Sí «papá», es culpa mía

Sí «papá», es culpa mía

Ser un padre moderno es una tarea difícil. Y ser un padre modelo aún más.

  • Por un lado queremos que os involucréis en la crianza de los hijos, sin referentes la mayoría de las veces, ya que nuestros padres no fueron ejemplo vivo de estar demasiado implicados en algo que no fuera ver las notas y el paseo del fin de semana. Pero por otro lado queremos que respetéis las parcelas que son intrínsecamente nuestras.
  • Por un lado queremos que entendáis nuestra forma de criar, que la hagáis vuestra, pero queremos que lo hagáis sin pretender ser los protagonistas.
  • Por un lado os pedimos participación y por otro lado os la limitamos.
  • Por un lado criticamos que adoptéis la pose del «padrazo» y por otro nos hacemos seguidoras , («fans»  o groupies más o menos babeantes) del hombre de turno, padre o no,  que nos da lecciones de cómo parir, amamantar, etc.

Es lo que alguna amiga denomina #ElEfectoPicha.
El mismo consejo, el mismo vídeo de porteo, el mismo razonamiento es más aplaudido entre las propias mujeres si el que lo da es un hombre.

Parece que todas desearíamos tener de pareja al tío guay que habla de las bondades de la lactancia, del parto natural y del porteo. Y por eso cuando vemos a uno así babeamos todas ( Y me incluyo yo con el Papá de Aurora que nos hizo suspirar a todas en el pleistoceno de mi maternidad, que recordarán muy bien mis amigas cofundadoras de  Red Canguro  😉 ).

Y la cuestión es que realmente ni nosotras mismas sabemos qué queremos del padre de nuestros hijos en realidad. O al menos no hasta que ves lo que no quieres.
Lo cierto es que si vives con el padre de tu(s) hijo(s) y crías de este modo, con eso de que el papel de la madre es vital e insustituible los primeros meses, resulta que acabas asumiendo prácticamente el 90% del trabajo del cuidado de los hijos. Aunque ya no sea dar teta, sino todo lo demás. Aunque los hijos crezcan y podamos ir aumentando la cantidad de trabajo a compartir.
Resulta que tu pareja sigue sin saber dónde está la ropa de los niños, o cómo se toma la medicina o cómo se comen la pasta.
Resulta que tú has aprendido a compaginar el cuidado de tus hijos con el resto de cosas que haces a diario, a veces incluso con el trabajo y los hobbies pero él con ellos sólo sabe llevarlos al parque.
Y aquí entono el mea culpa. Y aunque estas situaciones no son todas la mía, me vais a permitir que la escriba en primer persona

  • -Es culpa mía que no sepas dónde está su ropa
  • -Es culpa mía que no sepas peinar a la niña
  • -Es cupa mía que no sepas qué cosas se comen y cuáles no
  • -Es culpa mía que seas incapaz de pasar unos días solo con ellos sin la ayuda de tu madre o tu hermana (o tu nueva pareja)
  • -Es culpa mía que seas incapaz de prepararles algo de comer que no sea una pizza precocinada
  • -Es culpa mía que no seas capaz de hacer tus actividades normales con ellos
  • -Es culpa mía que no soportes verles enfadados o llorando
  • -Es culpa mía que no sepas gestionar sus emociones negativas, acompañarlas  y digerirlas.
  • -Es culpa mía que te agotes porque las noches que duermes con ellos te despiertan y es culpa mía que te quejes al día siguiente de lo hecho polvo que estás por ello
  • -Es culpa mía que no sepas qué actividades hacer con ellos
  • -Es cupa mía que no sepas quién es su médico, o su maestra, o su monitor de extraescolares
  • -Es culpa mía que no seas capaz de hacer tortillas con ellos en tu cocina o improvisar un disfraz
  • -Es culpa mía que no hayas entendido que la responsabilidad de ser padre es indelegable
  • -Es culpa mía que  sientas que el tiempo que decidimos que yo pasara criando a nuestros hijos te parezca ahora injusto
  • -Es culpa mía que tú gestiones mi agenda
  • -Es culpa mía que creas que pedirte que ejerzas de padre es injusto
  • -Es culpa mía que creas que tu situación es culpa mía
  • -Es culpa mía que arrojes contra mi tu frustración

Todo eso y más es culpa mía.Porque te lo he permitido yo.

Así que es hora de aceptar mi parte de responsabilidad y de que cambien las cosas.
Así yo podré liberarme de la culpa y tú de la situación en la que te encuentras.
A partir de ahora:

  • -Sabrás  dónde está su ropa
  • -Sabrás peinar a la niña, mejor o peor, pero lo harás.
  • -Sabrás qué cosas se comen y cuáles no
  • -Serás capaz de pasar unos días solo con ellos, con o sin ayuda es cosa tuya.
  • -Serás capaz de prepararles algo de comer que no sea una pizza precocinada
  • -Serás capaz de hacer tus actividades normales con ellos, como he hecho yo todos estos años.
  • -Aprenderás a soportar  sus enfados o lloros, porque en esos momentos también son tus hijos.
  • -Aprenderás a gestionar sus emociones negativas, acompañarlas  y digerirlas.
  • -Serás capaz de sobrevivir a sus despertares nocturnos, yo sigo viva tras años de hacerlo. Y aprenderás a hacerlo sin quejarte.
  • -Aprenderás  a saber qué  hacer con ellos
  • -Sabrás quién es su médico, o su maestra, o su monitor de extraescolares
  • -Harás  tortitas con ellos en tu cocina o improvisarás un disfraz
  • -Entenderás que la responsabilidad de ser padre es indelegable
  • -Entenderás que el tiempo que decidimos que yo pasara criando a nuestros hijos  nos parecía entonces lo justo, a ambos.
  • -Tu vida no afectará a mi agenda, ni la mía a la tuya.
  • -Entenderás que pedirte que ejerzas de padre es lo justo para ti, no para mí.
  • Y no  sé si algún día aceptarás  que tu situación no es culpa mía, pero lo que no voy a dejar nunca más es que arrojes contra mí tu frustración.

Nuestros hijos aprenden de la vida mirándonos y ya les hemos dado más de una lección de cómo No hacer las cosas.

Es tiempo de cambiar.

He decidido vivir en la responsabilidad y no en la culpa y espero que tú hagas lo mismo.

 Y os dejo con un toque de humor… porque quien quiere, encuentra la forma 🙂


Imagen © de Mos-Taza HandMAde