7 cosas que un emprendedor puede aprender de las páginas de citas

7 cosas que un emprendedor puede aprender de las páginas de citas

Un emprendedor aprende de todo lo que le rodea, y básicamente todo emprendedor es vendedor: de sí mismo, de un producto o de sus servicios, así que nada mejor para aprender que fijarse en los que venden.
Yo llevo un tiempo analizando un sector , las páginas de citas y contactos on line, que aunque no se dedica a la venta en sí, sí está concebido para  que los usuarios le escojan a uno sobre los demás.
No hay mejor campo de pruebas que esta especie de «catálogo humano», así que voy a compartir contigo algunas de las cosas que he visto que podemos aplicar a nuestra vida de emprendedor:

  • Marca Personal
    Los perfiles sin foto obtienen muchísima menos cantidad de interacciones. Quien no se atreve a dar la cara no inspira confianza.
    En tu  vida de emprendedor la gente quiere saber quién eres y por qué ha de escogerte a ti en vez de a otro profesional de tu mismo sector. Preséntate a tus clientes, porque la gente quiere trabajar con «personas», no con empresas. Sé tu propia marca personal.
  • La Imagen Sí importa.
    Y mucho. En páginas como estas lo primero que aparece es una foto. Dependiendo de si ésta es atractiva, se entra después a ver el perfil. Si la imagen escogida no es muy afortunada o apareces en determinadas situaciones poco cuidadas da igual lo interesante, inteligente y especial que seas, la mayoría no va a entrar a averiguarlo.
    Como emprendedor  tu imagen, la tuya, la de tu marca, la de tu web, tu logo, todo es importante. Cuida los detalles porque la primera impresión real garantizada es la primera, si no gusta, puede que no haya nunca una segunda oportunidad.

sácate partido

  • Sé original.
    Las frases del tipo «soy buena persona, sencillo y especial» no expresan nada nuevo. Las presentaciones que atraen interés son las que sorprenden, las diferentes y atractivas.
    En tu emprendimiento, si eres uno más en tu sector, no vas a conseguir grandes resultados diferenciadores. Busca la diferencia que aportas y dale protagonismo a eso.
  • Cuida el lenguaje
    Si lo que sé de ti es lo que me cuentas en una presentación corta y ésta  está llenas de faltas de ortografía,  la opinión que se van a formar de ti no es la que te gustaría. Y más teniendo en cuenta que hay correctores para aquéllos que no dominan el lenguaje.
    Como emprendedor cuida que todas tus comunicaciones sean correctas, para muchas personas el ser descuidado con el lenguaje denota, no solo una falta de cultura general, sino falta de respeto o descuido por el cliente. Las expresiones habituales de tu trabajo las vas a repetir muchas veces, asegúrate de conocerías y expresarlas correctamente.
  • No mientas
    Cuando hablas con muchas personas es fácil que no recuerdes todas las conversaciones o qué le has dicho a quién, así que no mientas porque será fácil que te pillen. Y no hay nada más avergonzaste que ser pillado en una mentira.
    Como emprendedor la honestidad es un valor que ha de acompañarte siempre. La meta de un emprendedor es conseguir clientes y fidelizarlos para que ellos a su vez se conviertan en tus «comerciales». Nadie se queda con quien le miente, engaña o estafa. Sé honesto siempre. No tienes que contar toda al verdad, pero nunca hay motivo para mentir.
  • Aprende a decir «no»
    Si en estas páginas te dedicas a responder a todo el que te escribe, pensando que es lo «educado» perderás tu tiempo y el del otro. No se trata de ser el más popular del lugar, sino de encontrar lo que buscas y para eso hay que cribar.  En estos sitios hay que enfocarse en quienes interesan y no dar pie a quienes no.
    Como emprendedor has de estar enfocado en tu meta. Saber decir «no» a otros proyectos o distracciones
    que te hacen desviarte de tu objetivo principal. El tiempo es limitado y la meta es rentabilizarlo al máximo. Un emprendedor no busca «amigos» en su negocio, sino clientes. Si desatiendes a estos para agradar a todo el mundo o dar de tu tiempo a todo el que te solicita cosas fuera de tu trabajo, entrarás en una dinámica abocada al fracaso.
  • Aprende de los fracasos
    En estas páginas  si algo queda claro es que hay muchos peces en el mar,  que hay muchas personas buscando relacionarse a pesar de haber sufrido fracasos previos. Que no te haya ido bien hasta ahora no significa que no vayas a encontrar algo que te convenga.
    Un emprendedor sabe que los fracasos son ocasiones para aprender y reenfocarse en el camino al éxito. LA clave es seguir insistiendo y no darse por vencido.  Una vez alguien me dijo que siempre hay alguien que tiene lo que tú quieres,  es cuestión de que esa persona o personas te encuentren, les gustes y te compren.

¿Y tú? ¿Has aprendido técnicas de venta de formas «poco habituales»? ¿Quieres compartirlas conmigo?

 

Te molesta el éxito ajeno

Te molesta el éxito ajeno

Que sí, que a todos nos han educado poniéndonos calificaciones, jugando a juegos donde solo uno se lleva la medalla, comparándonos con el hermano, la prima y el vecino. Que el modelo competitivo lo llevamos grabado a fuego en la psique.
Pero mírate, eres adult@.

