por nohemi | 14, Ago 2015 | Relaciones Tóxicas
Llevo 2 días que solo echo bilis por la boca. Normalmente escribir me desahoga pero este tema me puede y ni poniendo palabras a lo que siento consigo paz.
Cada cosa que leo y me cuentan me cabrea más. Cuando creía que nada me podía asquear más que los propios asesinatos de estos días, resulta que no es así.
Me asquean los titulares de la prensa.
Me asquea cómo se usa el lenguaje.
Me asquean los eufemismos para referirse a crímenes brutales.
Me asquea que se respete más a los «presuntos» que a las víctimas.
Me asquean todos esos impresentables que creen que su derecho a la libertad de expresión les autoriza a hablar de «generalidades», de «denuncias falsas», de «los hombres que también sufren» y de las «mujeres violentas». Me pregunto en qué lugar han perdido ya no la empatía que es evidente que no sienten, entre otras cosas porque no pertenecen a un colectivo permanentemente en peligro por cuestión de género, sino el sentido común. Ese que dicta que en determinados momentos y lugares para ciertos comentarios «no ha lugar».
«No ha lugar» cuando estamos enterrando niños y mujeres brutalmente asesinados, cuando no conseguimos quitar de nuestras mentes la imagen de 2 niñas aterradas viendo venir a su padre con una radial para asesinarlas, en este momento me importa una mierda lo que opinen esos mal nacidos y me sale la vena asesina ver que su narcisismo les impide quedarse callados delante de mi
Saca lo peor de mi ver que no tienen la poca vergüenza de reservar sus comentarios para sus corrillos machistas o para las sobremesas de sus comidas familiares, donde «sus mujeres» les darán la razón diciendo que es que «las mujeres hoy en día son unas zorras que amargan la vida a los hombres».
Me asquean los opinólogos que se atreven a decir qué tendrían que haber hecho Laura y Marina para no ser asesinadas. Y si ese comentario viene de «La presidenta de Asociación de Mujeres Progresistas» ya pongo el grito en el cielo. «Señora Besteiro :
Laura y Marina no tendrían que haber hecho ni dejado de hacer nada para no ser asesinadas, porque en un asesinato sólo hay un responsable y es el asesino.
Da igual lo que haga la víctima, que salga o entre, que pasee sola o acompañada, que vaya con chándal de manga larga o minifalda, que avisara o no a la policía, que por otro lado, en estos casos no suelen acompañar a «hacer mudanzas» como ya han declarado en otras ocasiones, da igual porque la víctima no es la responsable, a ver si dejamos ya ese discurso rancio que no es sino otra forma de machismo.
A las víctimas las asesinaron machistas asesinos. La culpa es de ellos.
Las asesinaron por un sistema que no es capaz de aislar a los maltratadores
Las asesinaron por un sistema que no protege a las víctimas
Las asesinaron porque en vez de analizar qué han hecho mal los que están vivos solo hablan de «qué hicieron mal las que están muertas»
Las asesinaron porque una gran parte de la «gente normal» sigue sin reconocer la magnitud del problema que vivimos.
A ver si nos enteramos que no se trata de que nos «cuidemos», de que no salgamos de noche o nos vistamos con burkas adaptados al nivel de tolerancia al cuerpo femenino de los psicópatas machistas que nos rodeen. No somos las mujeres las que nos tenemos que proteger, porque estar vivas es nuestro derecho y no tendríamos que estar defendiéndolo a cada paso que damos.
A no ser que sea verdad que estamos todas en estado de alerta. En tiempos de guerra no hay tregua que valga ni podemos confiar en que se respete el derecho a la vida, por eso se vigila cada paso que se da. En tiempos de guerra al menos se sabe quién es el enemigo y cada bando lucha unido con una meta común.
Las mujeres asesinadas no somos soldados, no hemos elegido ir a ninguna guerra, no hay bando que luche con nosotras. Nos han colocado sin preguntarnos en un campo de batalla donde sólo somos presas fáciles de genocidas.
[Tweet «No se trata de que nos «cuidemos», de que no salgamos de noche o nos vistamos con burkas adaptados al nivel de tolerancia al cuerpo femenino de los psicópatas machistas que nos rodeen. No somos las mujeres las que nos tenemos que proteger, porque estar vivas es nuestro derecho «]
¿Solo yo veo la incongruencia de que nos acusen de no «ir con cuidado» porque vivimos en un campo minado pero luego minimicen el alcance de la violencia machista? ¿En qué quedamos? ¿Hay o no hay alarma social? Si hay que protegerse será porque estamos amenazadas… ¿no es de justicia entonces ir a por los amenazadores?
