiencias.
¿Y tú?
¿Piensas en la forma en que puedes hacer que tu cliente se sienta especial?
¿Sabes cómo hacer que tus clientes experimenten cosas positivas en su relación comercial contigo?
¿Te gustaría aprender más sobre recursos interesantes para tu emprendimiento?
Pues echa un vistazo a mi nuevo curso Emprende en Femenino. En él comparto muchos tips y ejemplos inspiradores para que tu marca se posicione y tus clientes se conviertan en tus mejores publicistas.
«¡Qué morro las que cobran!
Menos mal que hay gente que ayuda gratis»
Esa frase es muy oída en mi sector. Como somos mayoritariamente madres que trabajamos en temas relacionados con el cuidado tenemos incorporado el «chip», que no es otra cosa que una creencia errónea y un prejuicio, de que los servicios relacionados con el cuidado no se deben cobrar.
Este es un tema con un trasfondo más amplio que el que se ve a simple vista. Cada vez que alguien recrimina a alguien su derecho a cobrar debería pensar en el mensaje que está transmitiendo, a sí mismo, al otro, y a la sociedad.
Mensajes como estos:
Me siento superior a ti juzgando si tú debes o no debes cobrar por lo que haces.
Me molesta que cobres por algo que necesito de ti y en vez de analizar de dónde viene esa reacción, proyecto mi enfado en ti y en tu derecho a recibir el pago por tu trabajo, experiencia y conocimientos.
Quiero aprovecharme de esa experiencia y conocimientos, porque reconozco que es más valioso y más fácil que hacerlo yo o aprender sola, pero no quiero pagarte por ello.
Te doy la oportunidad de que me ayudes. Es un privilegio que me dediques tu tiempo porque soy mejor y más importante que tú.
El dinero es «sucio».
Mi tiempo es más valioso que el tuyo.
Mi necesidad está por delante de las tuyas y las de tu familia.
No quiero un trato justo, ni equitativo. Quiero conseguir algo de ti sin que tú recibas nada a cambio.
La satisfacción de haberme ayudado tiene que valerte como moneda de pago.
Mi agradecimiento engrandecerá tu ego y ese es pago más que suficiente.
Si no estoy de acuerdo con tus condiciones no solo tengo derecho a no aceptarlas, sino a enjuiciarte moralmente y a criticarte.
El voluntariado es la forma más altruista de dar un servicio y por supuesto no perpetúa la diferencia entre el que otorga el servicio y quien lo recibe. No fomenta la diferencia de clases y siempre se hace con los motivos más puros.
He dedicado miles de horas al voluntariado y a día de hoy una parte de mi trabajo como asesora lo hago sin ser remunerada económicamente. Eso no significa que no entienda que es un arma de doble filo.
Nada es gratis: alguien lo paga
Trabajo para conseguir un cambio de paradigma en la forma de vivir, en la forma de criar y eso implica cambiar mentalidades y creencias muy arraigadas. Eso significa que no solo divulgo información a quien quiere oírla sino también a aquéllos que no saben aún si la quieren oír. Por eso parte de mi tiempo lo dedico a escribir artículos, grabar vídeos, publicar y compartir información interesante y responder consultas por diversos medios sin remuneración de parte de quien recibe la información.
Yo pago por contar lo que sé.
Del mismo modo que muchos escritores pagan para publicar su trabajo. Motivos para actuar así hay varios, algunos son impuestos por las circunstancias, otros muy loables y otros directamente relacionados con el ego.
Os voy a poner el ejemplo de un escritor.
EL que escribe normalmente quiere que le lean, y por supuesto le gustaría vivir de ello, pero para llegar a eso, antes tiene que llegar a convertirse en alguien que la gente quiera leer. Y si no te conoce nadie, nadie va a pagar por leerte. Por eso, a no ser que ganes un premio con tu primera novela y directamente te conviertas en un objetivo interesante, antes de poder vender tu trabajo, has tenido que promocionarlo, y eso a veces, incluye regalarlo.
Eso no significa que no tenga valor, significa que le das tanto valor que quieres algún día vivir de ello y esa es tu estrategia a medio y largo plazo. En este caso pues, regalar tu trabajo es un medio para un fin.
