¿Tienes espíritu de funcionario?

¿Tienes espíritu de funcionario?

Soy hija y nieta de funcionarios. Conozco de cerca bastante de  lo bueno y lo malo de este trabajo.

Sé  lo que es la desidia en el trabajo, oír a compañeros de trabajo decir: «para lo que nos pagan demasiado hacemos» o » no te vuelvas loca que no te lo van a agradecer».

He vivido de cerca la injusticia de ver jefes con carrera que tienen el cargo y el sueldo, cuando subalternos hacen el trabajo de verdad.

funcionario ©Forges

©Forges

He visto funcionarios pasar la mañana leyendo periódicos o haciendo solitarios en su PC, mientras la mesa de algún otro se llenaba sin parar. Al buen trabajador se le premia con más trabajo, al inútil o indolente, precisamente con lo contrario, «a Martínez no se lo encargues que es un inútil, si quieres que se haga dáselo a López».

El motivo por el que la  mayoría de la población sueña con ser funcionario no es precisamente por su vocación de servicio, si no  porque tenemos interiorizado que al conseguir «tu plaza» , tendrás la ansiada SEGURIDAD que todo el mundo persigue. Es como lo de «una vez salvo, siempre salvo» que rezan algunas religiones, o lo que es lo mismo: «esfuérzate ahora y luego échate a dormir»

©Forges

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Esa aspiración es comprensible en un país donde la tasa de paro es vergonzosa y preocupante. En épocas difíciles, saber que pase lo que pase, a final de mes entra el sueldo  (aunque sea poco) da mucha tranquilidad. Que se lo digan a mi familia de  7 miembros que dependía de ese único sueldo fijo.
Un trabajo fijo y seguro, para toda la vida. Esto era lo que querían nuestros padres para nosotros, y esto es lo que una gran parte de la población ha comprado como la clave del éxito.
Por ello hay jóvenes ( y no tan jóvenes) encerrados durante meses y/o años, estudiando para aprobar un examen con nota, para conseguir la ansiada plaza que le compense el esfuerzo de tanto tiempo.

¿Es malo eso?

Depende.
Veamos la etimología de la palabra funcionario. Dice Amando de Miguel, en esta publicación:

La palabra ‘funcionario’ entra en el español muy tarde, a mediados del siglo XIX, cuando se organiza el Estado liberal. Claramente viene del francés (fonctionaires), puesto que Francia era entonces el modelo del Estado.

Antes de eso, existía en español la palabra ‘función’, derivada del latín, en el sentido de “ejercicio de algún empleo, facultad u oficio”. Ese ejercicio llevaba consigo la noción de cumplimiento de una obligación. Cuando esa función se hace “pública”, el que la ejecuta es el “funcionario”.

Tampoco está mal la idea de “servidor público” (civil servant). Es de admirar ese tipo de funcionario que realmente disfruta de su trabajo, siempre dispuesto a atender al público. Está también la caricatura del funcionario resentido cuyo empeño parece ser el de poner trabas a los administrados.

¿Qué es un funcionario?

El término funcionario tiene su origen en el latín. Proviene de functio, functionis cuyo significado es ejecución, cumplimiento, ejercicio, desempeño. Esa palabra a su vez está formada por functus, supino de fungor, fungi, functus sum que es desempeñar, cumplir con, ejercer un cargo del Estado. A esa raíz func-, se le agrega el sufijo -tio(n) que indica acción y efecto, más el sufijo –arius que denota lugar. Puede considerarse entonces que el concepto etimológico de este vocablo es el que ejerce la acción y efecto de un cargo del Estado. (Leer más en Quees.la )

Según  la web Definición.es

Lo habitual es que el funcionario público tenga condiciones más beneficiosas (horario reducido, vacaciones más extensas, mayor seguridad laboral) para evitar que los mejores hombres trabajen en el negocio privado y lograr que permanezcan al servicio de la sociedad en general a través de las dependencias estatales.