Si hay un francotirador en lo alto de una torre la solución no es ir repartiendo chalecos antibalas a los transeúntes, la solución es detener al francotirador y encarcelarlo. (Y ya puestos al que le alquila la torre y le vende el arma)
Hacer a la víctima responsable de cuidarse del maltratador es como insinuar que tenemos que vivir cuidándonos de algún posible francotirador
[Tweet «Si hay un francotirador en lo alto de una torre la solución no es ir repartiendo chalecos antibalas a los transeúntes, la solución es detener al francotirador y encarcelarlo. #HastaElCoñoYa»]
Claro que las mujeres no somos Rodrigo Rato. A los miles de mujeres que viven amenazadas por hombres que saben perfectamente dónde viven, a qué colegio van sus hijos, dónde hacen la compra o quiénes son sus amigas, esas nunca se reunirán con ningún ministro para interesarse por su protección.
Nos lanzan a una lucha donde solo van armados los violentos. A una lucha que no pedimos, a una invasión ilegal e inmoral porque el botín que quieren no les pertenece. Nos asesinen o no nos roban la vida.
En este punto no voy a tolerar un solo comentario más que no sea para condenar no sólo los asesinatos, sino los acosos, las amenazas, los acosos reales o virtuales, las vejaciones, los desprecios, los insultos, las miradas fuera de lugar, los chistes machistas, las quejas que no han lugar, y la defensa de actitudes machistas, vengan de hombres o de mujeres.
Me gustaría que todo el que se considera mi amigo tuviera el sentir que compartió este hombre en un tweet
Como muy bien ha escrito mi amiga Myriam Moya en su post, del cual os copio un fragmento:
«¡HOLA, NOS ESTÁIS MATANDO!»
(…Nos estáis matando, nos están matando hombres como vosotros y estáis de brazos caídos y sois responsables y seguís sin hacer nada.
Es hora de empezar a actuar, es hora de que empecéis a actuar… tenéis las armas, tenéis la fuerza, tenéis el poder económico, tenéis el poder jurídico, tenéis la prensa, los cuerpos de seguridad, las leyes, las calles…
Tenéis la capacidad de la acción o de hacernos desaparecer. (…)
Es hora de dejar de ser tibios en este tema. Para miles de mujeres asesinadas ya es tarde, pero hay millones más viviendo con el miedo a ver la lucecita roja apuntándoles. La próxima vez que hables con tu hermana, tu mujer, una amiga, tu hija, una compañera de trabajo piensa que podría ser ella la siguiente. Y que tú podrías hacer mucho por evitarlo.
por nohemi | 7, Mar 2015 | Relaciones Tóxicas
Aunque el maltratador se vista de seda…
Desgraciado maltratador se queda.
Y no habría mucho más que añadir.
Porque lo cierto es que estos individuos no llevan un cartel de neón en la frente.
Son personas «normales», vistas a distancia. Incluso de cerca, pueden ser verdaderos «encantadores».
¿Entonces cómo saber cómo son en realidad?
Algunos maltratadores van acumulando relaciones tóxicas precisamente porque van embaucando a una tras otra de sus víctimas. Según estas van dándose cuenta del tipo de elemento que es en realidad, si rompen con él, a pesar del número dramático que montará intentando que creas que no puede vivir sin ti y que incluso piensa en quitarse la vida, lo cierto es que estos seres solo se quieren a sí mismos, así que no, no lo hará. No solo no se va a suicidar ni va a morirse de pena, sino que si de verdad cortas todos los lazos con él, buscará otra. Y no tardará en hallarla. Porque en realidad lo que buscan es un recipiente de sus obsesiones y sus fantasías enfermizas. Da igual cómo seas. Lo que le interesa es conquistarte, tenerte y controlarte. Son psicópatas buscando hacer realidad sus fantasías. No te engañes, no te quiere. Son incapaces de albergar amor porque no entienden ese concepto de aceptación, respeto y tolerancia necesarios para amar.
¿Por qué tienen éxito?
Un maltratador es un experto en halagar, en piropear exactamente del modo que a ti más te guste: será romántico y detallista como el que más, desprendido en regalarte cosas que de verdad tengan un significado especia para ti. Creerás con esto que te escucha hasta el mínimo detalle para saber qué te gusta, cuando en realidad lo que hace es espiarte y estudiarte como en un juego de estrategia. Recuerda que para él eres un objetivo.