A veces el que escribe decide regalar su trabajo para algo o alguien. Quizás le pidan una colaboración para alguna revista, o que escriba un prólogo a otro autor. Puede que decida que parte del beneficio de su trabajo vaya destinado a alguna obra social… Pero esto puede hacerlo siempre y cuando la mayor parte de su trabajo sea reconocida, valorada y pagada. Si no tiene para comer y pagar la casa, dudo que se dedique a seguir regalando su trabajo altruistamente.
Pero incluso en este caso, obtiene algo a cambio, y aquí entro en el tercer supuesto. Cuando yo regalo mi trabajo estoy obteniendo un pago, que quizás no es con dinero, pero sí en reconocimiento, agradecimiento, posicionamiento, prestigio, fama… Tengo por supuesto derecho a que ese pago me compense de no recibir dinero, y tengo derecho a preferir cobrar con dinero. Lo que no es de derecho es que alguien juzgue que un pago es moralmente reprobable argumentando que lo que se ofrece gratis es mejor.
[Tweet «Ningún producto o servicio es gratis, alguien lo paga. O lo pagas tú o lo paga otro.»]
EL pago que recibo con dinero cierra el círculo: tú necesitas un servicio, yo te lo doy, tú me pagas: FIN.
Además cobrar implica una responsabilidad: tengo que ser profesional y dar un servicio justo a lo que cobro. Me obliga por así decirlo a ser bueno en mi trabajo, porque además, de eso depende que siga trabajando en esto o no.
EL pago que recibe el ego, por el contrario, nunca acaba, porque el ego siempre suele querer más. EL que recibe «el regalo» se siente eternamente agradecido y se corre el riesgo de verse siempre en el rol de tener que demostrar su agradecimiento una y otra vez: el círculo nunca se cierra.
Por otro lado, el no cobrar es una trampa para los mediocres: como no he exigido pago, no me pueden exigir mucha responsabilidad, así que da un poco igual si soy bueno o solo regular, porque «doy lo que puedo y gratis».
No es extraño ver gente mediocre en su profesión regalando su trabajo y no siempre es por bondad, es porque nadie pagaría por él, porque no lo vale.
En resumen:
Todo el mundo es libre de tener una opinión, de pensar que el trabajo de otro no vale nada o vale poco o vale mucho, incluso de juzgarlo si le apetece.
No somos libres de imponer nuestro juicio a los demás.
No tenemos derecho a exigir que nos den algo a cambio de nada, o a cambio del reconocimiento si la persona considera que ese no es el pago que quiere.
No tenemos derecho a criticar desde la envidia o la superioridad moral, por muy disfrazada de ecología, hermandad, sororidad o espiritualidad que esté.
Hasta Jesucristo en una ocasión respondió a un debate parecido con una lección magistral (Marcos 13:12-17):
«Den al César lo que es del César»
Así que no seamos nosotros más papistas que el papa. Agradezcamos vivir en una sociedad donde cada uno ofrece y escoge en libertad.
Cada vez oímos más el término «Personal Branding» o lo que es lo mismo, la marca personal.
Una marca personal es algo más que una marca comercial de un producto o un servicio.
En el año 1997 Tom Peters publicaba «The Brand Called You donde proponía cosas como esta:
“Las grandes compañías entienden la importancia de las marcas.
Hoy, en la Era de las Personas, tú debes ser tu propia marca.”
Algunas personas creen que como su marca no lleva su nombre esto no les afecta, pero ¿es así?
Evidentemente este blog que lleva mi nombre personal es mi marca, pero los otros («Mimos y Teta« y «Asesoras Continuum«) aunque no lo parezca de forma tan evidente también. De ese modo, la forma en que yo gestiono mis otras marcas tienen impacto en mi marca personal y al revés.
Si en mi trato y mi forma de relacionarme soy una persona deshonesta, poco limpia, maleducada, desagradable, prepotente o soberbia, tarde o temprano, por mucho que crea que cuido mi marca, eso se trasladará al cliente.
En el mundo de la comunicación, en la era de internet donde publicas algo y ya no sabes hasta dónde llegará es más importante que nunca cuidar nuestras comunicaciones y nuestras acciones.