 

©Morgan

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Así, con estas definiciones en  mente, entendemos que un funcionario es un trabajador que el Estado contrata para un servicio público, al que se le da ciertos beneficios añadidos a la remuneración por su trabajo, para asegurarse de que se cuenta con los mejores profesionales. A día de hoy, si el beneficio no es la cuantía de su sueldo, sí lo es la seguridad del mismo.
Ese debió ser el origen de este sistema, y no dudo que haya funcionarios así,  pero  la realidad es que la expresión «espíritu de funcionario» no define al trabajador servicial y vocacional, sino  a un tipo de persona que ha hecho suyo el lema del «mínimo esfuerzo». Todos conocemos ( y sufrimos) un gran número de funcionarios que no sólo no son los mejores trabajadores en su oficio, sino que han llegado a ser tan indolentes y tener tan mala actitud para el servicio, que fuera de la administración, nadie les contrataría para su empresa privada.

¿Es peligroso el «espíritu de funcionario?

Por supuesto.

  • Es una lacra para el sistema público.
    Mantener empleados públicos que no son rentables y/o que son una lacra para el propio sistema (haced una encuesta entre vuestros amigos funcionarios a ver si no tienen algunos compañeros que desearían eliminar de un plumazo). Hablo del daño para la sociedad en conjunto.
  • Son los mejores embajadores de  la cultura del miedo.
    No el miedo sano, que puede ser impulsor, sino del otro, del paralizante. Esa idea de que hay que aguantar lo que sea para «mantener el trabajo». Porque «como no somos funcionarios y no tenemos nuestro trabajo seguro», tenemos que tener al patrón contento y ser buenos empleados, lo que suele traducirse en tragar con injusticias y pérdida de derechos. No creo que necesite daros ejemplos, seguro que todos habéis vivido en carne propia o de cerca estas situaciones.
  • No construyen, sólo demuelen.
    Si se sienten amenazados atacan al enemigo equivocado. En ciertas profesiones que antes eran siempre públicas, sacarse la carrera ya era garantía de tener trabajo. Así por ejemplo, quien estudiaba la especialidad de matrona, por ejemplo, sabía que tenía trabajo seguro. Pero en época de recortes y de menos contratación de empleo público, resulta que hay miles de individuos que se han pasado años preparándose para al acabar tener «su plaza fija», y ahora se encuentran donde nos encontramos todos: teniendo que buscarnos las habichuelas.
    Esto hace que no baste con haber sido un lumbreras en la época de estudiante o residente, porque ahora si quiero trabajar tengo que buscarme la vida por mi cuenta, y lo más duro para las personas con espíritu de funcionario,  es asumir que hay que seguir trabajando cada día. Saber que hay  que ser tan bueno que consiga que me paguen los usuarios directamente, en vez de ir a quienes provee el sistema público de salud sin coste añadido.
    Y claro, el cliente, al final es un tribunal más duro que el de los exámenes de la oposición. Porque tienes que examinarte cada día, con cada cliente, con cada servicio que prestas. Porque el cliente sí puede despedirnos. Y esta verdad es algo para lo que los individuos con espíritu de funcionario no se prepararon nunca.
    Por eso vemos a este colectivo en concreto muerto de miedo ante la nueva realidad que vivimos todos. Un escenario profesional amplio, cambiante y diverso. Donde las mujeres se informan, buscan, deciden y eligen. Y viendo que el sistema público no cumple sus expectativas, lo que hacen es buscar entre los profesionales que trabajan por cuenta propia aquél que les parece que responde a su necesidad. En ese marco, como pasa siempre que una sociedad cambia y evoluciona, aparecen nuevas profesiones para dar respuesta a las nuevas demandas.
    Así, cuando vemos a matronas atacar a las doulas, a las parteras, a las asesoras de maternidad, a las asesoras de porteo o a las fisioterapeutas, lo que vemos realmente es su incompetencia para ser un  colectivo  profesional compuesto por personas profesionales que la gente este dispuesta a contratar y  pagar.
    Porque las matronas buenas de verdad, trabajan. O dentro del sistema o fuera. Pero no andan llorando ni culpando al mundo de sus desgracia profesional. Lo que hacen es asumir ellas la responsabilidad de sus vidas y sus trabajos. Vamos, como hacen los abogados, fontaneros, dentistas y mecánicos. Como todo hijo de vecino.
  • Se contagia
    Quizás esta es la peor parte. Porque a veces consiguen que hasta personas sensatas y con buen juicio entren en pánico y actúen de forma totalmente incoherente.
    Y resulta entonces que la fantasía en la que viven este tipo de personas acaba siendo una realidad para más gente. Gente que se olvida que en nuestro país, por ejemplo, el intrusismo es un delito personal, que no se puede acusar a todo un colectivo de intrusismo, a riesgo de que sean ellos los que acaben denunciados por atentar contra el honor del colectivo o por competencia desleal.
    Gente que se olvida que existe la libertad personal, la libertad de elección y la Ley de autonomía del paciente.
    Gente que se olvida que incluso la Ley se orienta hacia la liberalización de servicios y facilidad de acceso al mercado laboral, no justo  lo contrario (Ley Omnibus).
    Gente, en definitiva, que en vez de aprender de la competencia, como hace cualquier emprendedor y/o profesional inteligente, se dedica a difamar  y a ladrar. En ocasiones usando tácticas más propias de terroristas que de personas profesionales en la que depositar nuestra confianza.