Ya no hay nadie poniéndote notas ni comparándote. Al menos nadie que deba importarte.
Eres responsable de tu vida y de tus acciones. De tus decisiones y de las consecuencias que vienen con ellas.

Como los demás.

Puedes seguir quejándote de que el mundo está en tu contra y de que a los demás  les va bien porque «se lo han puesto fácil» «porque tiene cuña» «por esto» o «por lo otro»:
Da igual cómo estén los demás, donde están o por qué están. LA cuestión es: dónde estás tú y por qué, más importante aún ¿Que vas a hacer para estar donde quieres?

En el nicho en el que yo trabajo somos bastante endogámicos. Nos conocemos casi todos, bueno casi todas, que somos mayoritariamente mujeres.
Y resulta que un grupo mucho más pequeño aún empezó hace años a hacer cosas y a dejarse ver y oír, y a asociares y a reivindicar… ya sabemos todos el proceso ¿no?
Pues bien, perfecto. Gracias.
Y después de esas pioneras llegamos otras, atraídas por la misma motivación y ganas y necesidad de hacer cosas y cambiar cosas.
Y en un momento dado algunas decidimos que había otros medios y formas y caminos.
Que si queremos respeto lo primero es respetarnos a nosotras mismas y no hacerlo todo a ritmo de silbato. Por mucho que el silbato tenga mucho renombre y reputación, da igual:

Los silbatos son silbatos, sean de plástico, o de oro. De un año o de 100 años. Tienen el mismo fin.

Y entonces algunas hicimos cosas que chocaban.
Decidimos que para ser lactivista o partivista o feminista había otras vías.
Que acepto que haya quien se sienta bien en un rol determinado y en su forma de ver y hacer las cosas, pero que si yo no me siento identificada con todo o parte, puedo elegir hacerlo de otro modo.
Soy libre señoras, y soy mayor, y autónoma y responsable y medianamente inteligente.
Y puedo ser una fantástica asesora de maternidad sin parecerme a nadie.

Puedo seguir siendo yo.

Y  en mi vida personal puedo hacer lo que me plazca y reirme con quien quiera, y de lo que quiera.

Porque entre otras cosas, algo que no entendía de algunos sectores  «maternales» era su perpetua mala leche con todo y con todos.

Habrá más lactancias felices y partos felices y crianzas felices  no cuando nos hayamos peleado con el planeta, sino cuando haya más personas felices.

Que también hay momento para pelearse y reivindicar, por supuesto, pero por favor no todo el rato. Porque al final es que parece una novela negra, todos echando humo todo el rato y criticando el blanco, el negro, y el gris ( y del rosa ya ni hablo…).
A mí me gusta hacer las cosas de forma muy profesional, y eso no lo digo yo, lo dicen mis clientes y mis alumnas y mis amigas y las madres que he tratado desinteresadamente estos años. Por cierto que no hago distanción en ese aspecto: mi trato intento que sea exquisito SIEMPRE.
Pero profesional para mí no es ni seria, ni amargada, ni criticona, ni fea.

Sí FEA. Porque al parecer, lo que molesta en ciertos sectores ya no es que cobre o no cobre, o que venda o no venda mis cursos (que por cierto los vendo ), sino que publique fotos mías fuera de la onda maternal. Y que hay quien crea que salgo guapa.
Entonces yo me pregunto: ¿TE molesta mi éxito? ¿Mi trabajo? (que por cierto desconoces) ¿o Mi cara?

Y digo «mi éxito» pero podría decir el de cualquier otro…

  • ¿Te molesta el éxito ajeno?
  • ¿Tienes por costumbre aplaudir cuando a otros les va bien?
  • ¿Compartes sus triunfos y alegrías?
  • ¿Les felicitas?
  • ¿Los recomiendas?

Creo que un buen examen sería revisar nuestros propios muros  en redes sociales  y profesionales y ver…

  • ¿Qué hay ahí?
  • ¿Es un canto al YO?
  • ¿ o comparto generosamente proyectos y trabajos de otros?
  • ¿ Hay solo quejas y lamentos?
  • ¿ o contribuyo con optimismo a mostrar que hay otra forma de ver las cosas?
Diapo extraída de "Sácate Partido" Taller de Nohemí Hervada

Diapo extraída de «Sácate Partido» Taller de Nohemí Hervada ©NohemiHervada

  • ¿Me molesta el reflejo de otros porque son lo que yo no soy?
  • ¿o porque son lo que yo soy?
  • ¿o porque son lo que yo querría ser?

Es mi propuesta de reflexión antes de irme de vacaciones.

Porque como trabajo y me lo curro mucho, me voy de vacaciones. Y me haré fotos frívolas, donde intentaré salir monísima y feliz, abrazando a gente que quiero y por supuesto las colgaré en mi muro, para que te alegres conmigo… o para que te moleste verlas… eso ya es cosa tuya.

Esta Soy YO

Esta Soy YO

Esta también soy YO

Y esta también soy YO