Presumir de unas características en nuestra empresa y luego adolecer de ellas en el trato personal ya no sirve. EL cliente no es tonto, y la mala publicidad tarde o temprano alcanzará nuestra marca
Los empresarios empleamos mucho dinero y esfuerzo en crear, mantener y proteger nuestra marca. En posicionarla, que se conozca y se reconozca. En que sea líder en su sector, que sea un referente de esos atributos que la gente espera recibir cuando contactan con nosotros. Si nosotros, sus propietarios, aunque sea amparados en nuestro nombre propio no tan expuesto, no estamos a la altura de eso que prometemos, somos un fraude.
Los clientes hoy cada vez quieren, queremos, más honestidad y transparencia en las empresas en las que gastamos nuestro dinero. Buscamos un Eco-Valor o ese plus de valores de la marca que compartimos. Y en el lado opuesto, cada vez somos más dados a boicotear marcas porque no nos gusta su «política» o su trato.
Yo, por ejemplo, no consumo bajo ningún concepto Nestlé, y como esa, otras cuantas.
En el mundo de la crianza, donde aparentemente todos hablamos de respeto, no somos menos exigentes.
Las madres, responsables de las compras del hogar mayoritariamente, no sólo escogemos un producto, artículo os servicio por el precio. Hablamos entre nosotras, preguntamos, queremos saber si estamos invirtiendo en un buen producto y en una buena empresa o en todo lo contrario. Las familias que optan por una crianza mal llamada «natural» suelenestar muy conectadas a través de grupos, redes sociales y/o foros y dan o piden recomendaciones o advertencias de según qué productos, marcas o empresas.
Por eso mismo, el mejor consejo de marketing para el mundo de hoy, seas una marca comercial o una marca personal es:
«SÉ UNA BUENA PERSONA» Porque nadie quiere trabajar con mala gente… salvo la mala gente
Si nuestra política no es fidelizar a los clientes, sino espantarlos, confiando en que siempre tendremos clientes nuevos, que aún no nos conocen, ni a nosotros ni nuestra forma de trabajar, llegará un día en que tengamos más detractores que apóstoles de nuestra marca. Y eso, a la larga se paga caro.
Y si llega el día que la gente al oír nuestra marca lo que emite es un gesto de rechazo… entonces quizás es tarde… Muchas grandes empresas no se sobrepusieron a la mala publicidad y desaparecieron, así que no está de más pararnos a pensar y preguntarnos:
Pues sí: Afirmo «Mi Negocio es DESPUÉS» Mi Proyecto Estrella: Asesoras Continuum, ha resultado ganador del concurso de ING DIRECT .
En la web de la Formación Asesoras Continuum escribí el otro día sobre el tema. Agradeciendo el apoyo que nos ha hecho ganar.
Hoy en este Blog sólo mío y más profesional me gustaría contaros qué siente Nohemí Hervada cuando ve en su correo esto:
Para que entendáis qué supone esto para mí he de deciros que yo nunca tuve mentalidad de empresaria. O mejor dicho, creo que la tuve y se fue muriendo.
Yo quería ser abogada.
Bueno, yo quería ser cantante… pero ya se sabe, hacía falta un trabajo «de verdad» (léase con ironía) y ese era para mí ser abogada.
En Benidorm con mis padres (7 años)
No recuerdo en mis primeros años de colegio a ningún otro niño de mi clase con la idea tan clara de qué iba a ser. Esa idea la mantuve toda mi niñez, hasta el instituto ( si incluso escogí Latín 😉 ). Mis series y pelis favoritas eran las relacionadas con juicios. No sé si el sentido de la justicia tan acusado que he tenido siempre era lo que me hacía verme ahí, o esa pasión por el debate, más mi espíritu altamente competitivo. EL caso es que eso quería ser.
Con el tiempo, por mis circunstancias familiares y personales decidí que no iría a la Universidad, así que el año que mis compañeros hacían COU yo estudié administrativo mientras empezaba a trabajar cuidando niños para costearme la academia, pagarme el carné de conducir, el seguro de mi viejo Renault 5, esas cosas que en muchos casos los jóvenes de mi edad recibían de sus padres.
Empecé a trabajar incluso antes de acabar el curso de la academia, como secretaria en un bufete de abogados. Era paradójico que estuviera trabajando en el sector que quise desde niña, con tan solo 17 años.