En resumen,  si tienes este horrible virus letal llamado «espíritu de funcionario» te aconsejo que cuanto antes lo destierres de tu vida.

  • 5000 firmas contra las doulasAsume de una vez tu responsabilidad personal y deja de querer que el «papá estado» te solucione la vida.
  • Deja de culpar a los demás que no te escogen a ti por saber lo que quieren
  • Deja de arremeter contra aquellas personas, profesionales,  que han demostrado saber escuchar a sus clientes, dándoles lo que piden.
  • Deja de criticar a quienes  han sabido «inventarse» una profesión y que día a día demuestran que saben venderla. Porque son buenas en lo suyo. Porque los «malos», esos, acaban «cerrando».
  • En definitiva:  deja ya de buscar «portadas» y busca «trabajo»…

o mejor no, mejor lee algunos fragmentos del texto que  escribió hace poco Risto Mejide para El Periódico.com: y que te invito a leer completo:

@Ristomejide

 «No busques trabajo»

(…)
No utilices el verbo buscar.

Utiliza el verbo crear. Utiliza el verbo reinventar. Utiliza el verbo fabricar. Utiliza el verbo reciclar. Son más difíciles, sí, pero lo mismo ocurre con todo lo que se hace real. Que se complica.
(…)

Mejor búscate entre tus habilidades. Mejor busca qué sabes hacer. Qué se te da bien. Todos tenemos alguna habilidad que nos hace especiales. Alguna singularidad. Alguna rareza. Lo difícil no es tenerla, lo difícil es encontrarla, identificarla a tiempo. Y entre esas rarezas, pregúntate cuáles podrían estar recompensadas. Si no es aquí, fuera. Si no es en tu sector, en cualquier otro. Por cierto, qué es un sector hoy en día.

No busques trabajo. Mejor busca un mercado. O dicho de otra forma, una necesidad insatisfecha en un grupo de gente dispuesta a gastar, sea en la moneda que sea. Aprende a hablar en su idioma. Y no me refiero sólo a la lengua vehicular, que también.
(…)

Y a continuación, déjate la piel por que quede encantado de haberte conocido. No escatimes esfuerzos, convierte su felicidad en tu obsesión. Hazle creer que eres imprescindible. En realidad nada ni nadie lo es, pero todos pagamos cada día por productos y servicios que nos han convencido de lo contrario.