Cumplirá tus deseos y sueños (hasta los más oscuros si es que has cometido la imprudencia de compartirlos con él), se esforzará mucho en que todo el mundo sepa que estás con él.
Porque para él eres un trofeo.
Le importas realmente NADA.
Pero eres su objetivo, su meta y lo que le genera placer es controlarte y tenerte… y por supuesto exhibirte.
Eso sí, no tolerará que te exhibas tú.
Este tipo de maltratadores psicológicos suelen ser extremadamente moralistas. Aunque por otro lado, tras esa apariencia de reputación intachable, se esconde un depravado. Te sorprendería cómo pueden ofenderse porque consideran inmoral que quieras tener una relación esporádica con él si ser su «prometida» , o que publiques fotos para él «vergonzosas», pero luego te mande fotos que avergonzarían a la mayoría de tus contactos. O te pidan ir al límite o más allá de lo «aceptable» en el sexo. Así son.
Tras esa fachada de beatitud y moralidad solo hay un ser oscuro y podrido.
El problema de estos maltratadores es que confunden su fantasía de control y sumisión con la vida real. Y creen que la mujer que desean es suya, así con todas las letras: su posesión. Y entonces todo ese «amor», que no es sino obsesión, se transforma en odio visceral. Y entonces es cuando sacan lo que de verdad son:
Seres despreciables y malignos que destilan odio por ti, por tu entorno y/o por todo lo que hagas.
Imagen de «El Retrato de Dorian Grey» de Oscar Wilde
Te odiará porque no te tiene, y odiará todo lo que eres y representas. Y toda la energía que dedicó a «adularte» ahora la enfocará a criticarte, a denigrarte y a hundirte (bueno, a intentarlo, porque realmente no tienen poder sobre ti).
Usarán tus secretos y confidencias para hacerte daño. Aquello que un día le confiaste en intimidad se convertirá en sus manos en un arma con la que apuñalarte. No tengas miedo. Nada hay peor que estar con un ser así de repulsivo, así que, haga lo que haga, diga lo que diga, es para bien si está lejos de ti.
Cuando empieces a ver cómo es y le digas «NO» a alguno de sus intentos por controlarte empezarás a ver su verdadero rostro. Violencia en forma de chantaje emocional o chantaje directo. Adjetivos con los que pretende denigrarte: zorra, puta, inmoral, poco profesional… Y todo esto mientras sigue jurando que te ama. Totalmente esquizofrénico para cualquiera menos para él, que ve normal decirte en la misma frase: «Eres una puta, eres despreciable y te amo»
Cuando de verdad vea que no consigue retenerte su odio crecerá e irá más allá que increparte a ti por privado. Lo hará de forma pública. Alguno hasta se convertirá en experto en hablar contra ti o contra tu trabajo. Igual hasta va a la Tv o da conferencias en un intento patético de seguir vinculado a ti.
Recuerda:
Lo que se hace movido por el odio, es odioso, como él, como ellos.
Y creerá que te hace daño, cuando ese comportamiento es autodestructivo para sí mismo.
Y con el tiempo estará con otra, y la exhibirá como suya. Seguramente con un lenguaje verbal y corporal que delaten ese afán de posesión.
Y tú pensarás:
-«Pobrecilla. Ojalá se dé cuenta pronto de cómo es de verdad, antes de que le haga más daño».
Y mientras, seguirá con su vida y su deseo de aparentar cualidades que en el fondo no tiene: profesionalidad, bondad, éxito…
En el fondo todos los maltratadores narcisistas son seres acomplejados.
No saben querer porque nadie los quiere,
así que necesitan encontrar reconocimiento de algún modo.
Intentarán hacer cosas «vistosas» y muy mediáticas para tener un auditorio que le aplauda. Seguramente les veas haciendo «obras de caridad», tipo banco de alimentos o similares. Da igual. Da igual lo que hagan, cómo se vistan, cuántos cargos acumulen, o cuántas conferencias den…
Porque nosotras sabemos lo que son, sabemos cómo son y sabemos lo que hacen.
Y sabemos que por mucho que adornen su CV son lo que son:
Maltratadores y Psicópatas en potencia
Y hablo con conocimiento de causa, porque yo he estado con uno. Y querida amiga, tú que sonríes en esa foto como sonreí yo un día, ojalá te des cuenta pronto de la verdad, ojalá alguien te avise de eso que aún no ves y salgas corriendo de ahí. Ojalá.