Con 20 años. Mis primos vienen a visitarme a Gran Canaria
Trabajar allí me hizo darme cuenta de que tenia idealizada la imagen de lo que era un abogado. El mundo real me parecía que requería más fiscales que abogados, pero a mí ya no me importaba. Descubrí que ese no era mi mundo sin haber pasado 5 o más años invertidos en él.
Ya era mayor de edad y ya podía por fin escoger qué hacer con mi vida. Decidí invertir mis años de «libertad» en vivir como y donde quisiera. Y con 19 años me independicé y me vine a vivir a Canarias.
Dedicaba mucho de mi tiempo a ser voluntaria y a trabajar en lo que fuera para permitirme vivir haciendo lo que me hacía feliz.
Esos años de vivir compartiendo piso, sin tener casi nunca dinero de sobra, sin lavadora, sin coche, de levantarme a las 5.30 de la mañana… fueron un aprendizaje importante. A pesar de los días duros, de las horas llorando por sentirme sola y lejos de todos, por la incertidumbre de no saber si ese mes pagaría el alquiler, dependiendo de trabajos temporales… con jefes que dan para escribir no un post sino una novela… Pues a pesar de todo, esos años fueron, también, algunos de los mejores de mi vida.
Aprendí a reírme de casi todo, aprendí el valor real de las cosas, aprendí que las colonias del supermercado pueden oler tan bien en tu piel como el caro perfume de Loewe que usaba antes. Aprendí el valor de la amistad y de la lealtad y del respeto. Aprendí que con salud yo era capaz de salir adelante. Que no había trabajo pequeño ni vergonzoso, y que cualquier cosa que hiciera merecía hacerse de la mejor forma posible.
23 años. A la vuelta de mi viaje a UK
Por supuesto había días de auténtico miedo, recuerdo 2 momentos de auténtico pánico. Incluso hoy a veces sueño con esa sensación de angustia de no saber si podría seguir viviendo en la pura incertidumbre. Como le he oído alguna vez a Sergio Fernández, el miedo a acabar en la indigencia. Hoy sé que quizás ese fue el mejor aprendizaje para ser emprendedora: no hay certitud, solo ganas de trabajar y confianza en una misma. Y sentido común: mucho sentido común.
Tras esos años llegó mi etapa de casada que fue quizás, la única época tranquila de mi vida en casi todos los aspectos. Al poco de casarme encontré un buen trabajo, de jornada reducida que me permitía seguir teniendo tiempo para mi, para mi voluntariado, para mis estudios suplementarios (esa ha sido otra constante en mi vida, siempre he estado aprendiendo de muchas cosas diferentes), para mi marido. Era muy cómodo saber que de 8:30 a 13:00 6 días a la semana yo trabajaba y que a fin de mes cobraba un sueldo. Eso te permite hacer planes, pagar una casa, comprar un coche, viajar. El horario fijo te da la tranquilidad de pensar en qué tiempo es para el trabajo y cuál es para ti. Era la estampa feliz: una pareja joven y sana con trabajo fijo los 2.
Un trabajo fijo.
Hoy oigo eso y me da grima.
Mi trabajo fijo acabó tras más de 8 años de trabajar al 200% en una depresión por estrés y mobbing.
Comprobé que para una empresa yo era un número, el 01044. Que daba igual mi grado de implicación, de profesionalidad y de preparación. Que las mujeres éramos siempre de segunda. Que los puestos de responsabilidad no se otorgaban por cualificación o implicación sino por cualquier otro condicionante nada relacionado con la valía profesional. Sufrí injusticias y chantajes hasta que dije «basta». Primero fue mi cuerpo con una enfermedad, y luego, al recuperarme, fui yo. Decidí no volver a una empresa que no se merecía tenerme en su plantilla. Así que otra vez más escogí la incertidumbre a la certeza.
Tras un cambio de orientación profesional radical fui madre. y ahí sí que mi vida dio un giro total.
Resumiendo mucho esos años contaros que empecé mi negocio de venta de portabebés. Eso sí, con una mentalidad de cualquier cosa menos de emprendedora. Es cierto que lo empecé sin invertir ni un € del sueldo familia de mi marido que era de lo que vivíamos. Pero aún recuerdo, pasados algunos años, hacer pedidos de 200€ como si fuera algo arriesgadísimo, y con más miedo que ganas.
«Pensaba en pequeño, gastaba en pequeño y ganaba en pequeño».