Por último, no busques trabajo. Busca una vida de la que no quieras retirarte jamás. Y un día día en el que nunca dejes de aprender. Intenta no venderte y estarás mucho más cerca de que alguien te compre de vez en cuando. Ah, y olvídate de la estabilidad, eso es cosa del siglo pasado. (…)

PD: Gracias  A Lorena Moncholí por su asesoramiento.
Lorena es madre y abogada especialista en derecho sanitario, familia, maternidad e infancia

Asesorarte

El whatsapp ¿ángel o demonio?

El whatsapp ¿ángel o demonio?

Revisa tu factura de teléfono móvil.
¿Cuántos SMS has mandado el último mes?  Yo, ninguno.
¿Recuerdas cuántos mandabas hace unos años?

El mundo tecnológico ha cambiado drásticamente nuestra vida y la forma en que nos comunicamos.
Cuando yo era adolescente, para quedar tenía que bajar a la cabina y llamar por teléfono a mi amiga. Una vez que quedabas ya no había vuelta atrás: ibas o dejabas colgado a alguien.
Ahora, en permanente conexión, podemos cambiar los planes al minuto, informar de cada movimiento que hacemos estemos donde estemos.

 

compartir ubicación
¿Es todo ventajas tener la tecnología tan incorporada en nuestra vida?

Seguro que hay infinidad de artículos hablando de la adicción a las tecnologías, a los mensajes, a las notificaciones, etc.
Yo hoy quiero contaros cómo el whatsapp me ha ayudado como emprendedora a facilitarme la vida y ahorrarme trabajo.

El Whatsapp para mí es un ángel por:

  • Es gratis*
    Parece una obviedad, pero para un emprendedor cualquier gasto sale de sus beneficios, así que disponer de una herramienta de comunicación casi inmediata a coste prácticamente 0 es algo a considerar.
    Como os decía al principio, una conversación por SMS puede suponer unos € de menos en el bolsillo, en el de todos los implicados además.
  • Universal*
    Casi todo el mundo lo tiene instalado lo que hace que, aunque no sea la App perfecta, es la que nos permite comunicarnos con la mayoría de las personas que necesitemos.
  • Audios
    Desde que instalé esta aplicación empecé a usar los mensajes de voz para comunicarme. Al principio la gente se sorprendía pues muchos desconocían esta opción.
    Como emprendedora, cuando alguien me hace una consulta por correo, bien de un producto de mi tienda on line, de mis servicios como asesora, o de mis cursos de formación y/o desarrollo personal, responder por escrito requiere que esté sentada frente a mi ordenador.
    Las madres emprendedoras trabajamos muchas veces aprovechando ratos «perdidos» aunque no estemos «sentadas» en casa, ni con el portátil cerca, ni con ambas manos libres.Responder estas consultas por audio me permite varias cosas imprescindibles para un emprendedor:

    • Ahorro de tiempo. 
      Muchas consultas que requieren unos 10 minutos por escrito se responden en 2  o menos con un mensaje de audio.
    • Rapidez en la respuesta
      Si recibes un mensaje mientras haces cola en un banco, o mientras esperas a que salgan los niños de alguna actividad, mientras te tomas un café o mientras viajas (por supuesto no si conduces tú), puedes responder  sin necesidad de esperar a llegar a casa.
    • Fidelizar al cliente
      Cuando esas consultas se hacen para decidirse por una venta o por una queja, la rapidez en la respuesta suele ser clave para que su experiencia comercial contigo sea buena y cerrar una venta o fidelizarlo incluso a pesar de algún contratiempo.
    • Cercanía
      El mensaje de voz resulta más cercano que un mensaje escrito. Nuestro tono de voz y la forma de hablar transmiten mucha información sobre nosotros y nuestra forma de trabajar. La gente quiere saber con quién hace tratos y oír nuestra voz siempre es mucho más cercano que leer un correo.
    • Marketing de tu propio trabajo
      Cuando me escriben con una consulta y respondo con un mensaje de voz, para  mí, que trabajo cobrando mis asesorías es una forma de mostrar cómo trabajo a alguien que no sabe si le merece la pena pagar por mis servicios.
      Si quedan satisfechos con esas consultas breves, es más fácil que te contacten para sus consultas más detalladas.
    • Perder el miedo a hablar en público
      Hablar frente a desconocidos es uno de los miedos más habituales. Una forma de ir venciendo ese miedo es empezando con este tipo de mensajes de voz breves.
      Si te notas insegura mandando mensajes a desconocidos puedes usar primero  la grabadora y escuchar tu respuesta antes de enviarla por si ves que necesitas algo más de práctica. Pero en mi experiencia te diré que  la naturalidad siempre es algo que los clientes agradecen. Mientras un mensaje sea respetuoso, siempre es bien recibido.
  •  Trabajo en grupo
    La posibilidad de crear grupos para compartir conversaciones es un ahorro de trabajo cuando trabajas con más personas. Si lo sabes gestionar bien, y los grupos son reducidos, puede ser una herramienta muy útil.
  •  Emoticonos
    Algunos pueden pensar que es algo nimio, pero en un mundo cada vez mas consciente de la inteligencia emocional, el hecho de poder incluir en nuestros mensajes de texto, emoticonos,  añade expresión y «entonación» a nuestro frío mensaje escrito, aparte de otras ventajas, avaladas por estudios, que puedes leer aquí.
  • Guardar el historial
    A veces de una conversación salen ideas interesantes. Puedes guardar una conversación enviándotela al correo electrónico junto con los archivos enviados y/o recibidos.

