Una relación tóxica no siempre es aparentemente violenta.

A veces creemos que solo podemos calificar de tóxica una relación si hay golpes, insultos y/o vejaciones.
Pero no es así.
Igual que hay productos tóxicos que no te matan pero pueden hacerte pasar un mal rato o dejarte con secuelas de por vida, hay relaciones tóxicas que parecen menos graves porque no vemos la violencia directa.
Hoy voy a hablaros de uno de esos perfiles fascinantes a primera vista, a ver si os suena:

  • Es él el que se fija en ti e inicia el acercamiento.
  • Es muy posible que se deshaga en halagos y no solo por tu apariencia, aunque será un experto en saber resaltar tus mejores atributos. Le parecerás inteligente, encantadora, fascinante… ideal
  • Es un hombre encantador, atento, cariñoso, inteligente. Parece saber lo que necesitas, y se ofrece a dártelo. Es el hombre ideal. Y curiosamente se ha fijado en ti.
  • En esa primera etapa (la conquista),  se desvive en llamadas, mensajes, por una vía o por varias. Canciones, poemas, regalos, flores…,detalles que te hacen sentir como una diosa.
  • Es frecuente oírles decir frases como “eres la mujer de mi vida”, “llevo toda la vida buscándote», «estamos predestinados» y similares. Por supuesto los primeros «te quiero» incluso los «te amo» son habituales.
  • Desde muy pronto planean un futuro a corto, medio, incluso a largo plazo, contigo. Viajes, convivencia, proyectos, hijos en común…

Por lo general si no tienes 20 años y aún crees en las historias de novelas, al principio vas con cautela  porque sospechas que sea un encaprichamiento desbordado.
Pero estos especímenes disfrutan tanto esa etapa de cortejo y conquista, le echan tantas ganas y esfuerzo,  que acaban convenciéndote de que sí, que están enamorados de ti, no de la idea del amor.

El problema es que lo que diferencia a los verdaderos enamorados de los tóxicos conquistadores, es que cuando hayas aceptado, cuando hayas entrado en el juego y ya estés conquistada para ellos se acaba lo divertido.
Lo que les genera interés es conquistar, no disfrutar de la conquista. Así que si te enamoras lo más probable es que estos conquistadores de pronto tengan un ataque repentino de «agobio».
Y de pronto te hacen sentir a ti como una acosadora cuando sencillamente sigues con el ritmo que ellos marcaron.
Van poniendo distancia (en el tiempo y el espacio) de vuestros encuentros, y contactos. De pronto aparecen intereses nuevos que les empiezan a dejar sin tiempo para actividades comunes…
Esos planes conjuntos de pronto se paran o postergan indefinidamente… y lo peor de todo, la toxicidad es que cuando preguntas que qué pasa, estos caballeros conquistadores se convierten en cobardes que ni siquiera son capaces de reconocer la verdad.

Es frecuente que salgan con un «necesito tiempo», «estoy confundido» ,»me he precipitado…». O aún peor ,con  «vas muy de prisa».

En esta situación hay dos opciones:

  • Reconoces que eso no va a acabar bien y cortas definitivamente
  • Negocias a la baja y les das ese «espacio» que solicitan

Esa segunda opción por supuesto es la peor, puesto que ellos de motu propio tampoco te van a soltar del todo y es muy cómodo tener la conquista a mano para cuando les apetece disfrutarla, sin el compromiso que en un principio se había asumido entre los dos.

Si negocias lo innegociable no solo no sacas nada en realidad, sino que pierdes el respeto, te lo pierdes tú y te lo pierde él.

Empoderate

Y te garantizo que este perfil de hombre tóxico no va a «re-enamorarse» de ti.  De hecho lo casi seguro es que te deje definitivamente cuando encuentre otra que conquistar.

Eso sí, puede que ni te lo diga, que sencillamente su cobardía lo único que haga es dejarte pistas para que seas tú quien lo descubra.
A los conquistadores  lo que les motiva, es el proceso y no el resultado. Les alimenta el ego escoger una presa y conseguirla y eso no es amor.

 

No te tortures preguntándote qué has hecho o qué no has hecho, qué te falta o qué te sobra, qué quiere que no has sabido darle para retenerlo.  Cuando llegue  la siguiente no te vuelvas loca comparándote, porque no es que sea mejor, es que ella está en el punto del camino donde tú ya no estás. Ella es conquistable, tú ya no.

El problema no es tuyo.

Cuando alguien nos miente, el problema no es nuestro. No somos «demasiado buenas», ni «tontas», ni «fantasiosas», sencillamente confiamos en que no nos van a mentir, pero lo hacen. El problema es suyo. Son malas personas, son cobardes y utilizan a las mujeres  sin miramientos.

Así que querida amiga, de estos también huye. Porque a su paso, como todo territorio conquistado y luego abandonado lo que queda es desolación.

Ruinas de Babilonia

Ruinas de Babilonia

 

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