A punto de dar un taller de porteo
Trabajaba decenas de horas a la semana como asesora de lactancia y porteo, ya no sin cobrar, sino pagando yo. Invertí no solo mi tiempo que dejaba de ganar por no trabajar, y que le robaba a mi hijo, a mi marido a mí misma, sino que invertía el dinero de mi familia en coche, gasolina, folletos… en comprar y probar portabebés que luego no usaba ni vendía por no gustarme. Prestaba mis portabebés sin contrapartida ninguna, a veces eran devueltos sucios, o rotos, o no se devolvían…
Hoy sé que no trabajaba gratis. No es un servicio voluntario y gratis como una cree al principio. Hoy sé que YO PAGABA PARA TRABAJAR Y REGALAR MI TRABAJO A OTROS. No hay nada gratis, si no lo paga nadie, lo pagas tú.
No voy a aburriros más contando cómo fue el cambio de ser una miniPYME a lo que soy hoy. Lo que sé es que tras divorciarme, cuando la red de seguridad del sueldo fijo desapareció, tras 3 minutos de ataque de pánico pensando en cómo iba yo a mantener 2 hijos y una casa, siendo autónoma sin ingresos fijos, algunos meses, sin beneficio o incluso con pérdidas… tras esos 3 minutos, cambié el chip.
Recuerdo que pensé en esos otros momentos de incertidumbre e inseguridad de mi vida, pensé en mi madre que crió 5 hijos y me dije: «Tú Puedes».
Los momentos de crisis son empujones si los sabemos aprovechar.
Prototipé mi idea de ofrecer formación on line en mi sector y comprobé que era posible. Sabía cuáles eran mis puntos fuertes y decidí de una vez ponerlos a mi servicio, el de mi emprendimiento. Invertí mis ahorros en poner en marcha este proyecto con cabeza, alma y corazón.
Me resolví a no escuchar los comentarios negativos ni las críticas, salvo para ver qué tenían de verdad y mejorar.
Las otras, las dañinas, las demoledoras, las de aquéllos que critican por sistema lo diferente, lo nuevo, lo original…
o sencillamente aquéllo que no hacen ellos…
esas me daban aún más fuerzas, aunque sólo fuera para callarles la boca.
He de decir que recibí muchas más palabras de apoyo que de las otras. Seguramente porque son más, o porque no me centré en escuchar y/o leer a cada persona que decía algo negativo. No me afectan demasiado las opiniones ajenas, pero por supuesto que algo me afectan, así que decidono darles a gente que no me conoce o que no me aprecia el poder de dejar que cambien mi estado de ánimo.
En estos 2 años he recibido, como todos, decepciones personales importantes. No he acertado a la primera en todo, he pagado caros algunos errores, pero todo es parte del proceso. Todo nos ha traído aquí.
Puede parecer un pequeño premio sin importancia, y quizás no cambie en gran cosa mi vida y mi trabajo. Pero es real, y lo he ganado yo.
Personas fuera del ámbito maternal tan endogámico, tan centrado en peleas absurdas de «esto es mío» o «esto se hace así», han visto un Negocio novedoso e innovador, rentable, con misión y con proyección de futuro.
Asesoras Continuum es un Proyecto que cambia vidas.
Cambió la mía, cambia la de quienes pasan por él y cambia la de los bebés de las familias que nos contratan.
Cambia la sociedad, porque cambia individuos y cambia mentalidades.
Eso Soy. Eso Somos y por eso hemos ganado.
Y por eso a menos de 2 semanas de cerrar el plazo de Inscripción con precio de oferta para el curso de Enero 2015, tenemos ya muchas de las plazas cubiertas. Por eso decenas de mujeres maravillosas nos escriben diciéndonos que aunque ahora no pueden, su meta es ser Asesora Continuum.
Estamos contribuyendo a crear mentalidad de emprendedoras,
A mostrar cómo se emprende en femenino, de verdad,conciliando de verdad.
Pidiendo un salario justo por nuestro trabajo, no mendigando caridad porque ese no es el mundo que queremos.
No queremos cobrar en agradecimiento eterno. No queremos palmaditas. Nuestro Ego va bien servido y no dependemos de esos reconocimientos externos para vivir.