 

Estas son sólo algunas de las ventajas que yo le saco a esta app. Y aunque no me quiero centrar en este post en lo negativo, sí os quiero recordar que como casi todo, hay una parte negativa que deberéis aprender a gestionar si queréis que sea la app la que os sirva a vosotros, y no al revés. Por eso ahí van unos consejos.

Controla el demonio del  Whatsapp :

  • No tienes obligación de responder  a todo el mundo
  • No tienes obligación de responder inmediatamente
  • Huye de los grupos multitudinarios
  • Huye de los grupos «familiares»
  • Silencia los grupos no VIP
     Si  realmente no puedes huir de ellos ( grupo de mamás del cole por ejemplo 😛 ), al menos siléncialos e impide las descargas automáticas o llenarás tu movil de los «momentos imperdibles» de todos los niños del colegio y sus familiares.
    Yo sólo tengo 1 grupo VIP, el de mi equipo de trabajo Continuum. Cuando mis niños están en el cole, si pasa algo, me mandan un mensaje privado, no al grupo. Lo realmente Urgente siempre es directo.
  • Si has acabado una relación bloquea a tu «ex».
    Por muy bien que lo lleves acabarás mirando 100 veces al día si está «en línea» y eso, aparte de ser muy malo para tu salud emocional, es totalmente antiproductivo como emprendedor.
  • POR FAVOR, POR FAVOR, POR FAVOR: VIGILA MUY BIEN ANTES DE DARLE A ENVIAR QUE SEA EL DESTINATARIO CORRECTO diablo

Dicho esto, me gustaría que me dejaras un comentario al post indicando si para ti el WhatsApp es más un ángel o un demonio en tu vida. ¿Te animas a la encuesta?

7 cosas que un emprendedor puede aprender de las páginas de citas

7 cosas que un emprendedor puede aprender de las páginas de citas

Un emprendedor aprende de todo lo que le rodea, y básicamente todo emprendedor es vendedor: de sí mismo, de un producto o de sus servicios, así que nada mejor para aprender que fijarse en los que venden.
Yo llevo un tiempo analizando un sector , las páginas de citas y contactos on line, que aunque no se dedica a la venta en sí, sí está concebido para  que los usuarios le escojan a uno sobre los demás.
No hay mejor campo de pruebas que esta especie de «catálogo humano», así que voy a compartir contigo algunas de las cosas que he visto que podemos aplicar a nuestra vida de emprendedor:

  • Marca Personal
    Los perfiles sin foto obtienen muchísima menos cantidad de interacciones. Quien no se atreve a dar la cara no inspira confianza.
    En tu  vida de emprendedor la gente quiere saber quién eres y por qué ha de escogerte a ti en vez de a otro profesional de tu mismo sector. Preséntate a tus clientes, porque la gente quiere trabajar con «personas», no con empresas. Sé tu propia marca personal.
  • La Imagen Sí importa.
    Y mucho. En páginas como estas lo primero que aparece es una foto. Dependiendo de si ésta es atractiva, se entra después a ver el perfil. Si la imagen escogida no es muy afortunada o apareces en determinadas situaciones poco cuidadas da igual lo interesante, inteligente y especial que seas, la mayoría no va a entrar a averiguarlo.
    Como emprendedor  tu imagen, la tuya, la de tu marca, la de tu web, tu logo, todo es importante. Cuida los detalles porque la primera impresión real garantizada es la primera, si no gusta, puede que no haya nunca una segunda oportunidad.

sácate partido

  • Sé original.
    Las frases del tipo «soy buena persona, sencillo y especial» no expresan nada nuevo. Las presentaciones que atraen interés son las que sorprenden, las diferentes y atractivas.
    En tu emprendimiento, si eres uno más en tu sector, no vas a conseguir grandes resultados diferenciadores. Busca la diferencia que aportas y dale protagonismo a eso.
  • Cuida el lenguaje
    Si lo que sé de ti es lo que me cuentas en una presentación corta y ésta  está llenas de faltas de ortografía,  la opinión que se van a formar de ti no es la que te gustaría. Y más teniendo en cuenta que hay correctores para aquéllos que no dominan el lenguaje.
    Como emprendedor cuida que todas tus comunicaciones sean correctas, para muchas personas el ser descuidado con el lenguaje denota, no solo una falta de cultura general, sino falta de respeto o descuido por el cliente. Las expresiones habituales de tu trabajo las vas a repetir muchas veces, asegúrate de conocerías y expresarlas correctamente.
  • No mientas
    Cuando hablas con muchas personas es fácil que no recuerdes todas las conversaciones o qué le has dicho a quién, así que no mientas porque será fácil que te pillen. Y no hay nada más avergonzaste que ser pillado en una mentira.
    Como emprendedor la honestidad es un valor que ha de acompañarte siempre. La meta de un emprendedor es conseguir clientes y fidelizarlos para que ellos a su vez se conviertan en tus «comerciales». Nadie se queda con quien le miente, engaña o estafa. Sé honesto siempre. No tienes que contar toda al verdad, pero nunca hay motivo para mentir.
  • Aprende a decir «no»
    Si en estas páginas te dedicas a responder a todo el que te escribe, pensando que es lo «educado» perderás tu tiempo y el del otro. No se trata de ser el más popular del lugar, sino de encontrar lo que buscas y para eso hay que cribar.  En estos sitios hay que enfocarse en quienes interesan y no dar pie a quienes no.
    Como emprendedor has de estar enfocado en tu meta. Saber decir «no» a otros proyectos o distracciones
    que te hacen desviarte de tu objetivo principal. El tiempo es limitado y la meta es rentabilizarlo al máximo. Un emprendedor no busca «amigos» en su negocio, sino clientes. Si desatiendes a estos para agradar a todo el mundo o dar de tu tiempo a todo el que te solicita cosas fuera de tu trabajo, entrarás en una dinámica abocada al fracaso.
  • Aprende de los fracasos
    En estas páginas  si algo queda claro es que hay muchos peces en el mar,  que hay muchas personas buscando relacionarse a pesar de haber sufrido fracasos previos. Que no te haya ido bien hasta ahora no significa que no vayas a encontrar algo que te convenga.
    Un emprendedor sabe que los fracasos son ocasiones para aprender y reenfocarse en el camino al éxito. LA clave es seguir insistiendo y no darse por vencido.  Una vez alguien me dijo que siempre hay alguien que tiene lo que tú quieres,  es cuestión de que esa persona o personas te encuentren, les gustes y te compren.

¿Y tú? ¿Has aprendido técnicas de venta de formas «poco habituales»? ¿Quieres compartirlas conmigo?