¿Contrato o apretón de manos?

¿Contrato o apretón de manos?

Hubo un tiempo en que la palabra dada tenía tanto valor como un papel firmado.
Se sellaban acuerdos con un apretón de manos, o sencillamente aceptando el compromiso mutuo ante 2 o más testigos.

Muchas personas hoy siguen viviendo con ese mismo respeto a su palabra. Asumen que si se han comprometido a algo, su obligación moral es cumplirlo.

¿Significa eso que en nuestra vida debemos prescindir de los acuerdos legales y fiarnos de los acuerdos verbales?

Rotundamente NO.
Y te voy a explicar por qué.

  • Que tú seas de ese tipo de personas no convierte a todo el que trata contigo en igual a ti. Algunas personas con las que trabajarás no tienen el sentido del compromiso que tú tienes, y aunque creas que es fácil saber quién está en cada grupo, te aseguro que no es así.
  • Establecer legalmente los acuerdos de trabajo por sistema evita las suspicacias y sospechas. Lo haces con todo el mundo, así nadie tiene por qué pensar que el contrato es por desconfianza hacia ella en concreto.
  • Los acuerdos legales están para proteger vuestros intereses incluso en caso de circunstancias  imprevistas, indeseadas o involuntarias.
  • Un contrato firmado expone claramente lo que se espera del acuerdo, y es fácil acudir a él si se tienen dudas sobre lo que se creía o se pensaba. Debe no estar sujeto a interpretaciones y recoger exactamente las condiciones pactadas.
  • En caso de disputa, si hay un contrato es mucho más sencillo que una autoridad competente decida sobre el tema si no se llega a un entendimiento de ambas partes.
  • Demuestra que te tomas en serio tu trabajo, que te respetas a ti y a la otra parte.
  • Firmar un contrato nos hace adquirir una responsabilidad añadida en el cumplimiento de nuestra palabra dada, aunque sea porque implica responsabilidad legal y/o económica.

Por supuesto siempre habrá quienes no quieran firmar nada y te digan que no es necesario, que eso es pensar negativamente por adelantado. Te voy a dar un consejo :

» Un acuerdo profesional no es un noviazgo, nadie te va a jurar amor eterno. Si no aceptan sentarse a negociar un contrato, no trabajes con esa persona.»

No querer aceptar una responsabilidad  no transmite mucha seguridad, suele ir seguido de  poca implicación y eso es algo que no deseamos para nuestro emprendimiento.
Si hablamos de familiares y/o amigos es aún más importante cuidar este aspecto. Perder un colaborador puede ser un varapalo, pero perder una amistad o la buena relación con un familiar es triste, hasta vergonzoso. No te expongas a ese riesgo.
Hace poco oí a María Gómez del Pozuelo, CEO de Womenalia, en una charla para el Máster de Emprendedores decir esta frase:

«Cuando trabajas con amigos y familiares hay que hacer un contrato como si fueran enemigos
para seguir siendo amigos»

Cuando no has vivido esa situación puede parecer un consejo exagerado, pero pregunta a cualquier emprendedor su experiencia al trabajar con familia y amigos… y quizás te sorprenda la respuesta.

Sigue trabajando para ser una persona honrada, honesta, fiel a tu palabra, que cumple lo acordado… pero haz contratos.

Los apretones de manos, después de la firmas.

firma contrato

Nohemí Hervada
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.