Somos mujeres, madres y empresarias y queremos vivir nosotras y nuestros hijos, de nuestro trabajo . De un trabajo en el que somos buenas, lo mejor que podemos, y que nos esforzamos por hacer cada día de forma profesional y exquisita.
Y queremos vivir bien.
Parte de la libertad y del empoderamiento personal pasa por la independencia económica y esa es una tarea pendiente de las mujeres aún hoy.
Sé la Emprendedora que quieres ser
Este es un pequeño resumen de muchos años de trabajo. Largo para un post, ya lo sé, pero en eso, como en muchas cosas, hago las cosas a mi modo, aunque no sea el más recomendable para obtener resultados.
Todo este rollo para compartiros lo feliz que estoy. Para animaros a creer en vosotras, a hacer las cosas con cabeza, pero a hacerlas. Y a que nadie os diga que para obtener un resultado tenéis que dejar de ser como sois.
¿Te cuesta cobrar por tu trabajo? ¿No sabes cómo responder a quienes te solicitan tu trabajo pero dan por sentado que es gratis? ¿Crees que pedir «la voluntad» es la mejor solución?
EN este artículo me gustaría explicarte la diferencia para un profesional entre fijar un honorario por su trabajo u optar por pedir donativos o la voluntad.
Tu relación con el dinero
En primer lugar habría que analizar por qué tenemos esa relación extraña con el dinero. TODOS necesitamos dinero. No es que sea una de las monedas de cambio, es que es LA MONEDA de cambio de nuestra sociedad. Cuando una persona (más las mujeres) tiene problemas para cobrar por su trabajo lo primero es trabajar sobre la mentalidad de merecimiento. Si tú no crees que mereces cobrar, el problema empieza en ti. Antes de lanzarte al mundo, has de aclarar contigo misma cuál es tu trabajo, cuál es tu valor y qué precio vas a fijar por el mismo.
Mereces cobrar por tu trabajo, como cualquiera.
Nadie acude a la consulta de un dentista, ni al taller de su coche ni llama a una empleada de hogar pensando en que va a trabaja gratis. Así que :
No des por sentado que la gente espera que trabajes gratis ( aunque no lo creas, tu actitud y tu lenguaje son diferentes si partes de una premisa o de otra)
Aborda el asunto con normalidad
Ten especificadas de antemano tus tarifas y honorarios. Puedes tener un apartado en tu web o algún folleto.
Cuando sea posible, ten diferentes opciones de precio para cubrir a un mayor rango de clientes.
Cuando ofreces un trabajo personalizado a cambio de un donativo dejado a la voluntad del que lo ofrece bajo mi punto de vista pasan varias cosas:
Pierdes imagen de profesionalidad
Corres el riesgo de que los donativos no cubran tus necesidades lo que repercute al final en tu calidad de vida, lo cual repercute a su vez en tu trabajo. Poco a poco tu profesionalidad se resiente.
Perpetúas la creencia errónea de que ciertos trabajos no merecen ser pagados, sobre todo los de servicios, se mantiene la idea de que te hacen un favor, como si te dieran una limosna. Y tú no estás apelando a la «caridad cristiana» , estás pidiendo una remuneración justa por tu trabajo.
Existen sindicatos y medidas para garantizar un salario mínimo porque en muchas ocasiones, desgraciadamente, dejar el pago a «la buena voluntad» del que lo otorga ha demostrado que se suele pagar a la baja. Mi opinión es que este tipo de «soluciones» al hecho de querer cobrar por el trabajo pero en vez de establecer un precio, aceptar donativos, lo que enmascara es una relación de doble moral con el dinero, o miedo a no ser tenido en cuenta. Es cierto que cuando alguien ha estado dando un servicio de forma gratuita y empieza a cobrar hay un periodo de carencia. Hay que tener una gran confianza en el propio trabajo y en el propio valor para saber que, tras un periodo de adaptación y de reeducación del entorno, del nicho y del sector, el sentido común acaba imponiéndose.
Si eres un buen profesional, tu reputación se impondrá y tus clientes, los de verdad, apreciarán el valor tras tu precio.
Y si no es así, entonces hay que replantearse el trabajo o tu nicho.
Entonces ¿nunca gratis?
Cada profesional debe decidir si quiere ofrecer algo gratis. Lo que he contado no va reñido con el sistema que se conoce como FreeMium, esto es, ofrecer algún servicio gratuíto y los extras con más valor añadido de pago.
En muchos casos esto puede ser una opción: ofrecer por ejemplo un tutorial gratuíto y cobrar por la asesoría personalizada. O un webinar de información general en abierto y un precio extra por un curso más amplio. ES una opción. Pero una opción que ha de salir del profesional, nunca impuesta desde fuera.
Muy importante:
YO DECIDO LOS LÍMITES DE MI SERVICIO GRATIS
Yo por ejemplo compagino un servido de atención gratuito limitado. Fuera de ahí, mi tiempo y mi trabajo tiene un precio fijo. Además tengo la opción de suscripción económica a un Club de miembros con algunos servicios incluidos en una cuota mensual baja y descuentos en el resto. De este modo no rebajo mis limites, no pierdo en calidad de vida, casi cualquier persona puede acceder a mi trabajo, y todo el mundo sabe lo que tiene que pagar en cada caso.
Como he comentado en alguna ocasión, solicitar el pago justo por tu trabajo es lo equitativo, lo que iguala la balanza y quita la carga de dependencia de tener que agradecer continuamente al otro, bien que te pague, bien que te atienda.
Cuando le dediqué un artículo a Elena López os prometí otro para presentaros a la otra persona clave en Asesoras Continuum:Mercedes Granda.
Lo primero que debo hacer es disculparme por haber tardado tanto… al final ya sabéis, lo urgente se come a lo importante… y ese no es un buen sistema de trabajo.
Muchos ya la conoceréis por su web Mi Saquito Mágico. Merce (como la llamamos sus amigas) fue una de las fundadoras de Red Canguro y recuerdo que cuando nos conocimos virtualmente era la más freaky del mundo de porteo que yo había conocido.
Se formó como monitora de porteo por una asociación belga, y recién llegada a España no sabía que había un grupo de locas como ella gestando lo que después se convirtió en el núcleo del que nació la Asociación española por el fomento del uso de portabebés.
En esa etapa nos juntamos un grupito grande de mujeres para hacer algo increíble, y he de decir que el tiempo y la vida nos ha alejado de la mayoría, pero tengo la suerte de contar hoy en mi trabajo con dos de ellas, valiosísimas para mi.
Casi desde el principio de trabajar en el porteo Merce demostró ser la wikipedia del porteo, de hecho la llamábamos cariñosamente WikiMerce, porque en el foro, cuando había preguntas relacionadas con la historia del porteo, portabebés raros, o porteo en casos especiales, Merce era la que más conocimiento tenía.
De ese modo la mayoría de las consultas de ese tipo se le derivaban a ella, lo que hizo que su experiencia práctica aumentara muchísimo,
A día de hoy, es frecuente en los foros y redes sociales que cuando hay dudas sobre estos temas, se cite a Merce para que les responda.
Merce no solo tiene experiencia por formarse y tratar familias, ha vivido mucho de lo que hoy aconseja. Su segunda hija, Lea, una preciosa niña que ya desde su nacimiento dio lecciones de vida, fue diagnosticada de hemiparesia, con lo cual Merce ha pasado muchísimo tiempo con médicos, fisioterapeutas, rehabilitadores, enseñándoles en el día a día cómo el porteo beneficia no solo los casos como el de su hija, sino muchos otros.
Los últimos años se ha ido especializando en todos los temas que tienen que ver con Maternidad y Discapacidad, no solo el porteo, sino ya desde la búsqueda del embarazo.
Es socia de El Parto es Nuestro, lactivista, y por supuesto Formadora Continuum. Es una experta Asesora de Maternidad, especializada en casos de discapacidad (Porteo Adaptado)
En la formación de Asesoras Continuum es la responsable del módulo Porteo y Necesidades Especiales, y formadora junto a Elena y a mi en Porteo. Además como geógrafa especializada en geografía humana, sus clases de Historia del Porteo son fundamentales para formas asesoras de porteo completas.
Mercedes Granda, Elena López y yo misma
Gracias a Merce yo personalmente, he visibilizado las maternidades más ocultas, las relacionadas con la discapacidad en cualquiera de sus formas.
Si ser madre nos convierte en una especie de «discapaces» a los ojos de un sistema totalmente paternalista, cuando la madre parte con alguna característica limitante como punto de partida podéis imaginar el periplo que ha de vivir para no ser más ninguneada o aniñada aún.
Los avances de la medicina y la ciencia hacen posible la maternidad en muchos casos en los que antes era difícil o imposible, pero a nivel social y/o emocional, nuestra sociedad sigue sin saber acompañar y asesorar a las familias que se enfrentan a este reto.
Madres con movilidad reducida, discapacidades varias, enfermedades limitantes, madres con bebés enfermos, a veces diagnosticados desde el embarazo, otras que se enfrentan a la dura noticia de que su hijo no es el «niño sano y perfecto» que soñamos… todas estas madres ( y padres) se enfrentan a muchos miedos y dudas. Se necesitan personas preparadas y formadas, con experiencia en estas vivencias que sepan escuchar, orientar, derivar a losprofesionales necesarios y asesorar en temas como lactancia y porteo de forma seria y con conocimiento real, no a tientas o de oídas.
Nosotras tenemos a Merce.
Y vosotros también.
Mercedes no solo trabaja para la formación de Asesoras Continuum, gracias a la tecnología, si necesitas su asesoramiento, puedes contactarla por correo, teléfono o videoconferencia.
Contar con una Asesora de Maternidad puede marcar la diferencia en la vivencia de la maternidad, si tu maternidad es especial, contar con el asesoramiento de Merce sin duda puede ayudarte a aliviar la carga extra que supone para ti.
EL mundo necesita más personas interesadas también en las minorías, personas que aman a las personas, sean cuales sean sus circunstancias, el mundo necesita más Mercedes Granda.
Yo soy afortunada porque he conocido a la primera <3
He sido voluntaria durante décadas. Lo sigo siendo. Es parte de mi, parte de lo que soy.
Ahora soy empresaria.
Y fundé mi emprendimiento aprovechando mucha de la experiencia que adquirí en el voluntariado. Como yo, hay todo un colectivo de mujeres, que tras su maternidad se replantean su vida profesional y laboral.
Ser madre es en muchos casos un punto de inflexión, un replanteamiento de prioridades, objetivos y metas.
Esperando una verdadera conciliación que no llega, nos toca a nosotras buscar alternativas para vivir, no como nos marcan desde fuera, sino como queremos y merecemos. No queremos renunciar a criar nosotras mismas a nuestros hijos, ni perder calidad de vida por no tener un salario justo.
En este marco surgimos las nuevas emprendedoras.
Y como la propia definición del término implica, emprender es una labor no exenta de dificultades.
La primera : nosotras mismas y nuestros propios miedos, tabúes y prejuicios. Empezando por salir de la zona de confort que nos han inculcado desde niños, la idea de la seguridad del “sueldo fijo” y pasando por revisar nuestra relación con el dinero. Una emprendedora tiene que tener claro que
cobrar por dar un servicio no solo no es vergonzoso, sino que dignifica.
Cuanto antes una emprendedora asiente estas bases, mejor le irá en su negocio. Esto redundará en su seguridad económica y en la de sus hijos. Y estará inculcando en ellos cosas tan importantes como que el éxito está en vivir de lo que a uno le gusta y apasiona. ¿Y no es esa una buena meta en pos de la cual ir?
Yo cobro por asesorar a familias en todo lo relacionado con la maternidad.
¿Que creo que es un trabajo importante? Claro.
¿Que en cierto modo es triste que para obtener apoyo en temas como la lactancia o el porteo haya que pagar? Pues no.
Porque todos los trabajos relacionados con transmitir experiencia y conocimiento se pagan.
Quizás sería diferente si en vez de ser pagados por las familias, lo cubrieran los organismos oficiales. Pero como dije, si no lo financia el Estado que todos contribuimos a mantener, no lo vamos a financiar las propias asesoras.
Porque al final la cuestión es: o lo financias tú o te lo tengo que financiar yo. Y tú financiarías solo tu caso, del que además te beneficias directamente y a mi me tocaría financiar a decenas, incluso a cientos. Porque en algún lugar hay que poner el tope, y el tope decidí ponerlo yo.
Si estás pensando en emprender no olvides tener claro qué opinas del dinero y de tu propio merecimiento.
Y sé generoso al pagar a otros por su trabajo, sea el que sea. Si algo he comprobado es que quien paga bien, cobra bien.
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